El rey de los mestizos

Partida y despedida

Todo el campamento estaba un poco, digamos, enfadado. Todos los semidioses incluidas las cazadoras estaban enfadadas por el echo de que un niño los hubiese menospreciado y los hubiese llamado, indirectamente, débiles.

Luke y Thalia intentaban calmar un poco los humos, pero la diosa que estaba presente se sentía un poco mal. Había dicho que sus compañeras, las cuales consideraba como hermanas que solo le podrían dar problemas. No solo había llamado débiles a ses hermanas sino que la había humillado a ella.

- Con que la partida más corta. - Dijo Artemisa. - Retiro lo dicho, si yo gano no volverás a ver a los semidioses y si ganas yo haré un mandado tuyo que no rompa mis votos.

El niño solo se limitó a cruzarse de brazos mientras pensaba. Tardó unos segundos en asentir aceptando lo que la diosa de la caza había dicho.

- Acepto. - Dijo este con una sonrisa sincera. - Ahora debo prepararme para la victoria, por favor Quirón, muéstrame el campo de batalla.

Este asintió y dejó a los semidioses y cazadoras para que planearan su estrategia. En el momento en el que el niño se fue, hubo insultos por parte de la mesa de Ares mientras se acercaban a la mesa de Zeus con el resto de semidioses para intentar organizarse.

Obviamente, nunca antes se había planteado esta situación. Nunca antes habían trabajado juntos semidioses y cazadoras para derrotar a alguien que no sea en una batalla real y no un juego. Además había claras enemistades en el grupo, los hijos de Ares y Atenea no les gustaba trabajar juntos, también podían meter a los hijos de Hefesto en ese grupo de enemistad con Ares, las hijas de Afrodita no estaban muy de acuerdo en compartir equipo con las cazadoras. Bueno, todos los hombres estaban descontentos con compartir equipo con las doncellas de plata.

Luke y Thalia habían salido con líderes del campamento mientras que Zöe estaba representando a las cazadoras.

- A ver, es un crío, no creo que haga nada contra nosotros. - Dijo un hijo de Ares llamando la atención sobre el resto.

- Se nota que tu cerebro ha sido heredado por tu parte paternal. - Dijo Zöe ganando una mirada enfadado del semidiós. - Ese chico es peligroso, no debemos subestimarlo.

Otros semidioses iban a hablar pero fueron detenidos por una voz que no pensaron que daría la razón a la cazadora.

- Tienes razón Zöe. - Dijo Luke mientras pensaba en algo. - Ese chico no debe ser subestimado, por lo que he visto, puede cambiar la forma de algunos objetos para que sean otras cosas, como una piedra. - Dijo este llamando la atención de todos, más aún de los hijos de Atenea.

- Es cierto. - Dijo la pequeña Annabeth con una sonrisa. - Vi como hacía que una piedra se convirtiera en un sol pequeño para acabar con esas sombras.

Eso inquietó mucho a los semidioses. ¿De verdad un chico así podía hacer tal cosa? Todos se quedaron callados y esperaron a que los dos líderes que habían elegido hablaran. Tardaron unos minutos en idear un plan. Tras diez minutos consiguieron idear lo siguiente. Los hijos de Ares estarían cerca de la frontera para intentar parar al niño cunado lo viesen, las cazadoras irían por libre (cosa que no pudieran cambiar porque se negaron a seguir las ordenes de los semidioses) y los demás estarían defendiendo.

Por otra parte, Percy estaba caminando con Quirón mientras estos charlaban tranquilamente. Obviamente este no le gustaba que dijera que los semidioses no podían vencerlo, pero al ver que no lo haría cambiar de idea dejó de intentarlo.

Una vez llegó a la zona donde se jugaría la partida, este le pidió al centauro que le enseñara todo el lugar que estaba disponible para jugar. Vio desde un montículo de tierra llamado puño de Zeus, que de puño no tenía nada, vio gran parte del bosque que había y un río que hacía de frontera entre los dos territorios. tras media hora en la que el niño tendría que planear una estrategia con su supuesto equipo, los capitanes se reunieron con Quirón para saber el lugar en donde os equipos se quedarían.