CAPÍTULO 73

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Nos encontrábamos caminando por Battersea Park cuando llegó aquel mensaje. Abel llevaba a Lewis en la carriola. Me detuve al leer el mensaje "Hola. Thomas ya ha despertado. Mañana por la noche yo voy a cuidarlo, creo que ese sería buen momento para lo que lo visites, ya he convencido a mis padres de que vayan a dormir a su casa. Te espero". Preferí no responderle. Contestarle seria otorgarle una confianza que no le tenía. Abel detuvo su trayecto para ver porque no avanzaba y me miró preocupado, le sonreí indicando que no pasaba nada. No quería que él se enterara de aquella noticia, estaba más que segura que iba a insistir en acompañarme y aunque la estaba pasando bien con él, sentía que últimamente todos mis planes estaban relacionados con él, necesitaba hacer algo por mí misma, sola.

Aproveché el momento para chequear la hora. Iba siendo hora de volver a casa ya que pronto mi madre y John volverian de su escapada romántica. Antes pasamos por un puesto de helados ya que a Abel se le antojaba y no perdimos la oportunidad de filmar un video de la primera vez de Lewis tomando helado. No dejé que comiera mucho ya que recién estaba comenzando a incorporar a su dieta otros alimentos que no sean leche materna.

Al llegar a casa ya anocheciendo, vi que el coche de John estaba estacionado. Esta vez no lo invité a pasar a Abel porque sabía y no entendía bien porque, a mi madre no le caía muy bien.

- Espero que podamos salir por ahí a algún día de estos. No lo tomes a mal, me encantó compartir estos días contigo y tu hermano, no nos vendría nada mal salir alguna noche de copas-. dijo una vez que bajamos el carrito de mi hermano de la baulera.

- Mmm... yo-. Dije dudando, imaginándome a mí en una discoteca y la verdad que no me veía.

- Tranquila, prometo llevarte a algún lugar tranquilo.

- Supongo que está bien, creo.

- Así me gusta-. Dijo apretando una de mis mejillas. - será mejor que me vaya, el señor aquí-. Hizo haciendo referencia a Lewis que estaba en mis brazos inquieto queriendo entrar a casa. - está loco por ver a su mamá-. Sonreí con su afirmación.

Se subió a su auto no sin antes despedirse con un beso en mis labios y aquello volvió a dejarme confundida.

Siendo lunes por la tarde casi noche, me dispuse a ir hasta el hospital. Mi madre me había preguntado a dónde iba y le dije que saldría a tomar algo con Abel. No quería que ella supiera que iba a estar en contacto con William.

Una vez en el hospital, fui hasta el ala donde estaba internado Thomas, pero antes de meterme de llena allí, espié que no estuvieran sus padres. No confiaba al cien por cien sobre lo que William me había dicho. Como no sabía exactamente en qué habitación estaba, le pregunté a alguna de las enfermeras que andaban por allí. Gracias a Dios que me conocían bastante y a pesar de que aquel no era horario de visitas no tuvieron ningún problema en decirme la ubicación.

Por la puerta, a través del vidrio pude observar que evidentemente William estaba allí. Tímidamente toqué la puerta. Enseguida el abrió y me hizo pasar.

- Me temo que se ha dormido-. Dijo mirando a la cama donde evidentemente Thomas descansaba. - debería haberle dicho que ibas a venir así te esperaba, mi madre lo ha agotado.

Me encontraba en la duda de si debería irme o no.

- Podrías esperar un rato, estoy seguro que pronto van a venir con la cena y va a tener que despertarse para comer.

- Bien, iré por algo para tomar mientras tanto-. Dije y salí de la habitación.

Estaba bebiendo agua, viendo la hora a que den la cena, como yo había estado internada allí sabía bien cuáles eran los horarios. Estaba concentrada en mi teléfono cuando siento que alguien se sienta frente a mí. Levanté un poco mi mirada para ver quién estaba allí, ya lo había adivinado por el perfume que sentí.

Destrucción (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora