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Fairuz.

A pesar de que mandé a Harry a dormir con Niall, fue en vano ya que el ruloso no se despegó de mi. Al despertar, preparé el desayuno y acompañamos al irlandés al aeropuerto. Desde ese momento éramos Harry y yo, sería interesante ver que pasaría. Le pedí que me acompañara a hacer las comprar de la semana ya que no tenía tiempo de lunes a viernes por la universidad.

Como siempre, accedió pero ambos bajábamos con lentes oscuros y gorros para evitar que se forme un alboroto.

(...)

—Harry, por Dios —parecía un niño de tres años, suspiré enojada. —¿Puedes dejar las verduras en paz? Estás jugando a hacer malabares con ellas hace una hora y nos miran raro.

—Pero es divertido —me miró con un notable puchero en sus labios.

—Ya basta, Styles —renegué acercandome a él, le quité las lechugas de las manos y le entregue mi bolso para que mantuviera las manos quietas y ocupadas.

Con el carrito repleto, nos dirigimos a pagar y luego a casa. Al llegar, entre los dos ordenamos todo rápidamente para despues ir a la cama y poder ver tv mientras comíamos las hamburguesas que habíamos comprado. A la mitad de la película, el teléfono de Harry no paraba de sonar y yo en las últimas llamadas le lanzaba miradas asesinas, así que decidió contestar.

—¿Aló?... Ah hola Jane... —¿Jane?, fruncí el ceño y llevé toda mi atención a la famosa llamada. —De hecho estoy en California... ¿Tú también? Que genial —dijo mirándome. —¿A cenar? Um, claro, ¿Te molestaría que lleve a mi novia? —abrí mis ojos muy, muy, muy grande. —Genial, nos vemos a las ocho.

Me levanté de la cama algo enojada y confundida mientras caminaba hacia la sala con los platos vacíos, era la segunda vez que decía que era su novia y aunque no me molestaba, me ponía los pelos de punta.

—¿Qué pasa, Fai? —me centré en lavar la loza pero la voz de Harry me sobresaltó haciendo que soltara el plato.

—Es la segunda vez que le dices a alguien que somos algo que claramente no somos —alcé una mano pidiéndole una explicación.

—¿Te molesta? —llevó una mano hasta su cabeza y se rascó incómodo.

Decidí voltear mi mirada y seguir en lo mío, sentí su suspiro mientras caminaba hasta mi lado.

—Cuando se lo dijiste a Adam pensé que eran celos y lo entendí, ¿Quién es esa mujer?

Rascó su nuca. —Prometes no exaltarte ni gritar ni nada.

—De acuerdo, pero dime quién es.

—Es una manager.

—Pero tú ya tienes uno... a menos que estes pensando en... —cerre el agua y voltee a mirarlo. —¿En qué estás pensando, Harry?

—Siéntate —me tomó de la mano para llevarme a la mesa y sentarnos en ella. —Me está ofreciendo convertirme en un artista en solitario —abrí la boca y me quedé estática.

—¿Lo estás considerando?

—No, realmente no quiero separarme de los chicos, pero esta mujer no me deja en paz —solté todo el aire contenido en mis pulmones por la primera parte y lo miré mal por la segunda. —Laboralmente hablando, así que iremos, porque me vas a acompañar y hablaré con ella, le dejaré en claro que no pienso separarme de ellos y me va a dejar tranquilo —sonrió mostrando sus blancos y perfectos dientes.

—Bien, por un momento imaginé que sería el fin del mundo literalmente para muchas personas, incluyéndome, porque desde que los he oído, me han encantado.

—Tranquila, hay One Direction para rato —me abrazó.

Después de la cena con Jane, y a pesar de que ella insistió muchísimo con que Harry ganaría millones más que estando en One Direction, él se disculpó con ella de manera amable y le aclaró que no pensaba aceptar ningún tipo de propuesta.

(...)

Harry.

Los días pasaban y mi amor por Fairuz crecía a pasos agigantados, pasar tiempo con ella era excelente y realmente fácil. Había pasado un mes y todo iba de maravilla, cuando ella iba a la universidad ocupaba mi tiempo en otras actividades y varias veces intenté cocinarle, aunque estuviera quemado y sin sabor, ella se lo comía con una gran sonrisa.

Mi linda chica me conoció mucho antes del gran alboroto de One Direction, sabe realmente cómo soy, ella conoció solo a Harry, un muchacho de Holmes Chapel que era panadero y quería ser un gran artista. Cuando estamos juntos parece que fuera un simple chico de veinte años viviendo mi vida universitaria con ella, eso me encantaba. Imaginarme tener una vida normal con una novia, ir juntos al campus universitario, ir por una hamburguesa y convivir tan felices como lo venimos siendo. Esa chispa seguía intacta, esa magia y encanto que teníamos no había cambiado en absoluto.

Mayormente estábamos solos pero a veces llegaban sus amigos de la universidad, todos me caían bien, a excepción de Mauricio que la miraba mucho y aunque Sue me pidiera un autógrafo para una prima diferente cada vez que me veía, nos llevábamos bien.

—Bonita —le di un beso. —¿Qué tal te fue hoy?

—Estoy cansada, tuvimos que grabar varios pedazos de nuestra presentación, pero Sue se encargará de editarlos así que no hay problema.

—Me alegro, te parece si pedi... —mi celular sonó interrumpiendo. Fruncí el ceño al leer el nombre de mamá, normalmente yo la llamaba porque ella temía interrumpir si estaba ocupado o en alguna reunión. —¿Aló?

Harry, hijo ¿Estás ocupado?

—Mamá, no ¿Estás bien? —se le oía preocupada, haciéndome pasar saliva.

Harry, estoy bien, pero tengo que darte una mala noticia.

—¿Qué pasó? —Fairuz me miró preocupada al ver mi expresión, todo era tan raro.

Es Bárbara, ella... falleció hoy en la mañana, Harry.

—¡¿Qué?! ¿Pero de qué? ¿Qué le pasó, mamá? —mierda.

No lo sé, Sara me llamó llorando y me comentó, su entierro será en dos días, quizá puedas venir, sé que estás de vacaciones y...

—Hoy mismo viajo para allá, ¿Gemma está contigo?

Si, hijo, no te preocupes.

—Nos vemos, mamá —corté.

—¿Qué pasó? —se levantó y me miró preocupada ante mi cara pálida y son expresión.

—Debemos viajar a Holmes Chapel hoy mismo.

—¿Por qué? —se mostró asombrada ante nuestro viaje inesperado.

—Es Bárbara, ella...

—¿Ella que, Harry? —se acercó y me tomó la cara con ambas manos.

—Ella falleció —dije para que se soltara a llorar al igual que yo.

Just let me adore you [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora