El encuentro

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Desde que habían tenido esa conversación con Mike todos los semidioses se pusieron a buscar como locos a esa secta rara. El propio Percy había indicado a los hijos de Apolo que le inyectaran por vía intravenosa néctar.

En un primer momento pensaron que estaba loco y que el néctar lo quemaría hasta matarlo, pero cuando este dijo que era tres cuartas pastes dios tendría mejor tolerancia a la cantidad excesiva de néctar. Estos parecían temeroso ya que nunca antes se había probado algo por el estilo, pero decidieron hacerlo ya que Percy insistía mucho.

En un primero momento el néctar calentó el cuerpo del joven. Lo calentó hasta el punto de que salía vapor de su cuerpo, como si hubiera salido de la ducha en invierno después de limpiarse con agua caliente. Hacer eso asustó mucho a los hijos de Apolo ya que pensaban que el cuerpo estaba hirviendo, por lo que procedieron a enfriar el cuerpo con compresas fría, pero el chico les dijo que no lo hicieran.

Gracias a esto, en tres días, Percy pudo salir de la cama y tomar el control nuevamente de la parte griega. En el momento en el que este comenzó de nuevo a trabajar se encontró con un montón de semidioses hijos de Hermes y sátiros que habían salido a buscar la orden del tiempo perdido. Mike nunca dijo donde podrían empezar a buscar, eso se puede achacar a que no sabe dónde podrían estar o que simplemente no quería colaborar con ellos por formar parte del Olimpo.

Tanto él como Gwen escucharon atentamente lo que les decían los que habían salido y habían vuelto de buscar, estos habían conseguido recorrer una amplia extensión de terreno gracias a los vehículos de tierra del campamento Júpiter. Al parecer no habían podido encontrar nada raro de una secta o culto u orden que les hubiese servido, solo unas pocas sectas inofensivas que se dedicaban a estafar a la gente para que le diesen todo su dinero.

Tras escuchar todo lo que habían dicho Percy se puso a pensar junto con Gwen.

- Es obvio que no van a estar a plena vista. - Dijo Percy en voz alta compartiendo sus pensamientos. - ¿Tú que opinas?

- Mike dijo que habían permanecido ocultos. - Dijo ella mientras pensaba en ello. - ¿Es posible que hayan podido sobrevivir en una zona de difícil acceso para mortales?

- No es imposible. - Dijo Percy. - Zonas de difícil acceso, peligrosos o que simplemente sean lugares de los que se habla de forma negativa para evitar transeúntes, ¿Qué lugares te vienen a la cabeza con esas condiciones?

- Cuevas, volcanes, bosques... Cualquier lugar la verdad. - Dijo ella un poco frustrada. - Pero si los encontramos ¿Qué haremos con ellos?

- Nos enfrentamos a un primordial que supera con creces nuestro poder como ejercito, por lo que quiero hacer que nos ayuden a traer a personalidades del pasado, como Alejando Magno, Aquiles, puede que incluso grandes líderes como Ozimandias o César, cualquiera será bienvenido en este momento. - Este explicó mientras seguía pensado en un lugar en el que buscar. - Podríamos mandar a dos grupos por el momento, yo propongo Yellowstone, dicen que ese sitio es una bomba de relogería, puede que esa expresión sea más acertada de lo que es.

- Por probar no perdemos nada. - Dijo la romana. - Podemos mandar otro al monte santa helena. Puede ser que esté activo solo porque ellos lo mantienen así, no estaría de más buscar por esa zona.

Los dos parecieron estar de acuerdo con esas dos zonas por el momento y organizaron dos grupos numeroso para comenzar a buscar. Estos pudieron ir gracias a los portales que había hecho Percy y solo tuvieron que esperar alguna noticia mientras entrenaban los que se habían quedado.

Percy se había centrado en entrenar tanto su magia como su velocidad. Si podía conectar golpes con mayor velocidad por ende los haría con más fuerza por el principio de aceleración. Cuando entrenaba la magia este se concentraba en lo que Circe le había dicho cuando estuvo con ella, en ese momento también se le pasó por la cabeza pedirle ayuda, tenía una buena excusa para no negarse, si no colabora es posible que destruyan el mundo, por lo que contactaría con ella más tarde para decirselo.

El rey de los mestizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora