Llegada a Hemwick.

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María quitaba la sangre que cayó en su espada y la enfundó para después mirarte.

- Bien, no fuiste un estorbo como pensé que serías.

Te quedaste en silencio viendo como la cazadora sonreía de una manera engreída.

- Subimos estas escaleras, doblamos hacia la izquierda, pasamos por una cueva, luego un bosque y llegaremos a Hemwick.

Asentiste a modo de respuesta y María continuó subiendo las escaleras, cuando ya estaban llegando al final de las escaleras María dobló a la izquierda y le seguiste, caminaron por un borde para después bajar unos escalones de piedra llegando a la entrada de una cueva.

María se adentró a la cueva y tu le seguiste, el lugar estaba algo oscuro pero lograron ver unos faroles en el suelo y en algunas cruces de madera. Miraste con curiosidad los faroles pero ver a María alejándose caminando hizo que caminaras para ponerte detrás de ella, pasaron unos segundos y salieron de la cueva llegando a lo que parecía ser un bosque.

- Estamos cerca - afirmó María.

Escuchaste el ladrido de un perro y uno se abalanzó sobre María pero ella con sus manos agarró por la mandíbula al animal y la rompió, la cazadora tiró el cadáver del animal al suelo y lo observaste detenidamente, el animal tenía implantes metálicos en su boca y patas, además parecía estar en un mal estado (posiblemente debido a la mala alimentación o a la rabia).

- Pobre animal, no se merece tal trato - dijiste con la cabeza gacha.

- No hay que compadecerse por una bestia - agregó María mientras mataba a otro de los perros que apareció de la nada.

Un sentimiento de ira se hizo presente en ti, querías reprocharle a María porque lo que dijo era erróneo pero las palabras no salían, acaso....¿Tiene razón? Esa pregunta empezó a retumbar en tu mente hasta que María te empujó detrás de unas rocas.

- ¿Que haces? - le preguntaste a la mujer pero ella te calló poniendo su mano derecha en tu boca.

- Guarda silencio, o te va a oír - susurró María.

María quitó su mano de tu boca y guardaste silencio.

- ¿Quién me va a oír? - preguntaste susurrando.

- El - respondió María señalando unos árboles.

No veías nada, ¿Será invisible? Miraste a la mujer y ella también te vio.

- No veo nada - dijiste.

- ¿Que? - preguntó María mostrando confusión en sus palabras.

- Como dije, no veo nada.

María miró a donde veías y ella podía observar a una silueta alta, tan negra como la noche, con un velo cubriendo su cabeza, grandes ojos blancos y con un gancho en su mano derecha, la mujer volvió a verte para después volver a mirar a la silueta.

- ¿Seguro que no lo ves? - te preguntó María.

Negaste con la cabeza. La cazadora se quedó pensativa unos momentos para después sacar la Chikage y dártela.

- Toma, devuelvela después de que la uses.

- Pero...... No sé usarla.

- Solo realiza cortes verticales, fácil, rápido y sencillo.

Agarraste dudoso el arma, María señaló hacia donde tienes que ir y eso hiciste, caminaste hasta el punto que María había señalado.

- Hmm.... Que raro, tal vez tenga algo que ver con el conocimiento, mientras más sabes más complicada se vuelve la situación pero, si alguien tiene poco conocimiento es significativamente más fácil, esa es tu ventaja, Novato - pensó María viéndote.

Amor Entre Cazadores (Lady María x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora