Cambiarte de escuela en tu último año de universidad no debería ser para tanto. Sin embargo, para Ember eso no era algo de lo que pudiese sentirse orgullosa.
Forzada a cambiarse de universidad, Ember conoce nuevas personas, vive nuevas experiencias...
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Taehyung
Estaba nervioso.
Muy nervioso.
Y cómo no estarlo, si las probabilidades de arruinar esto tanto con Ember como con Namjoon eran altas. No quería pensar de forma negativa, pero sabía que toda la situación entre los tres se volvería compleja una vez que mi mejor amigo atravesara esa puerta.
—¿Crees que Namjoon sospeche algo si sabe que he estado durmiendo aquí?
Giré mi rostro para observar sobre mi hombro a Ember.
Sus enormes ojos color miel miraban cada uno de mis movimientos desde la barra con gesto preocupado mientras terminaba de preparar la cena.
Entendía su preocupación porque era la misma preocupación que no me había dejado dormir bien desde hace un par de noches atrás. Sin embargo, pude darme cuenta con facilidad de que su pregunta no era más que una forma de pedirme que le dijera que todo saldría bien y, siendo honesto, yo deseaba lo mismo.
Pero, para que todo saliera bien, primero tenía que centrarme en esta noche.
Ember y yo acordamos que sería buena idea invitar a cenar a la casa a Yoongi, Hoseok y Namjoon. Dicha idea surgió luego de que los tres insistieran en ver cómo estaba Ember después de lo que pasó en la universidad.
Ella y yo también acordamos que este sería el primer intento para hablar con Namjoon y, aunque por momentos sentía que intentar hablar con él esta noche no era buena idea, tampoco estaba tan seguro de que fuera mejor posponer y ocultar algo que ya no podía negar por mucho que intentara hacerlo. Después de todo, Ember terminó viviendo conmigo luego de lo que pasó con su compañera de cuarto, así que no había mucho que pudiera —o quisiera— hacer para alejarme de ella.
Sin mencionar qué tal vez Namjoon sospechaba algo.
—Seguramente Hobi ya le dijo que estás viviendo aquí —contesté, pasándole los platos para que los colocara en la mesa y se distrajera un poco—. Eso explicaría el porqué no te ha llamado.
Una pequeña arruga apareció entre sus pobladas, pero delineadas cejas y contuve una sonrisa pensando en cuán encantadora lucía incluso sin intentarlo.
La primera vez que la vi, solo me bastó con observar su manera de caminar, escuchar la forma tan amable y alegre que tiene de hablar, e incluso su manera tan vibrante de sonreír a las personas, para darme cuenta de lo cautivadora que podía llegar a ser sin esforzarse mucho. No obstante, fueron sus ojos, grandes y brillantes, pero con una enorme sombra de melancolía, los que me hicieron pensar cuán cansada debía sentirse cuando estaba sola.
Así de transparente era su mirada.
—¿Qué tiene que ver que esté aquí con que me llame o no? —cuestionó Ember, tomando los platos que le entregué mientras yo iba a revisar el horno.
