CAPÍTULO 61

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Narra William:

Estaba enojado con mi madre. Igual me sentía muy hipócrita al estar enojado con mi madre por aquello. Sus palabras estaban hiriendo a Kate y no iba a dejar que aquello sucediera. La cosa es que ya en la cena de navidad mi madre comenzó a controlar lo que Kate comía o dejaba de comer. Con el correr de los meses hacía comentarios sobre su cuerpo, sobre que si engordaba nadie la iba a querer o cosas así. Me parecieron comentarios muy propios de una mujer que siempre ha vivido para su cuerpo por lo que en esos momentos no le di demasiada importancia. Todo cambió cuando observé durante una cena que mi hija escondía parte de la comida dentro de una servilleta y fue ahí que decidí que los comentarios de mi madre eran suficientes. A mi madre específicamente no le dije nada, sabía que a esa edad era difícil de que cambie ciertos modos de ser, pero si lo hablé con Kate. Al hablar con ella, no toqué específicamente lo que mi madre le decía, sino que le hablé de lo que había visto, incluso le pedí ayuda a Oleg para que le hablará sobre los trastornos alimenticios y esas cosas ya que era un tema del que yo no sabia mucho al respecto. Al principio se enojó conmigo y me gritó, pero supo entenderme cuando Oleg le habló sobre los comportamientos de las personas con ese tipo de problemas y esconder comida en servilletas era uno de ellos. Desde ese momento, trato de que no pase ningún tiempo a solas con mi madre, ella los fines de semana se la sabía llevar de compras, a algún spa o salón de belleza. Así que acepté que vaya a prácticas de kartings que eran varias horas los fines de semana. Me gustaba verla llena de grasa aprendiendo a arreglar su propio kart, con una cara feliz a que este con una persona con pensamientos un tanto tóxicos. Estábamos hablando de mi madre, pero con pensamientos sobre la imagen que de verdad daban un poco de miedo.

La situación me llevó a pensar, indudablemente, sobre Sofía. Aquellos pensamientos sobre la imagen mi madre había hecho un buen trabajo inculcándomelos. Hice con Sofía lo mismo que le recriminaba a mi madre en ese momento. Después de tanto pensarlo, el cuerpo de Sofía era todo un tema para ella y yo no colaboraba mucho para hacer que se sintiera un poco mejor. Si bien ella no escondía comida en servilletas, directamente cuando estaba acompañada de alguien, no comía. Al menos no frente a mí. Nunca la había visto comer nada.

Aquello se lo comenté a mi psicóloga y me habló mucho del tema, lo cual me dejó muy pensativo. Me comentó de algunos casos que había tratado, obviamente sin dar nombres, de personas que habían acudido a ella por no poder seguir con los estándares de belleza socialmente establecidos y como aquello hacía estragos en las personas. Incluso se atrevió a hablar sobre su caso personal, me contó acerca de la difícil adolescencia que le tocó vivir solo por ser una chica con unos kilos de más y que tocó fondo cuando comenzó a robar de la farmacia de sus padres todo tipo de diuréticos para poder adelgazar y aquello casi la mató. Recuerdo que me dijo que por ahí no pasa nada cuando una sola persona te recuerda que tienes unos kilos de más, pero otro tema es que una multitud de gente te lo recuerde todo el tiempo y te insulte por ello. Es sumamente doloroso, fue lo que me dijo con una sonrisa nostálgica.

Hablando de Sofía, intenté sacarle información sobre su estado a Thomas durante la cena de navidad y fin de año. Tuvimos que fingir por el bien de todos que estábamos bien. Pero me evitó durante las dos noches. Lo último que supe de ella fue por Abel, me dijo que sus perros la habían mordido y la habían lastimado. Me daba escalofríos de solo pensar a Abel y a Sofía compartiendo un mismo espacio por mucho tiempo. Sabía de lo que él podía ser capaz. ¿Por qué era amigo de un sujeto así? Ni yo lo sabía. Supongo que éramos habitués del mismo tipo de lugares, pero nuestros caminos se habían separado durante el último tiempo. No quería verlo siquiera cerca de mis hijos.

Las noticias en los medios de comunicación de Abel habían cesado por un tiempo, que supongo que fue durante el tiempo en que su padre le había dado un ultimátum. De todas maneras, las noticias habían vuelto a aparecer hace unos días sobre unas fiestas con drogas y esas cosas. Él era ya demasiado viejo para cambiar.

Me encontraba solo, en realidad me encontraba solo con Sofía, mi bebita que estaba a nada de su primer cumpleaños. Aquello me emocionaba mucho. Nos encontrábamos solos ya que Kate y Charles se encontraban de viaje para ir a ver una carrera de Thomas. Fue difícil acceder a que se marcharan solos con mi padre, pero se lo merecían. Yo no podía acompañarlos porque tenía muchas cosas en el trabajo.

Era sábado y algunos de mis amigos insistieron en venir a cenar a la noche a casa ya que les insistí que era eso o nada, ya que la bebé estaba conmigo y no quería dejarla con la niñera, la chica también tenía derecho en salir un sábado por la noche. Además, estaba cansado como para andar de fiesta por ahí y si tenía que ser cien por ciento sincero, me daba miedo salir y terminar en un escándalo, mis hijos estaban en juego y no estaba dispuesto a correr ese riesgo.

Ya habíamos cenado, Sofía se había dormido luego de cenar con nosotros y fue curioso ver que entre todos que éramos unos cuarentones, solo yo tenía hijos, así que todos quisieron darle de comer a la niña y ella encantada de tener tanta gente a su servicio. Cuando se durmió, los chicos comenzaron a hablar de sus conquistas y demás. Abel también estaba, por lo tanto el ganaba contando ese tipo de historias y sus proezas sexuales. Yo solo los escuchaba y reía cuando me parecía pertinente. La situación me parecía siendo curiosa, a pesar de que nos conocíamos hace décadas, nunca habíamos hecho una reunión así de relajada, a pesar de todo la estaba disfrutando. Pensé que deberíamos hacerlo más a menudo.

Me llamaba la atención que Harry no esté, íbamos a celebrar de alguna manera su ascenso como fiscal. De hecho, había confirmado su asistencia. Pero su silla permanecía vacía por si en algún momento venía. Justo estaba pensando en él cuando se aparece en la cocina, con su traje aún puesto y con una cara tremenda de preocupación. Algo no estaba bien. Sin decir hola ni nada, se sentó en su lugar en la mesa, se sintió como su maletín fue dejado en el suelo, bebió una buena cantidad de cerveza y finalmente suspiró.

- Íbamos a festejar por tu ascenso, pero con esa cara creo que no será necesario ¿verdad?-. Bromeó Abel.

- Algo terrible ha pasado-. Soltó con preocupación en la cara.

- ¿Qué? No me digas que le iniciaron juicio al hijo fiestero de la reina, ya era hora-. Esta vez soltó Oleg.

- Se trata de Sofía, tu ex secretaria-. No se porque, pero de repente el semblante de todos cambió a uno más serio y lo miramos queriendo saber más, especialmente yo. - ella ha iniciado una demanda. No puedo decir más nada.

- Vamos, dinos-. Miré a todos en la habitación. - prometemos no decir mas nada-. los miré a todos y todos respondieron prometer que lo que se dijera allí no saldría de allí. De repente una idea se vino a mi cabeza. - es contra mío ¿verdad? -. Harry negó con la cabeza.

- Ella está demandando a mucha gente, a gente poderosa. Ella ha denunciado una violación en manada y encubrimiento por parte de la escuela a la que asistía. Aparentemente el hecho ocurrió cuando solo tenía dieciséis años. He mandando a hacer un allanamiento a esa escuela y hemos podido dar con pruebas concretas. Ella no miente, le hicieron cosas horribles, siento mucho asco en estos momentos-. De hecho, lucía sumamente pálido.

En ese momento yo no era capaz de nada, vi como todos se movían a mi alrededor, vi como un vaso con agua se situaba frente a mi y otro frente a Harry. Lo que dijo me dejó helado.

Cuando todos logramos más o menos salir del impacto de la noticia, conforme Harry iba dando detalles sobre el caso, yo simplemente, no podía creerlo. Tenía tantas ganas de ir hasta su casa y abrazarla y no soltarla nunca, pero no podía. La angustia de no poder estar con ella en ese momento hizo que rompiera en llanto. Lloré como nunca en mi vida lo había hecho. 

NOTA: Capítulo corto pero impactante. En el próximo, conoceremos realmente qué fue lo que le pasó a Sofía.

Destrucción (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora