CAPÍTULO 74

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A los pocos segundos, John se presentó en la habitación. Al ver a William Worrington allí, más la explicación que le habían dado los enfermeros, era fácil saber qué había ocurrido. Tendría que tomar medidas. La revisó y no veía nada raro. Probablemente se tratará de un pico de estrés. Así que procedió a pedir a su grupo de enfermeros que le suministren a Sofía algún sedante para que descansara bien. Una vez realizada aquella acción, los enfermeros salieron de la habitación y John se giró hacia los Worrington que allí esperaban pidiendo explicaciones. Ninguno estaba dispuesto a decir nada de momento, así que tomo su móvil y le mandó un mensaje a Julia para que se acercara al hospital, no podía ocultarle aquella noticia.

- Yo no voy a pedirles explicaciones por lo que ha ocurrido, pero sí espero que se la den a su madre-. Habló John con determinación y salió de la habitación.

Al salir le pidió a un enfermero que chequeara aquella habitación y que cualquier cosa que sucediera no dudara en llamarle.

- ¿No te has cansado ya de hacerle la vida imposible? -. le preguntó Thomas a su hermano ni bien el doctor se fue de la habitación. Sus padres no entendieron aquella pregunta.

- Yo no quería hacerle nada-. Explicó William con la cabeza baja.

- ¿¡Alguien puede hacerme el favor de decirme que mierda ha pasado con esa chica y porque cuestiona a tu hermano!?-. Imploró el padre de los Worrington.

- Will ¿Por qué no le explicas a papá lo que le has hecho a esa chica? -. dijo Thomas ya que William no respondía y permanecía con la mirada en el piso.

- Creí haber dejado en claro que no quería ver a esa chica aquí, se ve que solo trae problemas al igual que su madre-. Habló con asco Sara, la madre de los Worrington.

- Ya veo de donde viene el odio de William hacia Sofía-. Dijo con ironía Thomas.

- ¡Ya basta! -. exclamó con enojo Robert, el mayor de los Worrington. - se maduro William y explícanos qué está pasando.

- Sofia hace un año que trabajo para la compañía. Ella estudiaba en Oxford y la mandaron para hacer sus pasantías. Necesitaba una secretaria y desde recursos humanos pensaron que ella podía serlo... yo... ella... las cosas no fueron como esperábamos y todo terminó mal-. William explicó brevemente, le daba vergüenza decir todo lo que realmente pasó.

- ¿Por qué no le explicas a papá porque ella te tiene miedo? ¿Por qué no le explicas lo que ocurrió en Mónaco?-. pidió el hermano menor, irritado ante la vaga respuesta de William.

- No he sido buen hombre con ella, le hice cosas de las que no estoy orgulloso por eso ella me teme y no quiere saber nada de mi. Pero la quiero, me cuesta mucho estar lejos de ella y no saber nada. Solo quería hablar con ella...-. Expresó William angustiado sin querer dar muchos más detalles.

Robert Worrington no preguntó ni comentó más nada, al igual que el resto de su familia. Sus pensamientos, luego de lo dicho por su hijo, iban a lugares oscuros ¿Qué cosa puede hacerle un hombre a una mujer para que esta le tema? Sabía la respuesta, pero no tenía el coraje para preguntárselo. De todas maneras, algo de lo que dijo le llamó la atención, él quería a la chica. Sabía que su hijo era un tipo mujeriego de lo peor, también sabía que con algunas mujeres había tenido una relación más "seria", pero nunca confesó sentimientos por ninguna.

El silencio en aquella habitación se vio interrumpido cuando una mujer rubia con un bebé en brazos entró rápidamente a la habitación. Se acercó a la cama para asegurarse que la joven allí se encontrara bien y se giró con brusquedad hacia donde los Worrington permanecían sentados.

Destrucción (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora