Siete

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—Que tengas un buen fin de semana.

Sonreí hacia Shiro mientras me quitaba mi delantal.

—Igualmente, odioso; nos vemos el lunes.

Después de despedirme de mis compañeros, me dirigí hacia la salida del restaurante y me coloqué mi chamarra. No hacía mucho frío, pero estar tanto tiempo en una cocina sube la temperatura corporal, y un poco de aire fresco podría ser igual a un resfriado y alguien como yo no podía darse el lujo de enfermarse.

Mis pies se sentían pesados, al igual que mis párpados, así que en un esfuerzo por no dormirme en el autobús, me puse mis audífonos y comencé a escuchar música que me mantuviera despierta durante el trayecto al campus.

Justo cuando comenzaba una de mis canciones favoritas, entró una llamada que los auriculares aceptaron automáticamente.

¿Ember?

Cerré los ojos reprimiendo un suspiro al escuchar su angustiada voz. 

—Hola, mamá.

—¿C-cómo estás?

Apreté la mandíbula al escuchar su voz en un susurro, sabiendo lo que su tono de voz significaba.  

—¿Papá sabe que estás hablando conmigo?

—Eso no importa —contestó aun en un susurro.

—Claro que importa —repliqué molesta—. A mí me importa.

—Ember, tienes que entender a tu padre...—suplica—. No fue fácil para él enterarse de lo que hiciste.

Estaba harta de ser señalada así.

—Yo no hice nada —afirmé secamente.

El silencio de mi madre era pesado como el ambiente entre ambas.

—¿Qué?

—Si mi padre y tú se hubieran detenido un segundo a hablar conmigo, sabrían que yo no hice nada malo —espeté.

—Ember, tenían pruebas... —replicó aun con desconfianza hacia mí.

Apretando los puños por la impotencia y la frustración, pienso en que no importa cuánto me esforzara, ellos simplemente no creerían en mí.

—Saluda a Juliet de mi parte —digo secamente antes de cortar la llamada.

Observé con cierto temor hacia las personas que venían en el autobús, pero afortunadamente todos los pasajeros estaban igual de cansados que yo que no se no habían percatado de nada de lo que dije.

De pronto me bajé del autobús una cuadra antes de llegar al campus con el objetivo de comprar algo que por supuesto no venderían en las tiendas de la escuela, así que con paso cansado llegué a una tienda de conveniencia que estaba cerca y pagué por algo de alcohol. No pretendía emborracharme, pero al menos quería relajarme un poco y olvidarme de mi discusión con mi madre.

I'm In Love Too • KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora