Capítulo 26

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Aaron.

Su dulce y preciosa cara reposaba en mi hombro, mientras estaba sumergida en sus pensamientos. Lo sabía porque no escondía su cara de concentración y su ceño levemente fruncido.

No me atreví a despertarla cuando vi como cerraba sus hermosos ojos. Miré mi reloj y vi que eran las diez y media de la noche.

«Tanto alboroto la habrá dejado cansada»

Amber era perfecta de pies a cabeza. Y sabía lo afortunado que era al tenerla en mis brazos.
No me contuve y besé su mejilla, luego una sonrisa se formo en mis labios al ver como sonreía entre sueños.

Nos deje descansar por esa noche.
En realidad creo que la única que pudo dormir fue ella, porque mi cabeza no dejó de dar vueltas ni por un segundo. Sabía que tenía que hablar muchas cosas y tocar varios temas delicados con Amber, pero mierda, me moría del miedo.
Si quería cerrar viejas etapas, ella tenía derecho a saber toda la verdad, pero lo que más me costaba era volver a sumergirla en esos tiempos en donde no sé quién tomaba las decisiones por mi. Era un estúpido.

[...]

Abrí mis ojos por un momento al sentir un dulce tacto.

   —Perdón, no quise despertarte, es que te veías tan dulce— su voz inundo mis oidos. Su hermosa y perfecta voz.

Cerré de nuevo mis ojos y sonreí. La atraje más hacia mi y apoyé mis labios en su coronilla.

    —¿Me puedes despertar así siempre?— ella contuvo una risita y asintió. —Sabes, estamos en el sofá y parece la cama mas cómoda que jamás había probado.—hablé dándome cuenta que no habíamos subido a su habitación.

      —Tu pecho es la cama mas cómoda—dijo mientras sonreía mirándome a los ojos.

Le dediqué una tierna sonrisa y me levanté con ella y todo.
  Sentí mi teléfono vibrar avisándome que tenía un mensaje.

Lo agarré y lo abrí, mientras trataba de sujetar a Amber con una mano. No me costó nada, ésta chica era una pluma.

   Rosa:
Aaron, podrías pasar por la cafetería cuando puedas, por favor; tengo que comentarte algo, pequeño.
                      Tu abuela, Rosa.

Me daba gracia y ternura a la vez como siempre Rosa ponía su nombre debajo del mensaje, como si éste fuera una carta.
Amber también leyó el mensaje, su cara había pasado a una de desilusión, supongo que sabía que me tenía que ir, pero no me iría sin ella.

Decidí responderle a mi abuela.

  Aaron:
Claro, ahora voy y te llevo una sorpresa. Nos vemos, Rosss.

   —Supongo que ya tienes que irte— dijo mientras intentaba bajar de mis brazos.

    —Si, de hecho—la sujete mas fuerte—¿Tenemos que bañarnos antes de ir, no?

Me miró sorprendida y una sonrisa se formo en esos labios color cereza que me volvían loco.

    —¿Entonces yo seré el regalo de tu abuela?—preguntó sabiendo lo mucho que la quería Rosa.

Me reí mientras la llevé escaleras arriba.

    —¿Cómo crees?— entré al baño— El regalo es su hermoso nieto.

Cuando terminé de hablar me gané un golpe juguetón de su parte. Amaba molestarla.

   —Que gracioso amaneciste— dijo para luego darse la vuelta y regular el agua.

Antes de que volviera a darse vuelta, me había despojado de mi remera.

  —¿Que haces?—dijo sonrojada— Espera a que me vaya.

«Su cara roja era un poema. Parece tomatito»

Fruncí él ceño desconcertado.
    —¿Cómo se supone que nos vamos a bañar si te vas?

Ella pareció darse cuenta de mis intensiones y retrocedió un poco.

    —Oh, no, no, no...—negó aún más roja— yo me bañaré después.
Mi ceño seguía fruncido pero no podía evitar que la diversión se notara en mi cara.

    —Por supuesto que no, no hay nada que no conozca de ti, Amber— y con eso la agarré de la cintura, haciendo que enrolle sus piernas en mis caderas y la metí a la ducha con ropa y todo.

    Ella chilló de la impresión.

    —¡Habrías dejado que me quite la ropa, tonto!—ahora se encontraba totalmente empapada.

    —¿Y esperar a que tardes mil años sacándote cada prenda? Oh no, señorita— me reí al ver su cara de enfado, pero luego se le pasó cuando le planté un beso pequeño en los labios.

Bueno, esa era mi intención pero cada vez se profundizó más. Se podía notar a kilómetros la pasión que nos envolvía a ambos.

Mi cerebro se desconectó cuando la ayudé a sacarse la ropa. La quería desnuda, la necesitaba.
Ver sus hermosas curvas de nuevo, esa cintura que me volvía loco por besar y recorrer con mis labios.
Cuánto había extrañado esto.
Ella no se quedó atrás y me ayudó con mi pantalón.
En ningún momento pude dejar de besar sus labios, tampoco dejamos de ser románticos, incluso en el momento más lascivo, nunca dejé de decirle lo mucho que la amaba.

[...]

      —¿Tú crees que ahora si nos podamos duchar?—dijo Amber con gracia mientras yo terminaba de lavar su pelo.
El agua ya nos salía fría pero aún yo no terminaba de bañarme, ni tampoco ella.

    —Terminamos así por tu sensual cuerpo,
chiquita— hablé mientras me reía, y bajaba mi cabeza para que ella la enjabonara como quería.

    —Así que es mi culpa— soltó una carcajada.
—Si tu no me hubieras besado así de..— ví como se quedaba sin palabras para no soltar cosas que la pusieran roja.

Me reí por eso.

    —¿Así de caliente?— contesté de manera arrogante.

   —Eres un puerco, Aaron— siguió riendo mientras ambos nos enjuagábamos.

    —Aún así te gusto—susurré en su oído.
Ví como se le erizó la piel y sonreí ante eso.

   Salió ella primero sin decir nada más, y verla así... Dios, es hermosa, nunca me cansaré de decirlo.

    —Amber, te recomiendo que te enrolles rápido con la toalla, no quiero llegar tarde por tener una segunda ronda contigo.

Pude realmente estallar en carcajadas cuando la vi salir disparada del baño, completamente roja y tapada.
Ésta chica me iba a matar.
¿Cuándo iba a dejar de ser jodidamente tierna? Espero que nunca.

N/a: ¡Muy buenas, Lectores!
Bueno, sinceramente me gustó mucho escribir este capítulo, me reí bastante imaginando las diferentes situaciones jajaja, así que espero que lo hayan disfrutado tanto como yo.
Tengo quince días de vacaciones de invierno antes de volver a la rutina, espero escribir bastantes capítulos para ir subiéndolos de apoco o quizá, quien sabe, un MARATÓN!
Si logro escribir mas de tres capítulos los subo todos juntos, en fin, nos leemossss!

Las ventajas de enamorarte © |Completa| (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora