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Harry.

Los días han sido una mierda desde que Fairuz se fue. No he podido dormir, los chicos dicen que mis ojeras son del tamaño de mi cara. Sé que la jodí, la jodí muy feo, reconozco mi error y quizá sea algo que pague hasta el día que me muera. A pesar de rogarles a los chicos por que me digan como está, no lo hicieron.

Los problemas de la banda también han empeorado, ayer dimos nuestra última presentación en The x Factor, sentí un nudo en la garganta cuando terminamos de cantar History, pero me agradó la idea de tener un descanso para nosotros, era necesario.

Metí la llave a la cerradura y la gire, al entrar, el olor a casa me hizo sentir completo por un momento.

—¿Harry? —mamá me miró sorprendida. —Hijo, no me avisaste que venías —sonrió como siempre me recibe.

—Mamá —fue lo único que dije para luego correr a abrazarla, podré tener cincuenta años, pero siempre me hará sentir mejor estar al lado de ella.

—No necesitas decirme nada —tomó entre sus manos mi rostro. —Todo se va a solucionar mi amor, yo siempre estaré para ti.

—Gracias, mami —hundí mi cara en su hombro para dejar caer algunas lágrimas.

(...)

Dos semanas han pasado desde que estoy aquí, estar en mi hogar me ha dado tiempo de pensar, además de componer algunas canciones, que mejor que componer con el corazón roto. Gemma y mamá han sido de mucha ayuda, me he distraído pero jamás tanto como para no acordarme de la estupidez que hice.

Una tarde caminé hasta el muelle donde estuve con Fairuz la última vez cuando teníamos diesiséis, empecé a sentir el aire correr y el sonido de las gaviotas pasar. Tomé mi lápiz y mi libreta, las palabras salían por sí solas, está canción era especial, era de ella, sobre ella y nuestro verano en Holmes Chapel.

Recordé la primera vez que la vi. Cuando lanzó los postres y se retiro de la cafetería sonrojada, pude sentir casi real el olor al labial de fresa que siempre se ponía, recordé como era perderme en sus ojos y como podía convencerme de hacer cualquier cosa con solo moverlos. Como era caminar de la mano bajo el cielo de verano, como la miraba extrañado cada vez que sacaba hielos de la congeladora para echarles limón y comerlos, decía que la refrescaban. Cuando bailamos el día del luau, cuando recibía las rosas que le daba al llegar a la panadería y cómo no, cuando nos echaron del heladeria por jugar con el helado, estaba tan enamorado de ella, de esa niña que robó mi corazón.

Cuando algo es tuyo, vuelve, no importa como ni donde. Mire la libreta y sonreí, la canción estaba lista y yo también, tenía que recuperarla, tenía que ir por ella, cueste lo que cueste, ella era mi destino y no la dejaría escapar.

—¿Hijo, a donde vas? —mamá salió secandose las manos en su delantal.

—A recuperarla mamá, no puedo perderla otra vez, ella es mi vida —la sonrisa de mamá me hizo comprender que era lo que ella me quiso demostrar desde el día que entré por la puerta con lágrimas en los ojos.

—Cuando alguien es para ti, ni aunque el mundo entero esté en su contra, podrá separarlos —se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla. —Quiero verte volver con ella de la mano, Harry, eso hace un Styles.

—Gracias, mamá —le sonreí para luego salir por la puerta.

(...)

Llegué a Londres luego de manejar por dos horas, lo primero que hice fue al departamento de Xio, ella tenía que darme explicaciones.

—Abre Xiomara, sé que estás ahí, tu carro esta afuera —golpee la puerta enojado.

—Harry, deja de gritar ¿Qué necesitas?

—Dile a Fairuz que he venido a buscarla, necesitamos conversar.

—Fairuz no está, Harry, se fue.

—¿Se fue?

Luego de que casi se me parara el corazón al escuchar esas palabras, Xio me hizo entrar, no sé como me habrá visto pero me ofreció una taza de té.

—¿Dónde está? —le dije luego de recibir el té.

—No lo sé, Harry.

—Por favor, Xiomara, quiero recuperarla —le supliqué.

—No puedo decírtelo, se lo prometí.

—Por favor, si quieres me arrodillo —iba a hacerlo pero me detuvo.

—No, lo siento, por favor ya retírate, es mi amiga y voy a cumplir mi promesa.

—Bien, gracias por nada —solté la taza y salí molesto por la puerta.

Necesitaba un respiro, llegué a casa y me di un baño, voltee y su shampoo estaba en la repisa del baño, lo abrí por instinto y el olor de su cabello se hizo presente. Amaba oler su cabello, una especie de sandía con fresas, no lo sé, pero olía delicioso.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, todas las mañanas en las que despertaba con su cabello en el rostro y olía a ella, cuando hacíamos el amor y estaba de espaldas mientras el cabello le caía perfectamente por su espalda, cuando se lo ataba para hacer ejercicio, siempre la casa olía a ella, y ahora solo olía a alcohol y tristeza.

No tenía hambre por lo que agarré una cerveza de la refri y me senté a mirar a la nada, puse algo de música y solo me deprimí más, todo estaba yéndose a la mierda, mañana la seguiría buscando.

Revisé internet, quizá la han fotografiado en algún sitio pero no, era como si la tierra se la hubiera tragado. La puerta sonó sacándome de mis pensamientos.

—¿Liam? —lo miré mientras él trataba de recuperar su respiración. —¿Qué pasó?

—Harry, yo sé donde está Fairuz.


Hola hola! Quedan solo 3 caps para el final!

Just let me adore you [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora