Se cuelan en la casa de un rey

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Había caído la noche en Macedonia y Percy y su grupo tenían que colarse en el palacio real para poder hablar con Alejandro Magno. Habían tenido la mala suerte de que habían caído en las fechas cercanas a la muerte de su padre Filipo, por lo que no había la posibilidad de que tuvieran una audiencia.

Solo tenían dos días y uno de ellos habías sido prácticamente desperdiciado caminando hasta llegar al lugar por lo que la situación era desesperada para ellos.

Los cuatro esperaron durante un buen rato, cuando la luna estaba en lo más alto del cielo nocturno decidieron salir ya que era aproximadamente media noche. En ese momento no había nadie en las calles, no había ocio nocturno en esa época por lo que era normal que ya en media noche.

Lo único que había por el lugar eran unos pocos guardias que vigilaban las calles con antorchas en marchas. Ellos tenía que ser más sigilosos y evitar la mirada y lo ruidos.

Cuando fueron por primera vez el camino les pareció muy corto, pero ahora era excepcionalmente largo. Por cada esquina que había en una calle había un guardia que vigilaba y por ende tenían que hacer un rodeo para sortearlo.

Tras cinco minutos terminaron mucho más lejos del palacio que cuando terminaron.

- Maldita sea. -  Dijo Thalia un poco molesta. - ¿Por qué hay tanto guardia?

- Debe ser por la muerte del rey. - Dijo Luke. - Es normal que cuando muera un monarca la guardia se centre más en la protección del sucesor los primeros días hasta que la situación se aclare.

- Vale, lo entiendo. - Dijo la hija de Zeus. - Pero en cada esquina de la calle y pasarse.

- El rey Filipo era un hombre con muchos enemigos, por lo que es normal que se haya generado muchos enemigos que quisieran ir tras su hijo y su mujer. - Dijo Percy muy serio pensando en como podían ir. - Si hubiera visto una imagen de la sala del trono podríamos ir directamente, pero solo he podido ver las escaleras y allí habrá más guardias.

- Y no podemos rodear la ciudad, el lado del palacio termina en una caída, por lo que no podremos trepar sin llamar mucho la atención.- Dijo Annabeth mientras pensaba.

- ¿Y si usamos el factor piedra? - Dijo Thalia como una sugerencia haciendo que todos la mirasen interrogantes. - Coger una piedra del suelo y lanzarla lejos para que vayan a inspeccionar.

Todos se quedaron callados en ese momento. Ninguno había pensado en una idea tan simple. Todos se había ido a lo más complejo como escalar, hacer de ninjas o hacer una misión de sigilo digna de los videojuegos.

- Thalia, eres un genio. - Dijo Percy con una sonrisa y una palmada en la espalda.

Este gesto la hizo sonreír con orgullo por su idea con una amplia sonrisa que iluminaba su rostro. Después de ese momento fueron cogiendo pequeñas piedras que fueran fáciles de lanzar y de transportar. Cuando ya tuvieron unas cuantas comenzaron el plan.

Después de hacer unas comprobaciones decidieron dejar la tarea de lanzar las piedras a Luke y a Thalia, a la chica porque tenía buena puntería y a Luke porque de pequeño jugaba beisbol y sabía dar efecto a las piedras.

Gracias a ellos dos pudieron avanzar las primeras líneas defensivas de la guardia y ascender un poco por la ciudad. Una vez pasada la zona en la que unos pocos guardias hacían rondas llegaron a un nivel de dificultad digno de los videojuegos. Había guardias en el suelo caminando en guardias perpetuas y algunos en zonas altas comprobando que no sucediera nada raro en su guardia.

El factor piedra ya no funcionaría en esta situación, por lo que tuvieron que encontrar un lugar que escapaba de la miraba de los que estaban más altos. Tenían que pasarse entre tenderetes y esquinas para evitar vistas.

El rey de los mestizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora