Capítulo 53

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Amber.
Aquel día no faltó oportunidad para risas y llantos.
Mi padre casi se desmallaba al saber que estaba embarazada, pero sé que no pudo estar más feliz con esa noticia.

  Era por la tarde y ya habíamos terminado de limpiar todo. Comimos hasta casi explotar y tuvimos una gran tarde de juegos y charlas.
No pude estar más feliz cuando vi que Mia y Mike también habían llegado a celebrar conmigo aquel día, por lo que anécdotas graciosas y malos chistes, no habían faltado en esa pequeña reunion.

Estaba muy emocionada porque quedaba solo un día y algunas horas para estar en aquella relajante playa, que Aaron había elegido para nosotros.

Ya era de noche y estábamos viendo una película. Era una de lo que parecía ser terror, pero que ni siquiera sabia de que iba, ya que no la había volteado a ver ni por un segundo. Me encontraba con el rostro completamente enterrado en su pecho, oyendo como Aaron reía por mis reacciones.

Incluso si había disfrutando ese día como si fuera el último, algo seguía rondando por mi mente.

   —Aaron, ¿Crees que pueda ir a hablar con Lizabeth?—solté repentinamente, tratando de conseguir su opinión.

  Lo oí suspirar un poco y quedarse un momento callado.
Unos minutos después rompió el silencio.

  —Si aquello te trae paz, no me interpondré,—sonreí al ver que tenía todo su apoyo—pero, aún así tengo miedo de que te encuentres con ella.

Lo vi torcer el gesto, mientras miraba a algún punto de la habitación.

   —Solo será un momento, así que simplemente me pasaré por el hospita...

   —Lizabeth empezará mañana unas reuniones con un grupo de apoyo y un terapeuta—pronunció sorprendiéndome.

Me reincorporé y lo miré asombrada.

   —¿Qué? ¡Eso es genial, Aaron!

El asintió, sonriendo verdaderamente.

Sentía la necesidad de tener una conversación totalmente seria con Lizabeth, y mañana la tendría.

[...]

  Luego de dejar a un Aaron totalmente inquieto y ansioso en casa, me dirigí a la dirección que me había anotado en aquel papel.

Caminé por esas calurosas calles que parecían hacerse cada vez mas largas.
Y no sé cuento tiempo me tomó, pero ya me encontraba en el aparquiamiento de un pequeño edificio.

Un poco confundida, miré para todos lados, incluso chequeando estar en la dirección correcta.

  —¿Amber?—me giré de golpe, al oír su voz. ¿Qu-qué haces aquí?—vi su expresión un poco reacia, pero aún así, me acerqué a ella con pasos ligeros.

  —Estoy aquí para hablar contigo, incluso para felicitarte por este gran progreso tuyo—dije desde el fondo de mi corazón, mientras la veía poner una cara totalmente apenada.

  Me sorprendí cuando tomó mis manos, y sonrió.

  —Amber, sabes...cuando me encontraba en aquella camilla, y vi a mi hermano mirarme con tal desprecio, solo pude comprender una cosa— sus ojos estaban totalmente mirando los míos—Ni yo, ni mucho menos alguien más, posee su corazón completamente como tú lo haces... y por primera vez, estoy bien con ello.—su mirada denotaba sinceridad absoluta, pero aún me encontraba un poco desconfiada.

Las ventajas de enamorarte © |Completa| (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora