Amber.
—Morocha! No olvides las toallas—escuché su grito desde la cocina.
Me reí al ver a Aaron volverse loco empacando.
Estábamos ambos bastante ansiosos ya que mañana por fin, estaríamos tirados en una gran playa paradisíaca.
Suspiré tan solo en pensar aquello.—Ya estoy cansada de empacar—me quejé mientras un puchero se formaba en mis labios inconscientemente.
—Mi vida...—Aaron rió burlándose de mi— ni siquiera estas empacando tú—soltó mientras me señalaba.
—¿Qué dices? Ayudar desde aquí también es ayudar, ¿o no?—me acomodé en la cama, mientras me estiraba para alcanzarle las toallas que había apilado en la mesa de luz.
Lo vi negar mientras sonreía.
—Ya, ya... comamos algo, estoy seguro de que si nos dormimos tarde, mañana perderemos el vuelo—anunció mientras me agarraba para cargarme hasta la cocina.
—¡No! ¡Bájame, estoy pesada!—no pude evitar exaltarme cuando ya me encontraba entre sus brazos.
Él sólo hizo oídos sordos y me llevó todo el camino.
—Déjame pedir una pizza, si quires puedes servir los refrescos—asentí ante su petición y me levante rápido del asiento.
Luego de una hora, la pizza ya había llegado y ambos nos encontrábamos teniendo una seria conversación acerca de la universidad. Sinceramente no nos importaba mucho, ya que teníamos un periodo de vacaciones de un mes, pero aún así, solo había surgido el tema.
Como amaba la facilidad que teníamos para hablar de cualquier cosa, bueno, creo que eso es algo que solo encuentras cuando conoces a la persona indicada.
[...]
Ya estábamos en el aeropuerto y era demasiado temprano. Mi ojos se cerraban incluso, estando emocionada.
El murmullo era un poco molesto, pero sinceramente no pensé mucho en eso. En cambio, me encontraba admirando al hombre que tenía a mi lado.
Aaron estaba vestido de una manera tan casual, que incluso me dió gracia. Siempre lo vi vestido muy formal, hasta en la casa usaba camisas, y verlo de aquella manera me hizo querer burlarme un poco de él para molestarlo.—Luces lindo...—murmuré en su oído.
Lo vi sonrojarse y una carcajada se asomó por mis labios.Antes de que pueda decir algo, ya nos estaban llamando para subir al avión.
Lo vi refunfuñar y mirarme entre avergonzado y tímido.Nos subimos y ambos abrimos la boca del asombro. Hacia tiempo que no subíamos a un avión
—Ven morocha, te abrocharé esto—agarró mi cinturón y lo puso rápidamente.Vimos pasar a la azafata para corroborar que todos estuviéramos sentados, y luego anunciaron que era hora de despegar.
—¿Lista?—vi como su mano se abrió, en busca de la mía.
—¡Lista!—la tomé y recosté mi cabeza en su hombro.
Solo nos tocaba disfrutar del viaje, viendo aquellos paisajes desde lo alto.
[...]
6 horas después.
—¡Aaron!—bostecé mientras trataba de despertarlo—Llegamos, mi vida...—susurré despacio, para intentar no exaltarlo.
Abrió sus ojos muy despacio.
—Es hora de empezar la aventura, morocha— y con esas ultimas palabras, bajamos.
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Las ventajas de enamorarte © |Completa| (editando)
RomanceSegunda parte de #LCDE. Saga #complicadamente nuestro. AVISO: Se requiere leer la primera parte para un mejor entendimiento. Llevar una cicatriz es el recuerdo de que alguna vez dolió, pero ya no lo hace. Aquello diferenciaba mi gran marca de tod...