Capítulo I

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5 meses antes...

Eran los inicios del año, el frío invernal era muy abrasador, acaba de ser reclutado en el ejército, por fin había logrado una de las metas que me había propuesto, esto no sólo era un logro para mí, también lo era para mí familia. Este era mi primer día en el campo del ejército, a partir de aquí comenzaría mi proceso para empezar a crecer y alcanzar un mayor puesto.

En el campo de entrenamiento nos encontrábamos muchos otros que esperábamos la llegada de los capitanes, el cambio de temperatura lo sentía a cada hora, ya teníamos tiempo esperando. Muchos comenzaban a aburrirse, hablaban entre ellos, se sentaban en el césped e incluso algunos dormitaban.

Sin embargo, yo solo miraba, era mi manera de distraerme, puede que sea extraño, pero mirar era lo que yo hacía para distraerme y al mismo tiempo me era tranquilizante.

Todo iba bien hasta que un chico que tenía a lado y del cual no me había percatado hasta que note que me miraba con extrañeza me habló.

—Daniel Smith, ¿tú quién eres? —era de mi misma estatura, incluso tal vez un poco más alto, mi cabeza podría estar a la altura de sus ojos, su cabello era castaño y sus ojos de un color azul, su piel era blanca y su complexión no era ni regordeta ni flaca solo normal.

—Jhon Brown, es un gusto conocerte —tomo su mano y la estrecho.

—¡Un Brown! ¿Es enserio? Wow chico tu padre fue Wesley Brown, el gran general Wesley Brown —y ahí estaba otra vez, alguien que solo sabía quién era gracias a mi padre.

—Mmm si, al menos eso dice mi acta de nacimiento.

—Eso es genial, pero ¿entonces qué haces aquí tu deberías ser ascendido de inmediato o no?

—Se supone que así serían las cosas aquí, pero no, no creo que sea adecuado, si soy ascendido que sea por mí no por mi padre.

—Aun así, eso ya es algo a tener que esperar como el resto de los demás, vaya seguro que serás ascendido, es más lo apuesto, tienes el apoyo de los generales.

—Si lo se soy afortunado, pero siento que esto me servirá, no quiero que solo por mi apellido obtenga beneficios, quiero obtenerlos por mí no por mi apellido.

—En eso tienes razón.

—Si lo sé, es que no me gusta nada de eso —y era la verdad siempre me molesto que me dieran obsequios o atenciones que al resto no le daban con facilidad solo por ser el hijo de un gran general, en primera por ser injusto, pero en segunda eso siempre me genero problemas.

—Desde que te vi sabía que te había visto en algún otro lado, pero no supe porque, y entonces recordé a tu padre, él fue uno de los grandes y tú te le pareces mucho, pero no estaba muy seguro de ello, si me acercaba diciendo "tu padre es Wesley Brown" y que me dijeras que no, realmente sería vergonzoso.

—Si lo se me ha pasado en muchas ocasiones —creí que esto acabaría aquí, pero lo curioso de este chico es que no dejaba de hablar, y eso me agradaba en parte porque el capitán no llegaba y tendría que seguir solo el resto del tiempo y porque sin duda era gracioso pasar así el momento.

—¿Enserio?, creí que era el único o al menos uno de los pocos despistados del mundo.

—No, me pasó mucho en las comidas quincenales de mi padre, confundía los nombres de los generales o los nombraba de manera diferente.

—Ah, eso debe ser una experiencia única, convivir con grandes generales y que tu padre sea conocido por todos aquí.

—Sí, pero en ocasiones algunos están por interés y eso no es algo que se le pueda considerar amistad más bien hipocresía, pero sí sin duda era increíble —lo que había dicho era cierto conocí a varios amigos de mi padre que solo estaban ahí porque él les pagaba las comidas o porque él los ayudaría a ser ascendidos de puesto, y en cuanto eso pasaba no volvíamos a saber nada de ellos.

—¿Por qué lo dices? Acaso consideras que algunos amigos de tu padre fueron interesados.

—No sólo lo considero, lo confirmó, pero nunca pude decírselo.

—Bueno tal vez tengas razón.

—¿Y en tu caso?

—Bueno a mí me paso mucho con las muchachas —sus pequeñas risotadas al escuchar eso eran casi un susurro, pero podía escucharlas debido a la cercanía entre nosotros.

—¿Por qué? —se de lo que me hablaba, pero en cierto sentido yo quería saber más sobre él, me pareció buena persona y no se veía como los otros chicos con los que me ha tocado convivir.

—Pues porque nunca memorizaba sus nombres, para mi todas son Lily y Kathy, nunca le atiné sus nombres y siempre se ofendían así que como nunca tuve una relación formal con ninguna pues sigo sin memorizar bien.

—Eso sí que es un grave problema.

—¿Por qué lo dices?

—Es solo que me parece extraño que memorices nombres de grandes generales con los que no tienes relación, pero que no recuerdes el nombre de alguna chica con la que al menos haz tenido una charla, hasta empiezo a dudar si recordarás mi nombre.

—Si lo sé, pero en cierta forma no me importa mucho tener una relación con alguna de ellas, al menos no por el momento, por ahora solo quiero ser libre, sin tener ninguna responsabilidad más allá de las del trabajo.

—Bueno también, sin embargo, creo que si ahorita no lo llevas a cabo más tarde te costará más, pero es una buena forma de evitar tener muchos datos concentrándose en tu mente.

—Exacto, tu si me entiendes, y en tu caso ¿tienes prometida o eres libre como yo?

—Oh no yo paso, siento que no he conocido a la que sea ideal para mí, además de que desde pequeño se me da muy mal entablar conversación con alguien, diría que soy muy aburrido.

—¿Por qué?, me imagino que haz de haber acudido a los grandes colegios de Inglaterra, se me hace muy raro que digas eso.

—Sí, pero la mayoría de estudiantes que acuden ahí tienen ideas distintas a mí, además de que nunca me gustó el trabajo en equipo, siempre he considerado que solo lo hago mejor y que sale como yo quiero.

—¿Ósea que no tienes ni amigos, ni novia, ni nada de nada?

—Así es, me gusta estar solo —casi siempre había sido así, yo y mi sombra, al principio odie estar solo, pero me acostumbre a tal grado que no me hizo daño e incluso me agrado.

—Pues eso es malo, porque si piensas estar aquí creo que deberías aprender a convivir con los otros.

—¿Entonces esto que hacemos tu y yo como se llama?

—Bueno creo que sin querer ya sabes lo que es convivir y creo que después de todo no eres malo para hablar.

—Lo tomaré como un cumplido.

—Después de todo seguimos aquí esperando y si no fuera porque estamos hablando no sé qué ya hubiera hecho, tal vez solo aburrirme mirando a los demás o haberme escapado por ahí sigilosamente a observar las estancias.

—Yo solo hubiera mirado, pero escabullirme no, eso no lo haría.

Y entonces sin más al fin llegó atravesando el campo el comandante, no me había percatado de lo que hacían los demás por hablar con Daniel, la mayoría estaban temblando y algunos estaban mejor sentados en el césped, pero cuando se presentó el comandante todos se levantaron con mucha rapidez.

Lo oculto en la guerra [Terminada] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora