CAPÍTULO 66

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Desde que había vuelto a retomar mi amistad con Thomas, también, había empezado a ver las carreras de nuevo, hábito que había dejado hace ya varios años.

Aquel Domingo se disputaba el gran premio de Gran Bretaña y aunque me había invitado a que fuera, decliné su invitación porque tenía miedo de que William también fuera. Además, todavía no podía moverme muy bien sola, aunque ya podía caminar con muletas y tal, me era muy incómodo. Así que preferí ver la carrera desde la comodidad de mi casa, era un día sumamente caluroso y allí me encontraba totalmente a gusto con una buena cantidad de helado.

El accidente ocurrió ni bien empezó la carrera, el bólido conducido por Thomas se chocó con otros y con una velocidad pasmosa se terminó estrellando contra las barreras. El coche quedó destrozado y enseguida se inició el fuego. Lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas al ver que Thomas no había podido salir. Los auxiliares de pista se acercaron inmediatamente con extinguidores para apagar el fuego y afortunadamente lo lograron. La transmisión cortó la transmisión de esas imágenes para pasar a transmitir los primeros coches que llegaban nuevamente a boxes debido a la bandera roja. Los demás pilotos preocupados se pararon frente a las televisiones de los diferentes garajes sin importar que fueran su equipo o no para poder ver lo que había pasado. Ponían la repetición del accidente y ahí cortaban. Cuando eso pasaba era porque realmente lo sucedido era grave.

Enseguida llegaron mamá y John que habían salido a pasear con el bebé aprovechando el calor tan raro en Londres.

- ¿Qué pasó? -. preguntaron ambos con preocupación al verme llorar y las imágenes que la tv mostraba.

- Un accidente, es Thomas y no muestran nada ni dicen nada-. Dije llorando.

Enseguida se sentaron conmigo a esperar que alguien dijera algo. Cuanto más tiempo pasaba, era peor, presentía que las noticias no eran para nada alentadoras.

No sabía exactamente cuánto tiempo había pasado, no sabía si fueron pocos minutos o muchos. En un momento los relatores y comentaristas de la carrera anunciaron que habían podido sacar a Thomas del coche, que tenía signos vitales y que estaba siendo trasladado de máxima urgencia a un hospital a Londres. Enseguida mostraron algunas poquitas imágenes que tomaron de lejos del rescate y como era subido a un helicóptero.

Pasada una hora, se relanzó la carrera, pero a mí ya no me importaba. Enseguida miré a John. Él podría ayudarme.

- John. - dije llamando su atención. - ¿podrías averiguar a qué hospital de Londres fue ese helicóptero? -. le pregunté señalando la tv con mi dedo índice.

- Si, puedo. ¿Vas a ir?

- Si-. Dije, vi a mi madre que estaba por decir algo, sabía que me quería impedir que vaya. - se lo que van a decir, pero necesito ir. Sé que él estuvo acompañándome todo el tiempo que estuve internada. Quiero hacer lo mismo por él.

- ¿No hay nada que pueda hacerte cambiar de opinión? -. preguntó mi madre. Y negué con la cabeza. - ¿sabes que si vas las noticias que podrías recibir puede que no sean buenas? ¿puedes con eso? - preguntó, tratando de hacerme entrar en razón.

- Si, lo se. Pero quiero estar ahí.

- Tranquila amor-. Habló John-. El helicóptero se dirige a mi hospital. Yo la acompaño. Vamos-. Me habló.

Antes de irme me puse calzado y tomé mis muletas. Todavía no sabía bien si seguir con la silla o andar con muletas. Era todo un tema, pero John me dijo que cualquier cosa me daba una del hospital y listo. Andar con muletas era un poco más fácil ya que eran más fáciles de transportar.

Destrucción (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora