Cuatro

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Cuando Azumi salió de la habitación, tomé asiento en mi cama y cerré los ojos. Creía haberme mentalizado para enfrentar situaciones de este tipo, pero una cosa era imaginar todo en mi mente, y otra era cuando en realidad sucedía.

Mi compañera de cuarto se tomó su tiempo para volver a la habitación. Probablemente quiso darme espacio para que me pudiera instalar más rápido, o tal vez notó mi extraño comportamiento. No estaba segura, pero igual lo agradecía.

Acomodé con cuidado toda mi ropa en el closet, el cual sería compartido. Mientras doblaba mis blusas, no pude evitar notar que la ropa de Azumi iba en su mayoría de tonos azul marino, gris y negro. Era evidente que su estilo era bastante sobrio, a pesar de que ella parecía sacada directamente de una caricatura.

Cuando terminé de acomodar mis artículos personales sobre mi propia cómoda, tendí mi cama con mi único juego de sábanas y acomodé mis arreglos florales de plástico, miré el reloj de mi muñeca y me di cuenta que solo faltaban 15 minutos para que empezara la primera clase.

Rápidamente giré sobre mis talones y tomé mi mochila. Aun me faltaba acomodar algunas cosas, pero eso tendría que esperar para cuando terminara el día.

Después de salir y cerrar la habitación con mi propia llave, caminé por el enorme edificio zigzagueando entre las personas que caminaban en grupos. Todos se veían y saludaban alegremente después de no verse durante las vacaciones, mientras yo ignoraba el sentimiento de nostalgia al no ver ninguna cara conocida.

Cuando por fin llegué a mi salón, noté que varios alumnos permanecían parados platicando entre las hileras de escritorios, mientras que otros no dejaban de mensajear en sus teléfonos y les mostraban fotos graciosas a sus amigos. La escena lucía casi igual a mi antiguo salón de clases. Excepto que éste no era mi antiguo salón no clases, y esta no era mi universidad.

Ahora lo es, pensé con cierta pesadez en el pecho.

Tomando suficiente aire y valor, entré al salón y tomé asiento al final del mismo esperando que no fuera el lugar de alguien más. Nadie pareció notar mi presencia, así que dejé salir el aire lentamente por mi pequeña victoria.

Hasta que sentí que alguien tocó mi hombro.

—Ese es mi lugar.

Incliné mi rostro hacia arriba y miré a un chico alto y de cabello color marrón mirarme desde su altura con cara de pocos amigos. Lucía exactamente como el compañero que se sienta al final solo para no hacer nada durante toda la clase. Odiaba los estereotipos, pero el chico gritaba fuck boy por donde lo miraras.

—Lo siento.

Sin dudarlo, comencé a ponerme de pie, pero antes de que terminara de hacerlo, el chico me detuvo, observó mi rostro y sonrió de un modo extraño.

I'm In Love Too • KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora