Capítulo XVI

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Narra Ralph Grey

Me acerco a la chica que está sentada en el césped junto a aquel lago, mirando hacia el horizonte como buscando algo perdido, como si recordará algo o a alguien, la luz de la luna es la única luz que resplandece y aunque es de un esplendor impresionante no logro reconocerla, incluso comienzo a pensar si es una ilusión mía.

—Hola —es lo único que logro articular, soy preso de la curiosidad, pero a su vez el miedo me invade un poco, sin embargo, esta es la única manera de saber si es real.

Como si mi imaginación jugará conmigo, presiento que voltea a verme, no dice nada, solo me mira, busca algo en mi dirección o inspecciona mi rostro, alguna de las dos, eso me hace sentir nervioso, pero a pesar de eso me acerco a ella un poco más.

Ella permanece en su lugar, no se inmuta ni muestra expresión alguna, o eso veo yo, solo sigo caminando lentamente en su dirección, poco a poco veo mejor su rostro. No puedo describirla, la luz no me es suficiente para percibir su aspecto, noto que su tez es blanca y es delgada pero no logro predecir de qué color es su cabello o sus ojos...

—Hola —sacándome de mis pensamientos me saluda, después de cierto tiempo —Perdón no sabía que esto era tu propiedad...

—No no lo es, de hecho, no es de nadie solo es un paisaje más del pueblo —la interrumpo, al ver que no se levanta decido sentarme también a una distancia prudente entre nosotros, cuando terminó ella solo voltea de nuevo su mirada hacia el cielo —¿Te gusta venir aquí?

—Sí, es un lugar muy especial para mí, ¿y a ti? —descubro cierta melancolía al decirlo, pero trata de ocultarlo con una sonrisa de boca cerrada, pero aún una sonrisa esconde muchas cosas por dentro.

—Bueno es la primera vez que vengo aquí y tal vez sea la última —volteo a verla y ella al notarlo igual me mira, presiento haberla visto antes, pero nos donde.

—¿Por qué dices eso? —su mirada sigue en mi pero poco a poco la aleja.

—Soy soldado, pronto me iré a la guerra, tengo solo unos días para ir a casa y después de ahí irme a Londres con los demás y allí nadie sabe qué pasará después, no soy pesimista, pero todo puede pasar —después de eso solo vuelvo a mirar el cielo, es algo realmente tranquilizante.

—Otro más —sus palabras son casi un susurro, como si hablara para ella misma —Solo espero que vuelvas y que esta no sea la última vez que aprecies este hermoso lugar —está vez lo dice lo suficientemente alto para que yo pueda escucharla igual.

—Si eso mismo espero yo también, ¿por qué dijiste otro más? —sé que tal vez sea algo íntimo, pero las dudas aparecen y no puedo evitar decirlo antes de siquiera pensarlo.

—El chico que amo también se fue —sus palabras cargan una profunda tristeza que puedo notar incluso sin mirarla —fue ascendido de puesto y hace poco viajo a Londres, pero incluso el viaje es peligroso —sin previo aviso sus lágrimas salen, caen con lentitud y su voz empieza a entrecortarse —va acompañado de un chico que puede hacerle daño o eso pienso yo, la sola idea me aterra, al llegar a la zona solo le quedarán pocos días y se enfrentará a lo peor, ni siquiera sé si volveré a verlo.

Esconde su cara entre sus manos reposando en sus rodillas, escucho lentamente sus lamentaciones y pequeños gritos que parecen casi susurros perdidos, no sé ni que decirle, realmente debe ser duro, aunque mi situación es similar, entonces pienso en Emily, no sé cómo debe estar sintiéndose...

—Lo siento —voltea la chica a verme después de un corto tiempo —nos porque te digo todo esto.

—Descuida lo necesitabas y francamente yo también —sus ojos están dilatados e hinchados y sus manos tiemblan un poco —yo pasare por algo similar, yo me iré dentro de poco y dejaré a mi querida Emily, ella lo es todo para mí, llevamos casi dos años casados y han sido los mejores de mi vida, temo dejarla, tal vez no vuelva con ella, no lo sé pero espero que sí, además de que mi madre está a punto de morir, se encuentra muy mal y tengo que verla, temo mi reacción al verla, no soportare perderla pero es parte de la vida.

De pronto es como si los papeles intercambiarán, ahora era yo el que tenía los ojos llenos de lágrimas amenazando con salir, pero no, debía ser fuerte, pronto me iré y no puedo estar en este estado.

—A parte entiendo lo otro —ella me mira con atención cuando terminó —tengo un amigo que pasa por lo mismo que tú.

—¿Enserio? —pregunta sin ocultar su interés por el tema.

—Sí, él y yo nos conocimos aquí, tal vez no convivíamos más allá de los entrenamientos y algunas comidas, él no dormía con nosotros tenía un lugar propio, esos privilegios los tuvo porque él era reconocido por los comandantes debido a su familia, y conoció a una chica, desde ahí lo comenzamos a ver menos pero aun así nos llevábamos muy bien, no nos dijo nada de ella hasta que un día se lo pregunté yo —no puedo evitar que una pequeña risa salga de mi boca al recordar ese día —desde que llegó era un hecho que sería ascendido por su apellido pero también sus méritos ayudaron mucho, al acabar las pruebas él fue ascendido y al poco tiempo nos dijo que se iría, que todos irían acompañados de alguien y que al parecer su compañero no le agradaba del todo, así se despidió de nosotros y de aquella chica, a ella jamás la conocí en persona pero él decía maravillas de ella.

Una pequeña sonrisa aparece en nuestros rostros, sin duda es algo agradable sacarlo todo, decir lo que sientes y que otro te escuche, incluso sin saber que decirte, solo necesitaba sacarlo y por lo visto ella igual.

—Lamento mucho lo que te sucede y lo que pasó con tu amigo —su voz es suave y por las lágrimas que ha derramado casi inaudible pero aun así logro descifrar lo que me dice.

—Igual yo, lamento lo que te sucede y enserio espero que él vuelva a verte —noto que el tiempo se ha pasado volando, así que me levanto decidido a irme —Lo siento, pero debo irme, pero enserio me gustó charlar contigo.

Ella se levanta, limpia las pequeñas basuritas que se han pegado su vestido con sus manos.

—Igual yo tenía que irme, debo irme a casa para volver después, también me gustó hablarlo, me ayudó mucho, gracias —sé retira por un camino de madera que se ha marcado en medio del césped.

—A propósito, soy Ralph Grey —artículo antes de que avance más y pierda su rastro.

Ella voltea me mira por un momento y sonríe —April Stone —después de eso me dirige una última sonrisa y se va.

Entonces es cuando lo entiendo todo, no sé cómo no me di cuenta antes, aunque seguro es porque nunca la había visto pero es ella, ella es la chica de la que hablaba Jhon.

Vuelvo por mí camino y comienzo a caminar esperando que con cada paso la distancia se acorte y poder llegar cuanto antes a casa.

No sé lo que ocurrirá, llegare y no sé qué esperar, tantas preguntas sin respuesta aparente llegan a mi mente, ¿cómo decirle adiós a la mujer que me dio la vida y con que he vivido casi veinte años?, ¿cómo soportarlo?, ¿cómo afrontar la idea de perder a Emily?, ¿cómo afrontar el dolor?

Ninguna tiene respuesta lógica, sólo me queda enfrentarlo y así saber la respuesta, aun cuando esta no sea la mejor del mundo.

Lo oculto en la guerra [Terminada] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora