Cambiarte de escuela en tu último año de universidad no debería ser para tanto. Sin embargo, para Ember eso no era algo de lo que pudiese sentirse orgullosa.
Forzada a cambiarse de universidad, Ember conoce nuevas personas, vive nuevas experiencias...
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Tragué saliva sin saber qué responderle a Azumi.
Ninguno de mis compañeros de clase me había preguntado al respecto, principalmente porque no cruzaba las suficientes palabras con ellos como para que lo hicieran. Ni siquiera Hoseok o Taehyung lo habían hecho. Éste último parecía querer saberlo, pero estaba segura que después de cómo reaccioné cuando mencionó a mis padres el otro día, no lo haría.
Miré que mi compañera de cuarto estaba esperando pacientemente por mi respuesta, y por alguna razón —el alcohol tal vez—, sentí que si le contaba a Azumi lo que pasó, dolería un poco menos. O que incluso sería más fácil para mí hablar al respecto sin entrar en pánico. No pretendía ir por ahí diciéndole a todo el mundo lo que sucedió, pero mi falta de juicio veía este momento como el primer paso para comenzar a superarlo.
—Lo qué pasó fue que...—jugué con mis dedos nerviosa—,...me tomaron fotos a solas con el subdirector de mi facultad —dije casi en un susurro.
Cuando dirigí de nuevo mi mirada hacia Azumi, noté que ella no hacía ningún gesto. Como si supiera que había una explicación lógica y no quisiera saltar a suposiciones precipitadas. Eso me dio una sensación de seguridad por primera vez en mucho tiempo.
—Todo fue una venganza porque no quise tener relaciones con el chico con el que salía —continué explicando—. Un día, saliendo de clases, me dijo que el subdirector pidió que me reuniera con él para hablar; y yo en efecto había estado siendo asesorada por él para obtener una beca, por lo que tuvo sentido para mí a pesar de que nadie sabía al respecto y la reunión era fuera de la escuela.
—¿Y cómo logró que el subdirector acudiera al restaurante? —preguntó Azumi.
—Le dieron una nota en mi nombre con la dirección. Decía que quería hablar con él sobre "nuestro asunto" —entrecomillé en el aire con mis manos—. Al parecer el chico con el que salía me había visto acudir en distintas ocasiones a su oficina, pero no sabía la razón.
—Creyó que era porque tenías una relación con él —dedujo y yo asentí—. ¿Y qué hizo con las fotos?
—Las repartió al día siguiente en la escuela junto con varias fotos mías entrando a su oficina después de clases —contesté entre dientes—. Jamás pude demostrar que fue él quien armó todo, y como el subdirector no solía ayudar a alumnos a obtener becas, todos creyeron que estábamos saliendo y no que nuestros encuentros eran con fines académicos.
—Wow —suspiró—. Debió ser muy difícil ser acusada así —murmuró con sinceridad, sin ningún rastro de lástima.
Le agradecí internamente por eso y asentí.
—Cuando las fotos llegaron a la dirección, casi lo despiden, pero él se mantuvo al margen y permitió que tomaran medidas contra mí como prueba de que él no tenía nada que ver conmigo —reí con sorna—. Comprendí su forma de actuar, pero nunca podré olvidar que me dio la espalda sabiendo que yo también era inocente.
