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Fairuz.

Estaba sentada junto a Xio esperando mis resultados. Fuimos a una clínica privada, nos encargamos que fuera algo lejana para evitar especulaciones, aunque no estuviera con Harry, no me dejaban en paz.

No sé nada de él, he evitado leer todos sus mensajes y llamadas, sé que ahora está en América dando sus últimos conciertos para su descanso, pero nada más. No nos hemos comunicado y solo han pasado tres meses desde el día que llegó a casa ebrio.

—Señorita Molina, adelante, por favor —la recepcionista me hizo pasar a un consultorio, todo era blanco y limpio.

—Buenos días, doctora —me senté en la silla.

—Buenos días, señora —señora, dios. —Soy la doctora Micaela Holland, me acaban de entregar sus resultados—empecé a sudar de lo nerviosa que estaba, abrió el sobre y sonrió. —La felicito, tiene cuatro meses de gestación.

¿Voy a ser mamá?

—¿Cuatro meses? Es mucho tiempo —no salía del asombro.

—Si, bueno, es la primera consulta que tiene por lo que entiendo. Por favor, acompáñeme a la camilla para hacerle una ecografía, a los cuatro meses el bebé esta formado e incluso podemos saber el sexo.

—Puede pasar mi amiga, por favor, está afuera.

—Claro —la fue a llamar.

Me eche en la camilla, es demasiada información que procesar, embarazo, bebé, sexo del bebé, cuatel meses, por Dios. Con Harry siempre teníamos sexo pero yo tomaba pastillas, aunque es posible que me haya olvidado alguna, carajo.

—¿Ves esto? —señaló con su flecha en la pantalla.

—Si —susurré, el bebé se veía completamente, por Dios. Empecé a llorar de la emoción al escuchar sus fuertes latidos.

—Amiga, es tu bebito —Xio estaba a mi lado con los ojos llenos de lágrimas.

—El bebe está en perfecto estado, es muy tranquilo porque me parece raro que no hayas sentido alguna patada —sonrió. —Aquí ya se ve claramente que es ¿Te lo digo?

—Si, por favor —le dije ansiosa mientras oía el látido del corazón de mi hijito.

—Un hombrecito —es un niño, no podía de la emoción, siempre quise que mi primer bebe fuera varón y mi sueño se estaba cumpliendo.

—Felicitaciones, mamá, ven por aquí por favor para darte las indicaciones.

Después de hablar un rato más con la doctora, fuimos hacia la casa de Xio. Yo no salía de mi shock 

¿Yo? ¿Mamá? Mierda, Harry, ahora como le diría, debía decírselo o quizá no, carajo.

—Quita esa carita —Xio se sentó a mi lado dándome un pote de helado. —Debes decirle, Fai.

—No se lo merece —me metí una cucharada a la boca.

—Lo sé, pero es el papá de tu bebé y él tiene derecho a estar con él.

—Ya lo sé, Xio, es complicado, quizá lo llame mañana, o cuando vuelva, hablaré con Niall para saber donde están.

Y así lo hice, a los tres días, Louis, Niall y Liam aparecieron en mi puerta. Les pedí que vinieran porque debía hablar con ellos pero que por favor no le contaran a Harry.

—No te ofendas pero, estás más rellenita —Louis me abrazó para luego examinarme bien.

—Y tú decías que yo iba a engordar —Niall me sacó la lengua.

—Tu tienes algo —Liam me descubrió.

—¿Algo como que? —Niall preguntó tratando de entender.

—No me digas que... —asentí y él corrió a abrazarme.

—Alguien nos dice, no entendemos —Niall y Louis nos miraban con cara de wtf.

—Estoy embarazada —les enseñe la ecografía.

— ¡¿Qué?!

Luego de conversar con ellos y pedirles que por favor no le dijeran nada aún a Harry, comimos algo a petición de Niall. Me contaron que está muy deprimido y no sale de su habitación. Tampoco es que esté de muy buen humor pero trato de seguir con mi vida, jamás me plantee una reconciliación con él, y con el bebé nada cambiaba, solo tendríamos una relación de papás.

El teléfono de Liam sonó, era Harry, todos se alarmaron.

—Actúen normal ¿ok?, tu Fairuz, sh —contó tres segundos y contestó.

¿Liam? ¿Dónde estas? Teníamos ensayo hace media hora pero ninguno aparece —su voz, su preciosa voz, por que tenías que engañarme Harry idiota.

—Eh...

—Estamos comiendo —gritó Niall y Liam lo fulminó con la mirada.

¿Comiendo? No me sorprende, irlandés, ya te dije que vas a engordar.

—Lo mismo decían y ahora, si supieras —Niall se tapó la boca con ambas manos, todos le tiramos cojines, idiota.

¿Qué?

—Nada nada, ya vamos, Harold —Louis habló.

¿Louis? ¿Dónde están?

—¡Dejaste la toalla mojada en mi cama!  —Xio gritó y todos volteamos espantados mirándola para que se callara.

¿Esa es Xio? ¿Dónde están?

—En Alaska, ya chau, Harry, ya vamos, adiós —gritó Louis.

Pero espe... —Liam cortó.

—¡Niall y Xio, van a morir! —los miré mal.

—Lo siento —la rubia hizo carita tierna de bebé.

Los chicos se despidieron de mí y del bebé, Niall no paraba de hablarle a mi vientre diciendo que él era su mejor tío y que apenas naciera le compraría la franquicia de comida que él quisiera, que regalos tan normales tendría mi hijo, pensé. Me hicieron prometer que si le contaría al ruloso de una vez y se fueron hacia su ensayo.

Just let me adore you [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora