Capítulo XXIV

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Me dirijo a la habitación que siempre ha sido mía en esta casa, cuando pasó por mi cuarto veo que la habitación de Jane está abierta y ella está ahí colocando algunas cosas en la maleta.

—Hola —digo mientras toco su puerta.

—Ah hola —ella sonríe y continúa metiendo ropa.

La miró y tiene los ojos irritados, sé que ha estado llorando, solo que no sé si querrá hablar del tema...

—Oye a propósito creo que debí dejar que Amber hablara ¿Cuándo conoceremos a April? —pregunta sacándome de trance.

—Pues aún no lo sé tal vez cuando vuelva —rasco mi cabeza pensando en lo que me ha dicho.

—¿Ella sabe lo de Edward? Vaya lo que él te hizo —noto lo dudosa que esta cuando pregunta, como si fuera malo hacerlo.

—Si lo sabe, le he contado muchas cosas en la zona.

—¿Y cómo se siente? —está vez se nota más segura al hablar.

—¿Cómo se siente qué?

—Pues conocer a alguien, enamorarte de esa persona —ahora entiendo a qué se refería —aunque también respeto si no quieres hablar de eso solo que...

—No descuida, está bien, después de todo sino hablo yo de eso contigo que soy tu hermano quien más lo hará —me mira con una ligera sonrisa en su rostro —ahora contestando tu pregunta, pues la verdad ni siquiera sé cómo describirlo, sin embargo debo admitir que es un sentimiento muy grande, es decir conocer a alguien y darte cuenta que puedes llegar a quererla hasta tal punto de que se vuelva indispensable para tu vida, que quieras estar con ella todo el tiempo si así fuera posible y que jamás quieras que se aparte.

—Sin duda esto era lo que menos esperabas pasar ¿verdad?

—Me ha tomado por sorpresa claramente, pero no me arrepiento de nada.

—Supongo que son de las cosas ocultas de la guerra, ¿no es así?

—Sí, sin duda no creí que todo esto pudiera pasar y todo empezó por eso, por la guerra, y eso solo soy yo ahora imagina a los demás.

—Vaya me pregunto si papá habrá vivido cosas inesperadas mientras estaba en las batallas.

—Tal vez sí, pero ahora nadie lo sabe.

—Sí, pero sin duda me hubiera gustado saberlo.

—Si a mí también, bueno ya debemos dormir sino va a venir Amy a ver porque seguimos despiertos —ella sonríe al saber a qué me refiero.

—¿Recuerdas cómo nos regañaba cuando seguíamos despiertos a las doce de la noche?

—Sí y luego los regaños de la abuela eran peores —suelta una pequeña risa casi inaudible al recordarlo.

—¿Y recuerdas cómo se molestó cuando nos vio sentados en los charcos de lodo después de las lluvias?

—Si aún recuerdo lo histérica que se puso o cuando corríamos por la casa y por accidente rompimos su vajilla de porcelana.

—También la vez que sacamos a todos los caballos de los establos y estos corrían alrededor de la casa.

Recuerdo perfectamente todos esos días, aún Amber era pequeña cuando esas cosas pasaron, aunque claro después de que Amber nació las cosas cambiaron, mi padre se había retirado.

—Fue divertido aún con los regaños de la abuela fue divertido —Jane sonríe y al mismo tiempo me mira a lo que yo solo le sonrió también.

—Bueno ahora si ya tengo que irme que después de Derbyshire aún tendremos mucho que caminar y ya sabes cómo es Edward.

Lo oculto en la guerra [Terminada] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora