Just let me adore you [H.S]

47

Harry.

Bajé del avión y me dirigí hacia el taxi, este me llevó hacia los barcos que llevan hasta el hotel al que quería llegar. A lo lejos pude ver la isla, mientras más cerca estaba, mi corazón más latía, sabía que ella estaba ahí, no sabía que pasaría al encontrarla, pero intentaría hasta lo último para que se quedara conmigo.

—Buenos días, quisiera saber en qué habitación bungalow está hospedada la señorita Fairuz Molina.

—No podemos dar esa información, lo siento —el recepcionista bajó su mirada hacia su computadora para seguir ignorándome.

—Oh claro, es que soy su esposo, vengo a darle una sorpresa —me miró nuevamente.

—Está bien —dijo medio dudoso. —Bungalow 1402, sale hacia el patio y enfrente están todos los bungalows, se ubicará fácilmente.

—Muchas gracias —le sonreí y salí corriendo.

Este lugar era precioso sin duda, el paisaje perfecto entre el mar celeste y las palmeras. Camine recto hacia donde él me indicó dándome con la puerta 1402, tragué saliva y toqué, pero nadie me abrió, quizá estaba dormida o..

(Reproduzcan "If i could fly - One Direction")

—¿Harry? —su voz, giré lentamente dejando mi maleta en el piso para encontrarme con los ojos de la mujer de mi vida, estaba un poco más rellenita pero lucía radiante, se había cortado un poco el cabello y ahora estaba castaño.

—Hola —fue lo único que yo pude decir.

—¿Qué haces aquí? ¿Quién te dijo que estaba aquí? —sus ojos me pedían respuestas, pero no sabía cómo darlas.

— Fairuz, yo, lo siento mucho, vine hasta aquí porque necesitamos hablar.

—Yo no tengo nada que hablar contigo —se dio la vuelta para luego irse.

Fairuz.

Pero me detuvo, no me dejo ir, no sabía que hacer, mi bebe daba pateaba mi panza una y otra vez, supongo que sentiría mis nervios, y como no, era la voz de su papá, la voz que escuchó solo en canciones por semanas.

No sabía cómo había llegado hasta aquí o como me había encontrado, pero estaba aquí mirándome y pidiéndome perdón.

—Harry, por favor —susurré intentando zafarme de su agarre.

—No, Fai, escúchame —se acercó a mí. —Lo siento, siento mucho haberte lástimado de esta forma, tu siempre has estado conmigo, desde los dieciséis —tomó un mechón de cabello y me lo acomodó detrás de mi oreja. —Jamás debió pasar eso, jamás debí hacerlo, pero fui un idiota —sus ojos solo demostraban desesperación y muchas lágrimas acumuladas empezaron a asomarse. —Sé que es tarde para pedir perdón, pero necesito que lo hagas, no se vivir sin tí, estos dos meses han sido una mierda, no he comido bien, no he dormido bien, no he vivido bien, por favor perdóname, eres todo lo que necesito y quiero, yo te amo.

—Harry, han pasado tantas cosas, yo no sé si pueda perdonarte —lo miré.

—Por favor, intentémoslo nuevamente, no te volveré a fallar, estaba ebrio y enojado, por favor —me suplicó.

—Harry no... —no pude terminar de hablar porque tenía sus labios pegados a los míos, sentí como mi bebé empezó a patear fuerte, por lo visto, Harry no lo había notado porque llevaba una capita algo ancha, debía decírselo. Sus labios se movían desesperados buscando los míos, tomó mi cara entre sus grandes manos, nuestras respiraciones eran rápidas, perdí noción de tiempo y espacio hasta que volví a la realidad por la falta de aire. —Ven, pasa, hablemos adentro.

Lo hice pasar al bungalow, dejó sus maletas en el piso y me miró.

—¿Por qué viniste hasta el otro lado del mundo? —miro hacia el mar, esperando mi respuesta.

—Necesitaba pensar, alejarme de todo, me sentía perdida y quería encontrarme, yo.. debo decirte algo primero, siéntate, por favor —el se sentó en mi cama, camine hasta el armario y saqué una cajita. —Ten —la recibió entre sus manos y me miró sin entender. —Ábrela.

Harry sacó la tapa y encontró mi carta, la sacó y la abrió.

Hola mi amor, sé que quizá nunca vayas a leerlo, si lo haces, no sé donde nos encontraremos en este momento. Han pasado tantas cosas en tan poco tiempo que siento que no puedo controlarlo. Me siento perdida, sin ti, siento que no puedo continuar, me lastimaste como prometiste nunca hacerlo, algunas noches me levanto con la pesadilla de revivir ese momento una y otra vez en mis sueños. Me acostumbre a estar a tu lado, es raro despertar y no tenerte conmigo, no ver tus rulos desordenados ni sentir tu calor. Te amo Harry y quizá nos encontremos más adelante, gracias por compartir un pedacito de tu vida conmigo, pero ahora, compartiremos uno en común. Debajo de esta carta, debajo de este pañuelito, encontrarás el motivo por el que luchar día a día como yo lo encontré, gracias por hacerme la mujer más feliz, este regalo no tiene precio.

Fairuz.

Harry alzó la vista con los ojos llorosos y luego la bajo para sacar la telita.

Yo me limitaba a mirar todo en silencio arrodillada frente a él. Entre sus manos una prueba de embarazo con la ecografía, sus ojos se abrieron y empezó a llorar aún más, me miró y yo solo asentí con mi cabeza, Harry se hizo un bolita en el piso, se sentó delante mío y empezó a llorar como un bebé, no pude aguantar más y lo abrace.

—Voy a ser papá —me miró y llevó una de sus manos hasta mi barriga.

—Vas a ser papá de un niño precioso —le sonreí aunque las lágrimas caían de mis ojos.

—Es un niño —admiró la ecografía junto al test. —¡Es un niño! Mi amor, me has hecho el hombre más feliz del mundo. Por favor, perdóname —nuevamente su voz se apagó y me miró suplicando, pensé a velocidad de la luz y suspiré.

—¿Para siempre? —me sonrió.

—Para siempre, amor de mi vida —me dio un beso.