Cambiarte de escuela en tu último año de universidad no debería ser para tanto. Sin embargo, para Ember eso no era algo de lo que pudiese sentirse orgullosa.
Forzada a cambiarse de universidad, Ember conoce nuevas personas, vive nuevas experiencias...
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N/A: Dado que recibí buenas respuestas en el capítulo anterior, decidí publicar ya el siguiente. Que lo disfruten... supongo 👀
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Mientras la gente pasaba riendo a nuestro al rededor en el estacionamiento de la universidad, Taehyung me miró por un par de minutos — los cuales se sintieron como horas— con una mezcla de molestia e incomodidad mientras yo solo lo observaba sin mediar palabra.
—Pero tú... —balbuceé, sintiendo un nudo en mi garganta—, tú fuiste quien las dejaba en mi escritorio. Yo te escuché hablando con Hoseok sobre la carta.
Taehyung agachó la mirada.
—Namjoon me pidió a mí que dejara las cartas sobre tu escritorio porque sabe que estoy en todas tus clases —explicó, aún sin verme a los ojos.
Seguro por la pena de tener que romper mis patéticas ilusiones.
Mi corazón se sentía pequeño por la vergüenza al ver que, lo que más temía, se volvía realidad.
—Entonces, tú no...
—No —afirmó, dejando caer sus hombros y con ello mi corazón dejó de latir del mismo modo en que lo había estado haciendo minutos atrás.
—¿Por qué Nam hizo algo así? —cuestioné, aun esperando que el hombre frente a mí me dijera que todo era una broma, que él me había escrito las cartas y que en verdad se sentía tan atraído por mí como yo por él.
Sin embargo, Taehyung se limitó a guardar silencio a la pregunta que no parecía tener una respuesta, aparte de la obvia:
Le gustaba a Namjoon como algo más que una amiga.
Ahora podía comprender todo: el porqué Taehyung siempre mencionaba a Namjoon y hacía comentarios sobre él, incluyéndolo en nuestras conversaciones. O por qué de repente Namjoon aparecía para invitarme a salir con sus amigos, llevarme al trabajo o salir a solas conmigo probablemente con el pretexto de que le ayude con una tarea.
Ahora que lo pensaba, Namjoon era la persona más mas inteligente que conocía, seguro era tan capaz como yo de manejar un software de diseño gráfico o incluso mejor.
Cerré los ojos, sintiéndome estúpida por no notar lo evidente.
Todo estaba frente a mí, pero al parecer fui demasiado ciega como para notarlo. Estaba tan ocupada creándome un cuento con Taehyung, que no fui capaz de ver lo que Namjoon sentía por mí.
Ahora comprendía porqué Taehyung se mostraba tan tranquilo y desinteresado respecto al tema de las cartas. Porque él no las escribió, solo le hizo el favor a su mejor amigo de hacérmelas llegar.
Ahora también comprendía porqué no se había molestado en preguntarme qué era lo que Amaia me había quitado y roto el día que discutimos. Yo tontamente creí que era porque quizás él sabía que era una de sus cartas, pero no. Era una carta de Namjoon, una carta que él solo colocó en mi escritorio, pero que jamás escribió.
