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Fairuz.

Llevo dos días sin hablar con Harry, realmente es molesto cuando está con esa actitud, así que decidí ignorarlo, no sabe disculparse. Hoy en la mañana intentó hablar conmigo pero me fui antes que pudiera empezar, cree que puede hablarme sin disculparse antes, está loco.

Me dirigí al trabajo como todos los días, hoy sería algo cansado. Después de probar varios lentes y algunos encuadres, llegó mi hora de almuerzo, pedí algo de la cafetería y esperé a que llegara mi deliciosa comida, muero de hambre.

—Pase —Will, el chico de seguridad, ingresó con un arreglo de flores, lo miré extrañada. —Creo que te has equivocado de oficina —bromeé.

—Señorita, buenos días, son para usted.

— Déjalas aquí, por favor —señalé mi escritorio. —Gracias, Will.

Eran girasoles, mis favoritos, el arreglo estaba precioso, busque la tarjeta que estaba en la parte de adelante.  

"Mi amor, para mi eres el girasol más bonito

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"Mi amor, para mi eres el girasol más bonito. Eres increíble, te admiro y sé que algún día serás una gran directora, eres la mejor en lo que haces y estoy orgulloso de ti. Cada logro que has conseguido ha sido por ti y para ti. Siempre estaré contigo para aplaudir lo maravillosa que eres. Lo siento mucho, te amo, H

—¿Pero qué es esto? —Gia entró mirando el arreglo en mi escritorio.

—Es de Harry —sonreí limpiandome la lágrima traviesa que escapaba de mis ojos.

—Vaya, amiga, están preciosos, que suerte tienes de tener a ese guapo contigo —me dio un pequeño golpe mientras tocaba con su mano uno de los girasoles.

—Es perfecto, Dios, hemos discutido y estos días estuvimos distanciados, es increíble —acaricié un girasol.

—¡Tu príncipe azul! —me sonrió.

Recibí un mensaje de Harry diciendo que pasaría por mi a la hora de salida.

Cerré mi oficina y caminé rumbo a la salida con el arreglo en las manos. Mi ruloso estaba parado frente a mí con una sonrisa y otro ramo de rosas.

—¿Otro más, Styles? —le sonreí enternecida.

—Los que sean necesarios para que me perdones.

—Gracias, están preciosas — las tome entre mis manos y le di un pequeño beso entre sonrisas.

—¿Me perdonas entonces? —abrió la puerta del auto para que pudiera subir.

—Solo si no vuelves a hacerlo más, puedo sola, Harry —lo miré.

—Lo sé, créeme que sé que puedes, tienes una capacidad increíble, solo, te quería cerca a mi —tomó una de mis manos y las llevó a sus labios mientras conducía.

—Gracias, amor —le sonreí. —Ahora no te librarás de mí en todos estos meses —hice una mueca malévola.

—¡Ay no! —reímos.

Fuimos por algo de cenar a un McDonald's en el auto rápido. Lo sé, diran que románticos, pero a decir verdad, las cosas con Harry funcionaban así.

Normalmente no podemos preparar comidas en casa ya que él esta trabajando en el estudio y yo estoy en la productora. Debo admitir que soy la que come más grasa, a mi novio le gusta mantenerse fit, de todas formas siempre me roba papitas o gaseosa.

Harry no es un hombre que se haga problemas, somos muy prácticos en cuanto a la organización de casa. Él limpia y yo lavo la ropa, yo cocino y el lava los platos. Normalmente el tiende la cama ya que yo salgo corriendo al trabajo, pero la que se encarga de mantener el orden, soy yo, Harry pierde todo.

Luego de comprar nuestro elaborado almuerzo, nos dirigimos a casa. Como era de esperarse, tuvimos una gran reconciliación.

Harry bajó desesperado de mis bragas y de un tirón entró en mí.

—Más despacio —dije como pude.

—Oh no, olvídalo, te extrañé dos días y más con esas pijamas que usas —se movió más rápido.

Iba a responderle pero el timbre sonó.

—Mierda —dijo Harry, yo reí.

—Ve a ver quien es, ahora salgo.

—¡Que inoportunos! —gruñó levantandose de encima mío.

Él se vistió y salió en lo que yo me cambiaba. Al llegar a mi sala, me llevé una gran sorpresa.

—¡Fairuz! — corrió hacia mí.

—¡Gemma, hola! —la abracé fuerte, estaba emocionada, no la veía hace mucho. Mire a Harry y tenía cara de pocos amigos.

—Espero no haber interrumpido.

—S..

—Oh no, claro que no —Harry me fulminó con la mirada, y con pasos pesados caminó hasta el sofá para tirarse en él.

Gemma se quedaría unos días. Había venido para hacer unos papeleos de su nueva marca de lentes, me encantaron todos los modelos que me enseñó desde celular.

Mientras conversaba con ella, Harry parecía un niño pequeño al que le habían quitado su paleta, no sabía qué más hacer, no paraba de bostezar apropósito. A pesar de mis miradas asesinadas, no se detuvo, cada cierto rato decía “Oh, qué sueño” “Oh, qué cansado”, fue hasta que no se aguantó que nos interrumpió.

—Hermanita, nos morimos de sueño, mañana seguimos conversando ¿Si? —me cargó prácticamente y caminó conmigo hasta el segundo piso.

—Claro, no se preocupen, me pondré tapones —jugó Gemma para entrar a la habitación de huéspedes.

—Oye, eso fue grosero —no pude regañarlo más porque se lanzó encima mío.

—Ahora si no te me escapas —dijo para luego comerme la boca.

Just let me adore you [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora