CAPÍTULO 37

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Un dolor fuerte de cabeza me inundaba. El recordar todo lo que había sucedido hizo que sintiera una punzada de dolor y solté un leve quejido.

Abrí mis ojos y reconocí inmediatamente la habitación donde había estado durmiendo las últimas semanas. Sentí miedo, si yo estaba ahí es porque él también lo estaba. Me giré para salir rápido del lugar. Al pararme un mareo no me dejo moverme. Antes de que pudiera apoyarme en la cama, sentí el toque de una persona. Era él.

- No me toque-. Dije al tiempo en que algunas lágrimas empezaban a recorrer mis mejillas.

- Sé que no quieres que te toque, pero por favor, recuéstate en la cama, viene Oleg en camino. Tienes un corte en la cabeza. Por favor, déjame ayudarte, solo ayudarte-. Su voz sonaba suplicante.

- Está bien-. dije derrotada, ya que no me sentía capaz de moverme mucho.

Lo sentí pararse frente a mí, agarró una de mis manos. Puso su otra mano en mi hombro y con cuidado me hizo sentar en la cama. Despacio me empujo para que mi cuerpo quede recostado y luego ubico mis piernas por sobre la cama.

Como pude me di media vuelta para quedar de costado. Sentí el colchón hundirse, se había sentado a mis espaldas. El silencio reinó por unos minutos. Lo sentía demasiado quieto.

- ¿Qué se supone que tengo que decir cuando Oleg venga?-. pregunté, suponía que el médico no tardaba mucho en llegar.

- No lo sé-. Suspiró.- cuando lo contacté le dije que mejor no preguntara-. Hizo una pausa.- escucha, yo...

- Ahora no, me duele la cabeza.- lo corté.

El no se movió de donde estaba. Quería dormirme, pero el dolor que tenia no me dejaba hacerlo. El sonido de llamada de un móvil hizo que apretara mis ojos, pues los ruidos fuertes me hacían mal. Dicho ruido fue silenciado rápidamente.

- Sube hasta mi oficina, pasa y dirígete a la habitación que tengo en ella.- habló a un volumen muy bajo.

No pasó mucho tiempo hasta que escuché una puerta abrirse. Como le daba la espalda a la puerta no podía ver nada. Tampoco tenía intenciones de darme vuelta.

- Déjame con mi paciente William-. En ese momento Oleg, era el doctor y no el amigo de William.

- Yo quiero quedarme-. Habló William mientras se paraba.

- William, sal-. Dijo determinante.

Escuché un fuerte suspiro por parte de William y seguidamente escuché unos pasos y una puerta abrirse para luego cerrarse.

- Dime cómo te sientes, que te duele-. El doctor me pidió amable.

- Me duele mucho la cabeza y me siento muy mareada, veo borroso-. Dije aun hecha un bollito en la cama.

- Bien, voy ayudarte a sentarte así puedo revisarte bien-. Se repente sentí sus manos tomando mi cuerpo, empecé a retorcerme ante su toque, no quería que nadie me tocara.- ey tranquila, no voy a hacerte nada. Ahora mismo soy tu doctor y tu mi paciente y William no es mi amigo, ¿ok?.- dijo y asentí.

En ese momento tratar conmigo era tratar con peso muerto, cada movimiento me hacía marearme, pero se ve que era un tipo fuerte y pudo sentarme. Seguidamente sentí como sus manos ordenaban mi cabello, lo peino un poco. Luego busco varias cosas en su maletín, se puso unos guantes de latex y revisó mi cabeza, para luego poner esta estupida luz en mi ojos. Veía borroso

- Tienes un corte en la cabeza, es pequeño. Voy a intentar pegarlo porque creo que no es necesario suturar. Pero primero quiero llevarte al baño y lavar un poco tu cabello porque está muy pegoteado con sangre ¿crees que puedes ir al baño?-. preguntó muy profesional.

Destrucción (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora