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Fairuz.

Cuando lo veo parado delante mío, con la cara sorprendida al verme ahí, ruborizado y nervioso, me rio mentalmente.

—Hola, Harry —una sonrisa sale de mi rostro para saludarlo.

—Fairuz, qué sorpresa —me sorprendió como cambio tan rápido su estado de nerviosismo a confiado y relajado.

—Compramos unos pasteles, estábamos conociendo el pueblo —digo bajo la mirada atenta del chico de mi costado

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—Compramos unos pasteles, estábamos conociendo el pueblo —digo bajo la mirada atenta del chico de mi costado. —Oh cierto, él es mi hermano Santiago —lo señalo para que ambos se saludaran estrechándose las manos.

Casual.

—No te había visto antes, a ninguno ¿Se acaban de mudar? Porque no parecen ser ingleses, en realidad —con un ceño confundido Harry nos mira a los tres rápidamente.

—Venimos desde América, algunas semanas de vacaciones a casa de mi abuela Amelia, vive a unas cuadras de aquí.

—¿Pasarán todas sus vacaciones aquí?

—Eso parece —Santiago respondió con voz obvia.

—Pensé que vendrías con tu papá, por lo de ay... —le abrí los ojos al saber que si continuaba, mi hermano se enteraría del accidente.

—¿Qué pasó ayer? —muy tarde, mierda.

Santiago espera que alguno diera el primer paso en empezar la anécdota, me mira y mira a Harry, ya no tenía salida. Después de taparme la cara con las manos y que Harry contará lo sucedido, mi hermano se burló cerca de diez minutos.

—Esto es demasiado bueno, papá debe venir a pagar lo que desperdiciaste, hermanita —todo idiota, me mira con la ceja levantada y los brazos cruzados. —¿Acaso no pensabas contarle?

—¿Por qué no lo pagas tú? —mis palabras en español salieron rápidamente para callar a mi hermano.

—Se me acabaron las libras, a menos que acepten soles —se burla el idiota. Harry nos mira confundido intentando entender, luego entiende cuando le explicamos que nos referíamos a la moneda de nuestro país.

—Solo buscaba el momento, nada más —lo miro desaprobatoriamente.

—Sarah le dijo que no había problema, pueden venir cuando quieran y más si estarán aquí todas las vacaciones —el castaño me mira con una sonrisa y me guiña el ojo. —Debo volver a trabajar, ya voy tarde, nos vemos luego —se despide con su gran sonrisa y entra a la panadería.

De regreso a casa, las burlas y molestias no faltaron, además de imitar como ponía mi cara al mirar a Harry, lo odio. Al llegar a la entrada, estaba por advertirle que no abriera la boca, sin embargo, fue muy tarde cuando abrió la puerta para entrar gritando que tenían un nuevo chisme.

—¡Papá! ¡Mamá! ¡Abue! —dice apenas cierra la puerta. —No saben cual es el último desastre de su linda hijita —se burla mi hermano moviendo sus manos, como si de una venganza se tratara.

Just let me adore you [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora