Invasión y muerte

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Estaban las once personas delante de la entrada a un túnel. Todos tenían sus armas listas, Percy estaba liderando el camino mientras Hazel hacía un túnel hasta la entrada. Poco a poco Percy notaba como las sombras que se notaban a los bordes de la luz que proyectaban sus linternas eran cada vez más densas.

en unos minutos lograron llegar a una especie de cámara en el que había una gran apertura donde podían moverse con libertad mientras estaban rodeados por completo de sombras.

- Id todos con cuidado. - Dijo Percy a todos los que estaban a su alrededor. - Ahora cambiaremos a una linternas que se puedan llevar colgando de la ropa para poder luchar en condiciones.

Todos asintieron ante lo que había dicho el chico. Percy creó linternas de minería a partir de las linternas que ya tenían y se las colgaron de la cintura.

Ellos avanzaron por el camino hasta que llegaron a una zona hecha con un producto parecido al mármol, era obviamente estructura griega, por lo que era seguro que él pudiera estar aquí.

Los semidioses se acercaron con calma y sigilo hasta lo que parecía ser una entrada y alumbraron el interior para berificar que las sombras no se manifestaran  en su camino. El lugar por dentro parecía ser mucho más grande por dentro que por dentro que por fuera.

A Percy no le gustaba la idea de separarse más en un lugar inexplorado, por lo que dio la orden de mantenerse juntos. Caminaron por los pasillos del lugar alumbrados solo por las linternas. Parecía que estuviesen avanzando en una casa del terror en el que si podían aparecer monstruos y ser atacados de verdad.

Los pasillos parecían interminables. Cada vez que llegaba a un cruce o bifurcación tenían la sensación de que podrían encontrar algo, pero no había nada, solo más pasillo. En el momento que encontraron una puerta estos procedieron con precaución.

Percy abrió la puerta poco a poco y alumbrando para asegurar el camino. Una vez pudieron entrar vieron como había restos, puede que no sean seres humanos, pero había algo que habían matado y dejado sus restos para que a las sombras se alimentaran de él.

En ese momento Percy comenzó a sentir un poco de miedo, miedo de que a Clarisse le suceda algo parecido. No pudo dejar de imaginar cosas hasta que Annabeth sostuvo su mano y le sugirió que se fueran de esa habitación ya que no había nada que pudiera ser registrable.

Todos tenían miradas serias por lo que habían encontrado en la habitación, pero siguieron adelante. Tras haber pasado cerca de lo que parecía ser una hora lograron encontrar otra habitación, esta tenía las puertas enormes y se podía escuchar algo a través de ellas.

Se podían escuchar algo como murmullos y algún que otro grito enfadado. Percy tenía la idea de que Clarisse estaba al otro lado de la puerta por lo que le indicó a sus compañeros que se preparan para atacar en cualquier momento.

Esperaron unos segundos hasta que Percy abrió las puertas llamando la atención de todos los presentes que había en la sala. Había una sombra de cerca de dos metro de alto con una apariencia  monstruosa, un señor vestido de traje con un par de alas a la espalda, Skotádi, unas cuantas sombras normales y corriente y Clairsse estaba colgada del techo sujeta de las muñecas por una cadena.

Percy abrió los ojos con ira. Clarisse estaba muy magullada, se podía ver que le habían dado una paliza a simple vista a parte de ver magulladuras muy graves en la zona de las costillas, lo más probable es que se las hayan roto, su labio estaba roto junto con su ceja izquierda y algunos cortes a la altura de las piernas en lugares específicos donde pasaban venas importantes.

- Pero mira lo que traído el gato. - Dijo Erebus con una gran sonrisa. - Ahora estaba hablando con tu chica. - Dijo señalando a Clarisse, la cual lo miraba con asco. - Pero no la has educado bien, en mis tiempos, los protohumanos que teníamos, las hembras no hacían nada hasta que el macho lo indicaba, tu debiste hacerlo también.

El rey de los mestizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora