Capítulo XII

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El bosque era gigante y nuestro lugar favorito para jugar, a la edad de diez años todo niño sólo desea estar libre de deberes y jugar.

Corría sin parar, alguien venía detrás de mí y yo solo pensaba en huir de ahí, el bosque era un buen lugar para jugar, lo árboles me servían mucho para distraerlo, todo había empezado como un juego, aquel chico de mi edad con cabello café y ojos color azul, era mi mejor amigo, corría hasta mí, siempre jugábamos a esto sin embargo en un abrir y cerrar de ojos había dejado de ser un juego, después de esas palabras todo había cambiado y de la amistad dimos lugar al odio.

Comenzamos huyendo el uno del otro y ahora solo yo huía de él, en cualquier momento podía hacerme algo.

¡Déjame por favor! gritaba, pero él no me escuchaba solo podía correr de él y de ese cuchillo que traía en la mano.

¡No huyas cobarde! me gritaba, pero si me detenía mi realidad sería otra.

Voltee a verlo y venía con una furia muy grande que se reflejaba en sus ojos, amenazante con lanzar ese cuchillo en cualquier momento.

Sentí un golpe en la cabeza, había chocado contra un árbol y había caído, traté de levantarme lo más rápido que pude, pero ya era tarde...

Aquel chico ya estaba abalanzándose sobre mí, no podía moverme y el cuchillo en su mano se elevaba en lo alto.

¡Edward no!

Gritaba con fuerza, mi garganta comenzaba a irritarme, la cabeza me dolía y la luz lastimaba mis ojos. Al levantarme pude notar que ni siquiera estaba en mi cama, me encontraba en el suelo frío, tal vez por eso me dolía un poco la cabeza.

Había tenido un terrible sueño, no era un sueño fue una pesadilla, pero no era como todas, esa había sido real solo que ahora era un recuerdo que seguía abrumándome.

Aun así, tendría que apurarme, hoy era el día que alguna vez hubiera sido el más esperado ahora era el que menos quería afrontar, pero aun así me dirigí lo antes posible a la puerta de salida de la zona para encontrarme con el resto y recibir nuestras últimas indicaciones antes de irnos.

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—Empezaremos por allí —decía Edward mientras comenzábamos a caminar en dirección a la que él había señalado.

—De acuerdo —dije para comenzar a caminar.

Las familias de muchos habían llegado sin embargo la mía estaría esperando mi llegada en Lancashire.

Me sentía un poco triste, pero sabía que a esto había venido...

—¡Hey espera! —decía Edward detrás de mí, al voltearme vi que lo había dejado unos diez metros atrás —¿acaso piensas llegar sin mí?

—Lo siento no vi que te habías quedado atrás—dije para después seguir caminando.

—¿Acaso quieres llegar a Londres en tres días? al paso que vas llegaríamos mañana —trataba de caminar a mi paso.

Sinceramente no me importaba estar con él, después de todo solo tendríamos que ser equipo en esto, lo único que pensaba era en llegar lo antes posible a Londres.

Ya habíamos caminado mucho y parecía que no avanzábamos nada, sin embargo, el trayecto no estaba tan mal, podía apreciar las colinas y los árboles...

—¿Podríamos descansar un poco? —exclamó Edward sacándome de mis pensamientos.

—Pues si no hay otra opción —comenzamos a caminar en busca de la sombra de un árbol para que pudiéramos descansar mejor.

Lo oculto en la guerra [Terminada] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora