El rey de los mestizos

invasión al spa

Si os estáis preguntando como Percy había conseguido que una ferviente feminista (como la llamarían en esta época) le ayudase con la magia la respuesta es muy simple. Percy había amenazado con liberar a un pirata que había sembrado el terror en los mares en la época de la exploración marina de Estados Unidos Edward Thatch, también llamado Barbanegra.

Este había sido atraído por la magia de Circe a su isla para luego ser transformado en una cobaya junto con su tripulación, la cual presumiblemente fue vendida a colegios estadounidenses. Así que básicamente Percy había chantajeado a la hechicera para que lo ayudase.

Actualmente estaban en la sala de baños mientras eran observados por las demás mujeres que había en el spa.

- Escúchame bien niño. - Dijo Circe mientras esta hacia que un tentáculo de agua tomaba forma para luego hacer una lanza de agua que poco a poco fue tomando una forma física hasta que fue físicamente una lanza. - El hecho de poder cambiar un objeto por otro consiste en entender como está formado el objeto que tienes para luego alterar su formación con magia para que tome la composición del objeto que tú quieras. - Ella explicó mientras jugaba un poco con la lanza que había creado. - Tú ya me contaste que de pequeño pudiste crear un dragón, dime, ¿Qué pasó después de eso?

- Después de eso me desmayé, pero al parecer no pasó nada ya que cuando desperté mi madre y mi tía estaban bien. - Dijo este mientras acariciaba a la cobaya de barbanegra. - Por lo que me dijeron el dragón había conseguido matar el perro infernal que nos había seguido.

- Eso es raro. - Dijo Circe mientras se apoyaba en la lanza. - Cuando un usuario de magia se desmaya la magia que hubiera hecho se deshace, puede que al tener una misión no se deshaga o algo por el estilo, pero bueno, cada magia depende del mago. Por el momento te tengo que pedir una cosa, ¿Puedes dejar de acariciar y tener encima a esa cobaya?

- No, es mi seguro de que no me vas a hacer nada. - Dijo con una sonrisa. - Solo se la confiaré a Annabeth, no dejaré que nadie más la tenga.

Después de esa pequeña charla se fue a donde estaba Annabeth, la cual estaba sentada en una butaca mientras leía un poco más sobre el triangulo de las bermudas. Él dejó a la cobaya en el regazo de esta haciendo que baje una mano y lo acariciara.

Cuando tenía las manos libres comenzó a practicar con la hechicera y sus poderes con el agua. Por el momento Percy había conseguido recrear como mucho dos objetos en poco tiempo y el hecho de traer a la vida un demonio le dejó exhausto por casi tres días, por el momento estaba entrenando en la cantidad de tiempo y número de objetos que pudiera hacer en el tiempo de entrenamiento.

Había hecho que de la piscina salieran diferentes tentáculos de agua que convirtió en hielo y objetos de la vida cotidiana. Estuvieron así por un tiempo y Percy terminó estando muy cansado, pero Circe lo solucionó de una manera muy simple.

Circe terminó tirando al agua a Percy al enterarse de que era hijo de Poseidón. Parecía una mala decisión para ella, pero Percy salió como una rosa del agua, además de seco.

- Has podido aumentar el número de objetos por minuto, pero no en el tiempo. - Dijo Circe con seriedad. - No sé como un hijo de Poseidón ha sido capaz de comprender mi magia para poder usarla, él nunca se ha caracterizado por su gran cerebro.

- Lo mismo digo. - Dijo Percy causando la risa de algunas de las chicas que los estaban observando. - Soy descendiente de Atenea, creo que por eso he podido tener algo de conexión con la magia.

- Espera. - Dijo Circe muy seria al haber oído eso último. - ¿Eres descendiente de Atenea? - Dijo para solo obtener un asentimiento de Percy. - ¿No eres un semidiós? - Este negó con la cabeza. - ¿Tienes tres partes de divino y uno de humano? - Este asintió. - Eres muy raro, encima una mezcla de esos dos, eres completamente único. Pero bueno, podemos relajarnos un poco, has trabajado mucho, relájate con tu novia.