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Fairuz.

Casi me da un paro cardiaco cuando escuché la súper idea de mi súper papá. Me quedé callada en todo momento esperando que se riera y dijera que era una muy mala broma. Pero no sucedió, nunca se rio. Lo mire mientras le sonreía a Sarah y pensé que la mayor razón de mi papá para hacer esto es porque nunca he querido ni he tenido intenciones de trabajar y cree que de esta forma, tan repentina y chistosa, me animaría, pero ¡No!

—¡Claro! Digo, podría ser de gran ayuda para ustedes —mi padre sonríe y me despeina las trenzas francesas que tenía.

—¿En serio? En realidad el único que nos ayuda es Harry y como estamos en temporada de verano, podrías ayudarnos mucho —sonríe en mi dirección.

Suena grandioso, pero ahorita no joven.

—Muy bien, ¿Cuándo empieza esta pequeñita? —papá me abraza por los hombros y yo solo me coloco roja.

Carajo.

—Mañana mismo —Sarah sentencia mi funeral. —Muchas gracias, Franco, nos va a venir genial un par de manos más.

—Si necesitas más ayuda, tengo un hijo más que podría trabajar aquí —dice riendo.

—Lo tendré en cuenta, nos vemos mañana, saludos a tu mamá.

Después de seguir en shock y pisarle el pie a mi papá apenas salimos de ese lugar, salí corriendo hasta llegar a casa. Mamá y la abuela preguntaron que había ocurrido pero de respuesta solo obtuvieron un fuerte portazo desde mi habitación.

Después de negarme a cenar, darme una ducha y recostarme en la cama a dar vueltas, empecé a pensar en los pros de esta situación. Empezando porque estaría con Harry, o eso creo, mirando el lado malo, no quiero trabajar, no me apetecía pero ya no tenía otra opción.

Diosito, acompáñame en esta.

.

.

.

A la mañana siguiente, mamá me despertó muy temprano ya que al ser una panadería, atienden desde primera hora. Refunfuñando y enojada, me metí a la ducha de la abuela que era la única que tenía agua caliente, no desayuné y salí caminando hacia mi primer día de trabajo.

Cuando llegué, me tome un momento para respirar antes de poner un pie en ese lugar. Sé que tenía cara de sueño, estaba segura, pero pondría de mi parte esta vez para que mi papá se diera cuenta que era capaz de hacer bien las cosas cuando me lo proponía.

—Hija, buenos días —sonríe dulcemente.

—Buenos días, señora Sarah, explíqueme que tengo que hacer y estará listo.

—Mientras terminó de acomodar todo antes que empecemos a atender, puedes ir apilando esas de allá —señala algunas cajas en la entrada de la panadería. —Harry, que esta tardando pero debe estar por llegar, será el que te guíe, lleva días con nosotros pero lo hace muy bien, harán el mismo trabajo.

—Bien —traté de parecer calmada pero cuando escuché que Harry seria el que me enseñaría como trabajar, entre en pánico.

Empecé a acomodar las cajas, agradecía al cielo que no saliera el sol aún porque estaría sudando, aunque de todas formas este sol gringo no calienta como debería de hacerlo. Me ocupé de mi trabajo hasta que a los cinco minutos escuché la campanita y un Harry recién bañado, con algunos rulos mojados apareció sonriendo como siempre. Automáticamente mi cuerpo se tenso cuando vi como sonrió para mi dirección.

—La señora Sarah dijo que tu serás mi maestro —mencioné jugando con mis dedos, intentando no tener ningún tipo de contacto visual.

Él se quedó helado y volteó lento.

—¿En serio? Bien... eh... bueno... si ven entra conmigo.

Lo seguí hasta detrás del mostrador del pan, llegamos hasta una especie de habitación donde habían delantales colgados, estantes, escobas y más cosas. 

—Cuando llegues en la mañana, vienes aquí y te pones un delantal  —yo lo observé atentamente para, muy aparte de admirarlo, aprender.

—Anotado.

—Aquí hay lockers para guardar tus pertenencias, cuidado olvidas el candado —me señala advirtiéndome, estoy segura de que él ya se las ha olvidado. —Vamos para afuera.

Nos colocamos delante de la gran vitrina con todos los panes recién horneados y calientes. Harry me explicaba paso a paso como debía hacer cada tarea y en donde se encontraban los distintos materiales para que me familiarice con absolutamente todo. Habrán pasado cerca de quince minutos cuando termino su explicación.

—Al final, recibes el boleto, lo colocas aquí —señala una especie de tacha grande para poner papeles. —Tomas las pinzas, sirves el pan y listo, así de sencillo.

—Si tú lo dices así de fácil, no parece un trabajo pesado —lo molesto mientras ato el delantal a mi espalda.

—Pf, soy un profesional —golpea su mandíbula con su mano derecha y ambos reímos.

Antes de que alguno pudiera decir alguna palabra, sonó la campanita indicando que habían llegado clientes, tome mi puesto cuando vi la larga fila que empezaba a formarse, sabía que tenía que ser rápida y cero torpe.

—¿Qué haces en posición de guerra? ¿Vas a pelear con alguien? —comenta divertido.

—¡Ja! Que gracioso, pero no, solo quiero estar preparada, lo haré mejor que tú, señor maestro —lo rete.

—¿Ah si? La pupila quiere superar al profesor, eso jamás pasará, apuesto a que atiendo a más clientes que tú —me reta.

Sabía que por aceptar podría ponerme torpe y arruinar algo, pero aún así la competitividad en mi sangre no pude contenerse.

—Acepto.

—El que gane le invita al otro un helado —dice por último.

—Bien —le estiro mi pinza para agarrar los panes.

—Bien —choca su pinza agarra panes con la mía.

—Buenos días, me da diez pan...

—¡Yo lo atiendo! —gritamos a la vez haciendo que el señor nos mirara confundido.

Todo el día estuvimos en competencia tratando de hacer un buen trabajo pero compitiendo por ganar ese helado sin pagar. En un momento nos chocamos haciendo que nos tambalearemos y explotáramos en risa. De esta manera y al lado Harry riendo, el día se pasó volando, realmente no vi en que momento estábamos cerrando. Cuando limpiamos todo y estábamos por salir, empezamos a hacer una cuenta minuciosa y para darnos cuenta que habíamos empatado al atender a la misma cantidad de personas, por lo que decidimos contar cuantos panes repartimos cada uno.

—Ochenta y cuatro.

—¡Ochenta y cinco! Gané —empecé a dar vueltas bailando mientras tarareaba una canción.

—¡Por un pan! ¡Uno! —se tiró de los rulos fingiendo enojo. —Pero esta bien, soy un hombre de palabra, mañana luego de salir de trabajar, tendrás tu helado, ¿Hecho?

—Hecho.


🌻🌻🌻

¡Hola besties!

Espero subir capítulos diario.

¡No olviden apoyarme con sus votos y comentarios!

¡Les mando un abrazo y espero tengan un lindo día!

Clau ♡

Just let me adore you [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora