Capítulo 31

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Bakugo e Izuku habían sido castigados por pelearse. Le había mostrado a mi papá mi licencia y mi puntaje, escupió sangre de la sorpresa y me llevó a comer para celebrar. Y volvimos con las clases normales. Todo esto resumiendo lo que pasó hace tres días.

Izuku regresaba hoy a las clases y parecía emocionado, ya que siempre quería responder a todo lo que los profesores preguntaban. Pero entonces Aizawa dijo que habían venido a visitarnos y en la clase aparecieron los Tres Grandes de la U.A.

He de admitir que el azabache había sido bastante intimidante con aquella mirada intensa, pero al darme cuenta de que solo es alguien tímido cuando se apegó contra una pared, en realidad quise abrazarlo.

-Ternurita -murmuré para mí misma.

Ellos se presentaron como Mirio Togata, Nejire Hado y Tamaki Amajiki. Pero luego de las presentaciones y hablarnos un momento, nos hicieron ir a cambiarnos e ir al gimnasio.

-Van a enfrentarse a mí -menciona Mirio por sorpresa.

Todos se veían nerviosos al escucharlo.
Me puse en las filas de quienes atacamos a distancia y me uní con los demás, pero de la nada, Mirio se hunde en el suelo y luego reaparece golpeando a todos. Me tiré hacia atrás para esquivarlo.

-¡Hm! -miré hacia arriba y junté mis manos-. Diosito soy yo de nuevo.

Sentí que Mirio iba hacia mí, por lo que extendí mis alas y me hice a un lado, traté de patearlo en la cabeza pero se vuelve a hundir en el suelo. Miré a los demás, todos ya estaban en el suelo sujetándose en el estómago. Sentí unas manos en mis pies que me tiraron al suelo y luego vi a Mirio parado frente a mí.

-¡Me rindo! ¡Tápate! -exclamé cubriendo mi rostro.

-Jeje lo siento -responde con una gran sonrisa antes de ir a ponerse su ropa.

Dejé salir todo el aire acumulado en mis pulmones y miré el techo. Quiero borrar esa gran imagen de mi cabeza...
Me levanté del suelo de un salto y ayudé a los demás con las sombras, al menos para sentarse.

-A ti no te golpeó -se queja Denki y me apunta.

-Preferí rendirme -respondí con una gota de sudor bajando por mi frente.

-¡¿Eh?!

-¿Por qué la sorpresa? -los miré enarcando una ceja confundida.

-Nunca te vi rendirte -comenta Jiro.

-¿Huh? ¿En serio? -pregunté y todos asintieron-. Pero si rendirse cuando tu oponente es fuerte y teniendo eso al aire... pues es normal.

Me encogí de hombros, ellos me dan un poco de razón. Nos reunimos de nuevo y Mirio explicó cómo funcionaba su poder. Pero lo que más me impresionaba de su historia es escuchar cómo es que lo hizo fuerte, pues nos explicó que cuando lo usaba no sentía nada ya que hasta la luz y el aire lo atravesaban.

-Genial... -murmuré.

Mirio es alguien para admirar en verdad.

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-Aburrido -me quejé tirada sobre mi cama.

Mi mente empezó a divagar y fue cuando miré aquel borde de mi cama que recordé instantanesmente ese momento tan... guau, con Shoto. Por inercia llevé mis dedos hasta acaricias mis labios suavemente, recordando la textura suave de los suyos contra los míos.

-¡Mgh! -abracé una almohada escondiendo mi rostro en esta.

Me sentía acalorada y avergonzada. Mi rostro completamente rojo y sin saber qué hacer. Pero entonces me decidí, me levanté de la cama y salí de mi habitación.

CÁLIDA LUZ || Todoroki Shoto x Tú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora