Capítulo XLIII

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Este capítulo quiero dedicárselo a una personamuy especial para mí, SinaiSV9 este capítulo te lo dedico a ti por ser una persona maravillosa, porque has estado conmigo siempre, apoyándome cuando más te he necesitado, aguantando todos esos días en los que lo único que hacía era llorar y quejarme de mi vida, porque juntas somos un increíble equipo, porque siempre nos divertimos, por ser una amiga incondicional para mí, te quiero mucho!!❤️

Cuando estamos adentrándonos en la calle que señaló Harry veo poca gente, pero escucho pasos apresurados a lo lejos y voces, muchas voces gritando, pero no logro descifrar que dicen.

—Supongo que tenían razón —me dice Edward cuando vemos al grupo de soldados moviéndose de un lado hacia otro rápidamente transportando cosas en paquetes.

Con la mirada busco algún rostro que logre reconocer, pero nada, así que caminamos entre la multitud de soldados buscando al general.

—Está allí —señala Edward con el dedo a una persona que está de espaldas revisando algún papeleo en sus manos.

Nos acercamos y él se gira hacia nuestra dirección, pero sin mirarnos directamente —¡Más rápido necesitamos desalojar este lugar cuanto antes! ¡Vamos muévanse!

—General ya estamos aquí —le digo estando frente a él —Harry nos informó que teníamos que ayudarles a desalojar el lugar.

—Vaya hasta que por fin llegan personas con la capacidad —dice casi gritando para llamar la atención del resto —Perdón, solo a mí se me ocurre llamar a novatos para esto —veo la satisfacción en la sonrisa de Edward en cuanto lo dice —Está por llegar el transporte, primero los niños después los adultos, empezaremos por aquí y así con las siguientes ciudades hasta las fronteras de ataque incluyendo Guernsey.

—Me parece perfecto —le dice Edward —nos haremos cargo mi general.

—Una cosa más —nos dice él —Tendrán un grupo a su mando así será más rápido.

—¿La gente sabe de esto, es decir está informada de esto? —ahora el que habla soy yo.

—No aun no lo saben —ahora entiendo, por eso la gente estaba tan tranquila —No hubo tiempo de hacer nada más, de hecho, después de esto necesitamos urgentemente que se dirijan a la zona de Londres, serían de los primeros en llegar, pero necesitamos tener todo listo, el ataque alemán comenzó y sus aviones sólo están dañando todo el lugar.

Y sin decirnos nada más los carros y camionetas de la zona comienzan a llegar, así como el grupo que el general asignó a nuestro cargo.

—Empecemos —dice Edward —Tú y tu —señala a dos hombres que están frente a nosotros —avisen en las comisarías.

—Ustedes comiencen a alertar a las familias y que preparen solo lo necesario —les digo a un grupo de doce hombres —El resto ayudemos a los de los camiones a subir a los pequeños primero.

Volvemos hacia el sitio donde estábamos en el que ya casi no hay nadie afuera, pero las puertas de las casas están abiertas, las camionetas se acercan lo suficiente para que las personas suban, puedo ver como las personas de las zonas más lejanas del pueblo vienen casi corriendo con sus niños y algunas cosas.

—Señora no puede subir solo niños —le dice uno de los hombres al cargo de revisar a los niños.

—¡¿Cómo que no puedo subir?! Son mis hijos —le grita la señora al hombre.

—Señora me ordenaron llevar solo niños...

—Señora no se preocupe volverá a ver a sus hijos, los transportes volverán por ustedes después de llevar a los niños al dejarlos en la zona segura —me acerco a ellos y le habló a la señora, ella está al borde del llanto y solo asiente con la cabeza antes de alejarse un poco y abrazar a sus niños fuertemente mientras les dice que todo estará bien.

Más y más familias se acercan y a muchas otras las obligan a salir de sus casas casi arrebatándoles a sus pequeños, aunque en muchos pude pararlo en la mayoría no, pero era inevitable, no había tiempo para las despedidas.

—Ya han salido las primeras camionetas hacia los albergues —me dice Edward poniendo su mano sobre mi hombro, pero yo solo sigo mirando a varios padres ahora sin sus hijos llorando en los suelos —Fuimos afortunados.

—Demasiado afortunados —y entonces lo pensé, nosotros nunca tuvimos que pasar por algo así, teníamos casas en las fronteras más lejanas y allá vivíamos durante las batallas.

—Vamos —me volteo a girarlo y él me hace una seña con la cara de que sigamos ayudando —entre más pronto destruyamos a esos infelices alemanes más pronto todo mejorara.

Y tenía razón, el general había dicho que quería que llegáramos de inmediato a la zona militar después de desalojar todo el lugar, supongo que lo peor cada vez estaba más cerca.

Entonces mientras caminaba hacia las casas para supervisar que no hubiera nadie escondido o algún problema las encontré, vi a su madre, a su abuela y a Hannah estaban en un rincón de una casa abrazadas y llorando. Tocó la puerta solo para anunciar mi llegada, ellas se voltean y no encuentro alguna emoción aparente en sus miradas que no sea la de tristeza, su madre toma de la mano a Hannah y caminan hacia mí.

—Ya íbamos a dejarla solo nos despedíamos de mi niña —me lo dice casi con miedo como si esperara que en cualquier momento le arrebatara a la pequeña.

—Oh no se preocupe solo revisaba otras cosas, pero sería bueno que ya la llevarán antes de que partan las siguientes camionetas...

—Mami no quiero irme, no quiero —dice ella llorando y abrazando fuertemente a su madre.

—Yo tampoco quería dejar a mi padre ¿sabes? —le digo a Hannah poniéndome de cuclillas frente a ella para verla directamente a la cara —Pero tenemos que hacer sacrificios por los que amamos.

—Pero yo no quiero, no quiero ir —me dice ella con la voz entrecortada y con las lágrimas ya muy cerca de su boca.

—Pero tu madre irá a donde tu estés después y también tu abuela.

—Pero no quiero irme sin ellas, no quiero irme sin mi mami y sin mi abu —ella se talla los ojos los cuales ya están muy irritados.

—Tranquila, yo sé que volverás a verlas, pero te diré algo para que no estés tan triste —ella me pone ahora aún más atención y yo le hago una seña con la cara de que vayamos afuera y así lo hace —¿logras ver a la luna desde aquí?

—Si la veo —dice ella aun llorando.

—¿Y puedes ver que su forma parece una sonrisa? —ella asiente con la cabeza —¿puedes ver todos esos puntitos brillantes? Son las estrellas —y ella vuelve a asentir y abraza fuertemente a su oso de peluche —esa luna, esas estrellas y este cielo que ahora ves son los mismos que estaban ayer y son los mismos que estarán mañana, y están sobre todos nosotros, cuando sientas que necesitas a esa persona que tanto extrañas y que está lejos de ti solo míralas, mira el cielo que nos cubre a ti y a mí, y que también cubre a esa persona que extrañas, los cubre a ambos y sabrás que aunque la tierra los separe por muchos kilómetros el cielo es lo que los une...

Ya no sabía que más decir, estaba casi al borde de las lágrimas, pero me resistí.

Después de aquel episodio acompañe a Hannah y a su familia hasta las camionetas en las que se despidieron entre llantos y gritos, y así como ellas tantas y tantas personas más.

—Jhon tenemos que irnos —me dice Edward y así subimos hacia las camionetas y nos dirigimos hacia la zona militar en la que solo estaríamos un par de días para esperar lo que ya sabíamos que pasaría...

Lo oculto en la guerra [Terminada] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora