Capítulo 45

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Amber.
Se podía sentir la tension en toda la habitación.
Aaron caminaba de un lado a otro, tratando de pensar un poco, o eso parecía.
Lizabeth se encontraba bastante tranquila luego de unos minutos, como si de repente hubiera recobrado la compostura.
Aún así, los tres estábamos atrapados en nuestros pensamientos.
Luego de aquel incomodo silencio, Aaron por fin pareció salir de su trance.

   —Todo esta bien, Liz—con esas palabras, la abrazó fuertemente contra su pecho.—Siempre estaré aquí, no importa lo que pase.

Me dio ternura ver como él parecía estar feliz de repente. Pero me preguntaba que lo había hecho cambiar se actitud tan drásticamente.

  —Ya podrás decirme quién es el padre, hay mucho tiempo—sentenció Aaron—Junto con Amber te ayudaremos a que puedas acomodar tus pensamientos—toco ligeramente su vientre.

  —Espero que todo salga bien—respondió con un abrazo su hermana.

  Esta situación parecía ser difícil para Aaron, pero estaba segura que él quería brindarle esa seguridad, que no tenía, a su hermana. Lo sé porque siempre me ha hecho sentir de esa manera a mi, sin importar nada. Sé que intenta ser fuerte por todos, y también sé que está de alguna manera feliz.

   —¿Qué tal si comemos algo?—pregunté luego de ver como se separaban.—Tuvimos un día bastante complicado hasta ahora.

—Tienes razón, morocha— se acercó y me dió un pequeño beso—Comamos y luego descansemos, mañana puede que sea un día largo.

Las dos asentimos ante sus palabras. Solo esperaba que mañana, todo mejorara.

[...]

Aaron.

Sonó la alarme y sabía que podía quedarme un rato más acostado, pero me levanté porque no quería quedarme pensando y dando vueltas en la cama.

El piso se encontraba muy frío y me di vuelta para buscar las pantuflas. El precioso rostro de Amber fue lo primero que llamó mi atención y me sentí el hombre mas afortunado y feliz del mundo.
Joder, era perfecta y nunca me iba a cansar de pensarlo.

Me adentré a bañar rápido, ya que quería hacer el desayuno antes de que Lizabeth se despertara.
Por suerte, me había levantado de buen humor.
Había podido descansar muy bien y al final, había pensando en frío toda la situación.
De alguna manera me emocionaba ser tío, y estaba feliz al poder compartir aquello con Liz.

No me costó mucho adaptarme a la idea de que tendría que velar por su salud y la del bebé, constantemente.

   Mientras secaba mi pelo, miré el calendario por segunda vez. Algo había llamada mi atención y me di cuenta que esta semana tenía un día resaltado en color rosa flúor.
Cumpleaños Amber.

« ¡¿Que?! ¡¿Ya?! ¡Es imposible! »
Inmediatamente pensé en un viaje que podamos compartir los dos solos. Ir al mar y disfrutar unos días en la playa o, también me gustaba la idea de visitar las montañas con esa hermosa nieve.
Salí de mis pensamientos y me dirigí a la cocina, ya tendría tiempo de preparar todo, aún faltaban algunos días y no me tomaba más de un día hacer todo. Seguramente terminaría comprando los pasajes por internet o algo parecido, ya lo había hecho varias veces, por lo que no me preocupaba mucho. Tenía cosas en las que pensar ahora.

Mientras prendía la pequeña cafetera para preparar la bebida favorita de Liz, pensaba en como se tomaría todo esto Rosa.
Se que sería una gran sorpresa para ella ya que Liz es demasiado joven y apart...

—Buenos días, hermanito—La voz de Liz me exalto un poco, cortando mis pensamientos.

—Buen días—la saludé mientras veía como se sentaba—¿Cómo te sientes?—coloqué el pan en la tostadora y me puse a hacer una mezcla para los hot cakes.

   —Ya sabes, aterrada...—respondió bromeando un poco. Solté una risa ligera—Gracias por no desecharme—dijo de pronto.

Me quede quieto por un momento.

  —¿Qué dices? Nunca podría hacerte eso, eres mi familia a pesar de todo—la mire con sinceridad y seguí con lo que estaba haciendo.

Sinceramente esta noticia me había caído con balde de agua fría, pero quería demostrarle que tenía alguien a su lado, y que no la iba a dejar sola nunca.

  —Hoy pienso decirle a Rosa, si no hay problema—le dije luego de un largo rato de silencio.
Deje el plato con cereales en la mesa.

   —Me da igual...—respondió con la boca llena y la mire mal— Gruñón—susurro.

  —Puedo escucharte—me hice el ofendido.
Ella rió.
   —Lo eres...—siguió con su tono de burla.

Me acerqué rápido para molestarla.

   —¡No! ¡No, no cosquillas!—se reía antes de que siquiera la tocara.
Solté una carcajada al ver lo dramática que era.

  —Buenos días—la cocina se quedó en silencio en un instante. Mi morocha estaba ahí parada, tan hermosa como siempre.
Su cara denotaba confusión.

Me acerqué a ella.
   —¿Dormiste bien, morocha?—pregunté luego de plantar un beso en sus rosados labios.

Ella asintió y miró a Liz con duda.
Le devolví la mirada.

   —¿Ocurre algo?

  —¡No! No, cómo crees—dijo mientras se apoyaba en mi hombro y abrazaba mi brazo.—Solo te extrañé...—tocó ligeramente sus ojos, adormilada.

—Solo vine a hacerle el desayuno a Liz—aclaré despreocupado.
Ella asintió.

Vi como luego de mirar rápidamente la mesa, frunció sus cejas y siguió su camino hasta la cocina.
Se sirvió una taza del cafe que estaba preparando y se sentó.
No se por qué, pero sentí una fuerte tensión que molestó mi pecho durante toda la mañana.

N/a: ¡Buenas lectoresss!
¡Espero que disfruten el capitulo! Ya saben que me encuentro hasta el 20 de diciembre en periodo de exámenes y entregas de trabajos finales, por lo que se complica un poco sentarse a escribir un buen capitulo, por este motivo tardo. Me encanta que los capítulos queden perfectos, y solo lo publico si realmente me guste el resultado, lamento la demora!
¡Espero que me apoyen con su Estrellita, mensaje y/o comentario, me ayudan un montón!

Las ventajas de enamorarte © |Completa| (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora