Amber.
Cuando al fin salimos de mi casa, no podía ocultar mi gran sonrisa. Habíamos tardado en total tres horas en "ducharnos", cambiarnos y comer algo antes de irnos.
Realmente parecía que estaba con un nuevo Aaron, y me encantaba.
Si fuera por mi, nos habría mantenido encerrados todo el día, disfrutaba mucho y había extrañado tanto los momentos con él.Dan no me había dejado de llamar y mandar mensajes, obviamente no contesté ninguno de ellos.
Confiar en las personas parece algo tonto y simple, pero se vuelve complicado cuando nos decepcionan.
Me parecía estúpido lo que él había hecho, sinceramente me dolía bastante porque le había tomado cariño muy pronto.—Mira que tenemos aquí— ví la reluciente moto de Aaron y me inundé en hermosos recuerdos.
Él me dedico una perfecta sonrisa al ver mi emoción y se subió enseguida para ayudarme a subir también. Me entregó el casco y noté que ya no tenía el otro para él.
Escalofríos rondaron por mi cuerpo, no negaba mi miedo por andar sobre esta cosa, pero era maravilloso como golpeaba el aire en tu rostro y te hacía sentir la persona más libre del mundo.
—Sujétate, morocha— abracé su cintura y dejé que arrancara a gran velocidad.
[...]
Mentiría si dijera que tardamos mucho en llegar, creo que fueron solo quince minutos. La nostalgia se apoderó de mi al ver la hogareña cafetería frente a mi. ¿Cómo sería trabajar ahí todavía?
Aaron me sacó el casco y me sujetó de la mano para entrar al lugar.
Había varios clientes sentados en las mesas, todo muy diferente a esa cafetería solitaria que recordaba.
Aaron caminó un poco más rápido que yo porque me había quedado hipnotizada por los recientes cambias de aquel lugar. Hasta las paredes tenían tonalidades diferentes.
A unos metros, logré ver como Aaron abrazaba a su abuela.
Rosa si que lucia como siempre y mis ojos se cristalizaron al verla. Realmente la había extrañado sin darme cuenta.
Me calmé y caminé rápido hacia ellos.Carraspeé despacio llamando su atención, haciendo que ambos voltearan hacia mi.
Los ojos de la tierna anciana se iluminaron al verme.—¡Amber! ¡Oh, santo cielo, mírate!—me abrazó y me dió una vueltita—Estas espléndida, cuanto haz crecido.
Me sonrojo ante su actitud un poco exagerada, había pasado poco tiempo, es imposible que haya cambiado tanto.
—¡Rosa, me alegra tanto verte!—apreté de manera cariñosa su mano cuando se separó un poco de mi.
Ella rió y asintió.
—También me alegra verte— luego miró a Aaron mientras hablaba—Es la mejor sorpresa que me has podido hacer.
Él me miro y mordió su labio mientras trataba de ocultar su sonrisa. Es obvio que le encantaba que nos lleváramos tan bien su abuela y yo
—Vamos abuela, dime lo que me tenías que decir, no me dejes con la intriga—agrega Aaron mientras miraba impaciente.
Ella frunció el ceño mirándonos a los dos y negó.
—Primero ambos van a tomar el té conmigo, luego hablaremos de eso, pequeño— sentenció ella y se dió la vuelta para agarrar un par de cosas que tenía en el mostrador a mano. La oímos hablar a una de las empleadas, lamentablemente no era Olivia, mi antigua compañera. —Ya están todos atendidos, tu solo encárgate de llevarnos una tetera con té y unas galletas horneadas de limón, por favor— la joven rubia asintió y se fue.
Los tres nos sentamos en una mesa apartada y sin tanta gente alrededor.
Rosa no tardó en aplacar el silencio.
—¿Cómo has estado, cielo?—me miró dándome una gran sonrisa.
«En Nueva York tratando de olvidar a su perfecto nieto»
—Excelente, empecé a estudiar una carrera con todo lo que amo, que es el arte y el diseño— hablé con emoción— y tengo trabajo de niñera.—resumí un poco lo más importante que me había pasado en estos meses.
Sentí la mano de Aaron agarrar la mia debajo de la mesa, me encantaba sentir su calor.
—Felicidades, debes estar muy feliz—asentí ante sus palabras y todos nos giramos en dirección a una voz.
—Disculpen, les dejo su bandeja por acá— todos asentimos y casi me río de lo descarada que fue al quedarse mirando a Aaron en mi cara.
Por instinto atraje mi chico hacia mi.
«Mi chico. Que cursi...»
—Mi pequeña celosita— susurró Aaron en mi oído sin que nadie se diera cuenta.
No era celosa. Es que es molesto que alguien se quede mirando a tu chico justo frente a ti. Esos no eran celosos, eran como una pequeña molesti... bueno si, eran celos.
Rodeé los ojos en un intento de callar mis pensamientos.
—Veo que has hecho muchas reformas, Ross— digo para evitar molestarme por esa chica, y solo cambiar de tema.
—Quería una renovación total, Aaron me ayudó un montón en esto, él pintó todo el lugar solo—
Me sorprendí ante eso y le dediqué una sonrisa tierna a Aaron. Me encantaba lo bueno que era con todos siempre y lo mucho que se notaba su amor hacia Rosa.—Si, bueno, tardé un poco— habló él mientras le quitaba importancia—Creí que nunca terminaría.
Reí ante eso y su abuela también.
—Ni que fuera tan grande el lugar, eres un exagerado, mi niño— le contestó ella mientras señalaba toda la cafetería.
—Tuve que estudiar muy poco para mis exámenes de la universidad, por tu culpa— la señalo molestándola apropósito. Sabía que Aaron solo lo hacía porque le gustaba ver como se enojaba, era evidente.
—Eres un... ash, déjalo—reímos todos viendo como Aaron había logrado su cometido.
Así nos quedamos hablando, y tomando el té por un gran rato. Me había puesto al día con un montón de cosas, y Rosa no me había dejado de preguntar cada detalle de mi estadía en Nueva York. A estas alturas, todos sabían donde vivía realmente.
Cuando el té ya se había enfriado y ya no quedaba ni una sola galleta, volvió la mesera y nos limpió la mesa.
Entonces, vi a Rosa ponerse un poco más seria, pero no dejó atrás ese carisma que tanto la caracterizaba.
—Mi niño, ella volvió de sus vacaciones temporales, me dijo que te avisara ya que perdió tu número—sacudió un poco sus manos restándole importancia. —Espero que todavía siga habiendo un espacio en tu casa para tu pequeña hermana.
N/a: ¡Buenas Lectores! Lo prometido es deuda :) acá dejo otro capítulo, que lo disfruten, los quiero!
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Las ventajas de enamorarte © |Completa| (editando)
RomanceSegunda parte de #LCDE. Saga #complicadamente nuestro. AVISO: Se requiere leer la primera parte para un mejor entendimiento. Llevar una cicatriz es el recuerdo de que alguna vez dolió, pero ya no lo hace. Aquello diferenciaba mi gran marca de tod...