"Después de pensar que nuestra historia acabaría por completo ese verano en Holmes Chapel, no tuve la suficiente valentía para mirarlo a los ojos otra vez. Eran emociones más fuertes de las que mi cuerpo podía soportar, era él, nuevamente él."
Para...
Al llegar me tumbé en el sillón con una sonrisa. La abuela y mamá me abordaron con un montón de preguntas, haciendo que terminara por contarles la apuesta que había hecho con el inglés. La verdad nunca me ha gustado mentir, por lo que hable con mamá y le pedí permiso para poder ir a comer mi helado teniendo una respuesta afirmativa de su parte. Luego de cenar la rica sopa que me había guardado la abuela, subí a la habitación y me quedé dormida automáticamente.
Al abrir los ojos realicé la misma rutina del día anterior, salí corriendo de casa porque se me hizo un poco tarde, pero llegue justo a tiempo.
—Un minuto tarde —señala el reloj en la pared con su dedo.
—Ayer llegué antes que tú, mi querido Harry —le saco la lengua mientras camino a tomar mi delantal.
—No olvides que más tarde pagaré la apuesta —su ronca voz me hizo estremecer.
—No pensaba olvidarlo, y si no querías pagarla, te llevaba arrastrando —le hice saber y obtuve una sonrisa de su parte.
La mañana pasó tranquila, la misma cantidad de personas que el día anterior y hoy me sentí con mayor confianza. La hora de almuerzo llegó, me saqué el delantal para ir a recoger a casa de mi abuela la comida, pero antes de que pudiera salir, Sarah me ofreció un poco de lasagna la cual terminé aceptando. Una vez acabado mi tiempo, salí nuevamente para volver a trabajar, cuando me encontraba ya en mi zona, vi a Harry con una mujer conversando animadamente, claro, tenía novia, era lógico que alguien como él tenga novia. Quise volver a entrar a la habitación de empleados pero la chica con la que conversaba el castaño volteó y me sonrió, haciendo que él volteara también.
—¡Fai, ven! Si tú no eres tímida —Harry me da una sonrisa con todos sus dientes.
—Eh... hola —muevo mi mano lentamente.
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—Ella es Gemma, mi linda pero fastidiosa hermana —la señala sonriendo.
—¡No soy fastidiosa, Harry! No le creas —bufa ignorando a su hermano. —Hola, mucho gusto —mueve su mano.
—El gusto el mío —imite su acción con una sonrisa y más ¿Relajada?
—Yo solo venía a entregarle el almuerzo a este niño, sino, no come nada —rodea los ojos mientras estira su mano con una pequeña mochila hacia el ruloso.
—Gemma, demasiada información por hoy —bufa enojado. —Gracias, le dices a mamá que llegaré un poco tarde hoy —la empuja hacia la puerta rápidamente.
—Ya ya.. nos vemos, suerte al soportar a este pesado —reímos. —Chau, Fairuz.
—Hasta luego —sonrío.
Veo como Harry escolta a la rubia hasta la puerta y cuando ella lo abraza exageradamente, el se queja y la aparta, haciendo que ambas nos burláramos de él. La logra botar y camina hacia mí de regreso.