Bienvenido a Yharnam, Forastero.

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Una diligencia llegó a la popular ciudad de Yharnam, dónde se encuentra una sangre capaz de hacer milagros sobre quienes la usan, la diligencia frenó su camino y la puerta se abrió y de ella bajaste con tus elegantes ropas puestas asombrado por la bella ciudad.

- Genial, ¿Con que esto es Yharnam? ¡Es fantástico! - hablaste mostrando completa emoción.

- ¿Quiere que lo espere señor? - preguntó el conductor de la diligencia.

- ¿Eh? Claro, solo tardaré unas horas, úsalas para descansar o para pasearte por la ciudad - respondiste al hombre.

- Entendido señor, le deseo muy buena suerte.

- Gracias Hopkins, te veré más tarde.

- Recuerde tener cuidado con hacerse alguna herida, eso sería letal para usted.

- Je l'aurai clair - dijiste alejándote de la diligencia.

Caminaste unos cuantos metros hasta llegar a unas escaleras que llevaban hacia abajo, bajaste por las escaleras y llegaste al frente de una puerta

- ¿Con que esta es la Clínica de Iosefka? Muy bien, puedo hacerlo, no tengo que estar nervioso.

Tomaste aire y entraste a la clínica, una campana que avisaba de tu llegada sonó y cerraste la puerta detrás de ti.

...

Despertaste y lo primero que hiciste fue mirar por todos lados hasta que un enorme charco de sangre se hizo presente en la sala, intentaste hablar pero no podías, del charco surgió lo más parecido a un Licántropo pero éste estaba bañado en sangre, tenía las costillas al descubierto y sangre brotaba de sus fauces, el Licántropo extendió su garra hacia tu abdomen pero la garra se empezó a prender fuego al igual que el Licántropo, la bestia cayó muerta de espalda.

Te tranquilozaste un poco pero la paz no te duraría mucho ya que unos pequeños seres blancos empezaron a rodearte, intentaste librarte pero tu cuerpo no respondía, los seres blancos te rodearon y te agarraron por todos lados, tu vista se empezó a nublar hasta que el negro era el único color que podías observar.

"Ah, encontraron un buen cazador".


Todo estaba en negro, abriste los ojos lentamente, miraste a tu alrededor pero todo se mostraba viejo y polvoriento, te levantaste de la camilla pero al momento de poner tus pies sobre el piso de madera empezaste a tambalearte un poco, te aferraste a la camilla hasta que se te pasaron los mareos.

- ¿Que ocurrió mientras estaba dormido? - te preguntaste a ti mismo viendo el oscuro lugar - No puedo ver nada, necesito algo de luz.

Te guiaste posicionando tus manos sobre los objetos cercanos, caminaste en la oscuridad, tropezando una que otra vez por un buen tiempo y terminaste en frente de una puerta, la abriste y habían unos cuantos escalones que llevaban hacia abajo, bajaste por los escalones hasta que una luz tenue se hacía presente, la luz estaba algo lejos pero frenaste en seco al momento de escuchar unos gruñidos de lobo seguidos de sonidos que daban a entender que se estaba alimentando de algo.

- Esto es malo, ni siquiera se enfrentarme a un animal de ese tipo, apenas se defenderme por mi mismo - dijiste en tus pensamientos.

Caminaste sin hacer la mayor cantidad de ruido posible y observaste al mismo Licántropo que viste en esa pesadilla, pero éste estaba en mejores condiciones, con un pelaje azabache, afiladas garras, firmes y musculosas patas traseras al igual que sus patas delanteras, te detuviste un poco solo para observar como el Licántropo devoraba los intestinos de un hombre de mediana edad, retrocediste unos pasos pero por accidente pisaste un vidrio roto.

Amor Entre Cazadores (Lady María x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora