Capítulo 46

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Amber.
No sé si me había levantado con el pie izquierdo o si simplemente era mi mal humor, pero me he sentido inquieta desde la mañana. No es que sea el deber de Aaron hacerme el desayuno, y tampoco lo he exigido nunca, pero me había molestado un poco el hecho de que no había tenido en cuanta mis sentimientos en todo el día. Primero, en la mañana, hizo el desayuno "favorito de liz", cómo él lo había nombrado, cosa que no me irrito tanto como el hecho de que no habló conmigo durante lo que restaba del día.
Me había puesto en varias situaciones incomodas al ignorarme como si simplemente no existiera, como si no fuera nadie.

—¡Uf que día! Estoy agotado...—la voz de Aaron me hizo darme la vuelta. Lo miré, desde la cómoda posición en la que me encontraba acostada, y le sonreí levemente.

—Lo sé, pero sab...—su voz me interrumpió.

—Oh espera, me acaba de llegar un mensaje de Liz, creo que ya me extraña—se rió mientras veía el celular.

Asentí.
Mire hacia aquella mesita al lado de nuestra cama, y agarré la cajita del CD para ver la película que habíamos decidido ver ayer a la noche, pero que obviamente no tuvimos el tiempo de mirarla.

—¿Quieres que vaya poniendo la película y haga palomitas?— le sugerí luego de unos minutos de silencio.

No respondió.

—¿Aaron?—me giré para verlo, viendo como tenía una enorme sonrisa mientras miraba el celular.
Me acerqué sigilosamente.
Unos zapatitos amarillo se reflejaron en su pantalla.

—¿Qué miras?—le pregunté extrañada.
Faltaba bastante para que el bebé de Liz naciera, pero entendía un poco su emoción.

—¡Oh! ¿Esto? Tengo pensado comprarle todos los zapatitos más hermosos para mi pequeño sobrino.—respondió totalmente feliz.

—¿Cómo sabes que será un varón?—le respondí riendo un poco, causándome ternura su respuesta.

Él lo pensó un poco, sin borrar su gran sonrisa.

—Mmm no lo sé, creo que simplemente lo presiento.

Asentí.
Rápidamente me levanté a poner la película, para volverme a acostar.

—Deja el celular por hoy, ya es medianoche, ¿Podemos ver la película?—lo abracé cariñosamente, mientras apoyaba la cabeza en su pecho.

—De acuerdo...—dijo un poco apagado.
Fruncí el ceño ante su actitud fría, pero no le di importancia.

Sonreí un poco al ver que bloqueaba su celular, y parecía volverme a prestar atención solo un poco.
Intentaba no invadir su espacio personal, ya que no quería que se sintiera asfixiado, pero realmente no habíamos tenido la posibilidad de hablar acerca de nuestro día, o si quiera estar juntos un momento como pareja.

La película estaba bastante entretenida. Me resultaba sumamente romántica ver al protagonista enfrentar y apoyar a su pareja con una enfermedad terminal. Incluso la sacaba de su rutina, ayudándola en todo lo que podia. Amaba esas metáforas que dejaba la historia y la química entre ellos, y aunque me estaba sacando un par de lagrimas, esperaba que tuviera un buen final.

Bueno, creo que esperé mucho de la situación, ya que un solo mensaje, arruinó el clima por completo.
Aaron me sacó de su pecho ligeramente y se estiró para agarrar su celular.

Bufé muy ligeramente y solo me mantuve callada.

—¿Liz? ¿Por qué me envías un mensaje cuando te encuentras a metros de mi habitación? —no escuché la respuesta que le dió, pero sí aquellas dos palabras que me descolocaron por completo.

Cómprame. Cerezas.

«¡¿Qué?! ¡Era la una de la madrugada!»

Miré sumamente desconcertada a Aaron, esperando que su hermana le estuviera haciendo algún tipo de broma de mal gusto.

   —¿Qué dices? ¿A esta hora quieres comer?—dijo un poco desconcertado, mientras una carcajada se escapaba de sus labios.

  —¡Cómprame, por favor!—su voz sumamente infantil me irritó un poco.

Aaron no me miró ni por un segundo, y simplemente se levantó por completo, dejándome de lado.

  —¡Bien, bien! Solo espera un poco, iré en un momento—dijo mientras se ponía su chaqueta negra.

Mi cara debió ser un poema. No lo podia creer.

  —Lo lamento, Amber, mañana terminemos de ver la película...—ni siquiera me miró para decir aquello—Saldré por un momento.—añadió saliendo de la habitación.

Me quedé en completo silencio. Estaba molesta porque me parecía injusta la situación. ¿Acaso todos debíamos correr a consentirla ahora que estaba embarazada?

«Maldición, no debería estar pensando así»

No es que tuviera celos de su hermana, pero me habría gustado poder disfrutar el día con mi Aaron. Incluso si él me lo pedía, ahora lo habría acompañado.
Sentía que Aaron estaba dejando de lado mis sentimientos, y eso no me gustaba para nada. Sabía que tenía que dejar que pasara tiempo con su pequeña hermana, pero también ella tenía que entender que Aaron tiene su propia vida.

Me quedé divagando en mis pensamientos durante un buen rato, hasta que sentí que era suficiente. Simplemente agarré la película y terminé de verla.

Era un mar de lágrimas luego de aquello, sinceramente el final había sido muy triste.
Aaron no volvía y mi irritación seguía aumentando.
Sin querer pensar más, me dejé vencer por el cansancio.

«Mañana hablaríamos seriamente, cariño.»

N/a:
¡Buenaaas, lectores!
Antes de que digan nada, sé que estuve súper desaparecida, pero como les dije antes, me queda un último examen para rendir!
Lamento tardar en escribir el capítulo ;)

¡Espero que me apoyen con una Estrellita, un comentario y/0 un mensajito!
¡Los leo siempre!

Las ventajas de enamorarte © |Completa| (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora