Capítulo 20

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Amber.

He estado toda la tarde encerrada en casa. Por lo que decidí adelantar cosas de la universidad por la computadora y lo envié a los archivos de la plataforma en donde están todos los trabajos míos del año. Suena raro, pero me encanta ir a la universidad porque puedo tomarme mis tiempos, hacer cosas que me gustan, tener libertad y sobre todo, estudio para algo que realmente me interesa.
Después de que me mude a Nueva York, no tuve mucho contacto con Mia. Incluso ni siquiera vino a la boda de mi padre. Se lo reprochaba en mi cabeza, pero tampoco podía obligarla.
Decido mandarle un mensaje luego de terminar con todos los trabajos.
El reloj marcaba las 8. Estaba realmente aburrida, y tenia mucha hambre. Mi papá y Athenea habían ido a comer, y como no quería interrumpir su velada romántica decidí quedarme en casa.
Mi celular vibro y se iluminó anunciándome que tenia una notificación.

Mia
¡Amber! Que lindo recibir tu mensaje, si, estoy muy bien.

No dudo en hacerle una invitación, al fin y al cabo es mi mejor amiga todavía, y tenía ganas de verla.

Responde al instante.

Mia.
Me encantaría, te paso a buscar en diez minutos, estoy cerca de tu casa justo.

Dejé el celular a un lado y me vestí mas decente. Me puse unos jean blancos y una blusa corta.
Maldecí cuando vi que mis jeans me quedaban de nuevo grandes. Agarre un cinturón y lo ajusté solo para que no me molestaran durante la salida.

Escuche la bocina de Mia y me apresure a bajar las escaleras, estaba ansiosa de verla.
Cerré la puerta y deje la llave debajo del tapete por si mi papá llegaba antes que yo, aunque lo dudaba. Tampoco iba a irme toda la noche.

Cuando entre al auto de Mia, ella me recibió con su enorme sonrisa de siempre. La abracé. La había necesitado durante estos meses que no la vi, era como la hermana que nunca tuve.

   —¿Cómo has estado?—le pregunté luego de que ella chillara en mi oído lo feliz que estaba de verme.

   —Realmente he estado bien,—aclaro mientras  empezaba a arrancar el auto, yendo a un bar para comer algo. —he tenido muchísimo trabajo, he estado de un lugar a otro con tantos contratos para modelar.

Me puse feliz al escuchar que le iba bien. Ella siempre había sido esa chica que soñaba con ser aceptada en el mundo del modelaje , y realmente había que ser ciego para no contratarla.

   —Me alegro mucho, Mia—dije bajándole un poco a la música de la radio.

   —Pero no nos quedemos en mi—frunció un poco el ceño— ¿Qué tal tú?

  —Estuve bien, cambiar de aire fue ideal para mi, lo necesitaba, ya sabes; conocer gente nueva y todo eso.
Ella asintió prestándome toda la atención.

Luego de algunos minutos y de comentarios sobre que había hecho durante este tiempo, llegamos al lugar.

Nos metimos dentro del bar, y para nuestra mala suerte, estaba bastante lleno. Nos pusimos en una mesa de dos.
El lugar tenia luces rojas, no era nuevo, había estado ahí un par de veces antes.

   —Sabes, te noto un poco cambiada—dice Mia mirándome fijamente de arriba a abajo.

    Reí.

   —No lo creo, solo me corté el pelo—no le tome importancia.

   —Estas muy delgada—suelta rápidamente, cono dándose cuenta.

No sabia si tomármelo como un cumplido, o no.

   —El estrés de los exámenes—digo todavía riendo un poco.

Ella mira con duda, lo que me hace poner nerviosa. Luego, me regala una risa.

   —Si, eso debe ser— habla por fin.
—¿Y, conociste a algún chico en Nueva York?

Tosí incomoda.
Si supiera que rechacé un montón de citas me mataría.

   —No, no realmente, he estado ocupada—digo mirando al camarero quien venia hacia nuestra mesa.

Le dijimos nuestra orden y se fue.

  —¿Ocupada de que? Tienes que conocer gente Amber, déjate de tonterías—habla quintándole importancia a mi comentario.

Me sentí un poco ofendida.

  —Bueno, por ahora no creo.—quise finalizar el tema.

   —Por ahora será unos ¿veinte o treinta años?—dice a modo de burla.

  —Cuando encuentre el indicad...—mi voz fue bajando al ver la imagen frente a mi.
De verdad que mi suerte no existía. Creo que era la persona con mas mala suerte en el mundo.

El mas que nombrado Aaron, se encontraba sentado con una chica rubia en una mesa, que después de mirarla un poco mas, me di cuenta que era la misma chica que me había abierto la puerta de su casa.

  Mia carraspeó para llamar mi atención ante mi repentino silencio. Volví a mirarla.

  — Este lugar no me gusta mucho—anuncie revolviéndome en mi asiento, tratándome de esconder, como si pudiera.

    —¿De que hablas, Amber? Es uno de tus bares favoritos.

Y era verdad, pero ahora parecía un lugar horrible de cual me quería ir.

   —Si, pero creo que ahora cambió un poco—insisto.

Ella mira a los costados como fijándose en los cambios del lugar, y me vuelve a mirar extrañada.

   —Yo creo que esta igual que siempre.

Nuestras ordenes llegan unos pocos segundos después.

  Comí solo porque ya lo había pedido y no quería derrochar los pocos dólares propios que tenia en comida que no iba a comer.
Pero mi estomago estaba cerrado viendo a Aaron charlar y reír con esa hermosa chica.

Nos sumergimos en un silencio nada incomodo Mia comiendo y yo, torturando viendo fijamente hacia esa mesa.
Casi me atoro al ver que Aaron fijaba sus ojos sobre mi, dándose cuenta de que estaba en el mismo lugar que su Ex novia, comiendo con su nueva novia a su lado. Realmente no sé si aquella era su novia, pero si no ¿Quién mas seria?
Por dios, estamos hablando de Aaron Wood.

N/a: ¡Buenas, lectores míos!
Les dejo un capítulo antes de que termine este 2018. Gracias a todas las personitas que me llenan de mensajes hermosos y me inspiran a seguir escribiendo solo con dejarme su voto.
Espero que pasen un hermoso año nuevo, y que empecemos este 2019 lleno de amor, y felicidad. ¡Que esta novela sea parte de tu 2019 también! Los quiero <3

Las ventajas de enamorarte © |Completa| (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora