Contra Erebus

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El dios primordial estaba presionado por las cadenas de Gilgamesh. Este hacía todo lo posible para poder zafarse de su agarre, pero podía hacer nada por el momento.

Mientras este luchaba por salir, Percy fue corriendo con su espada preparado para cortar su cuello, pero este consiguió moverse a tiempo para que la hoja extensible de Percy no llegara a tocarlo.

En ese momento Gilgamesh hizo algo que mucha gente catalogaría como estúpido y otros como subnormal. Liberó sus cadenas de su cuerpo haciendo que las cadenas que tenía Erebus se ajustaran en su cuerpo como si fuesen parte de una decoración sadomasoquista. Este ahora podía moverse con libertad, pero no podía acceder a sus poderes.

Con mucha rabia por lo que unos simples mortales habían hecho agarró sus guadañas de mano y se lanzó hacia ellos. Puede que no puede acceder a sus poderes, pero seguía teniendo una fuerza y velocidad superior a la de ellos.

Con tan solo cuatro saltos en el terreno llegó a donde estaba Percy e intentó cortar su cuello, pero una onda de luz que lanzó Gilgamesh logró salvar a Percy. Este no se quedó quieto y fue tras Erebus con su espada lista, por otra parte, el dios se puso en guardia y recibió el corte de Percy parándolo en secó, unos segundos después llegó Gilgamesh y con la ayuda de una espada de luz intentó atacar nuevamente al dios, pero este volvió a esquivar dando un salto hacia atrás dando distancia entre los tres.

Para el dios era obvia la mejora que habían tenido y el hecho de que no pudiera acceder a su poder mágico se le hacía más difícil por lo que decidió emplearse a fondo.

Sabía que esa cadena la había creado el chico de apariencia oriental por lo que decidió ir a por él primero. En tan solo un instante, este apareció al lado de Gilgamesh y le dio una patada en el estómago que lo mandó a volar lejos de la posición en la que estaba.

Erebus volvió a desaparecer y apuntó un corte a la parte de atrás del cuello del chico con la intención de decapitarlo con toda su fuerza para así liberarse de las cadenas y luego acabar con el griego.

Para su mala suerte, Percy había acudido al rescate de Gilgamesh haciendo que algunas partes de las ruinas se convirtieran en agua que posteriormente le lanzó a Erebus. Al estar en el aire este no pudo esquivar el ataque por lo que lo recibió de lleno.

Gilgamesh también aprovechó el momento y con ayuda de Enkidu le dio un golpe con las cadenas que lo mandó al suelo con un golpe tremendo.

Erebus estaba harto. No quería seguir perdiendo el tiempo, pero si no podía liberarse de las cadenas que tenía pegadas al cuerpo no podría hacer nada. Podía sentir como su ejercito estaba cayendo poco a poco y hacía tan solo unos segundos notó como su sirviente abandonó el mundo, pero a cambio se llevó a una firma de poder muy grande consigo.

Este, con una orden mental, ordenó a todas las sombras restantes que fuesen hacia él. Había tenido una pequeña idea y tenía que ponerla en practica.

Las sombras que habían acudido a su llamado se combinaron unas con otras  para crear una sombra enorme tan grande como Tifón, el padre de los monstruos.

Este acudió con paso firme pero lento debido a su gran tamaño, pero no tardó en llegar a la zona en la que estaba su dios. Tanto Percy como Gilgamesh no se habían quedado quietos durante pasaba esto. Ellos no habían dejado de mandar ataque que Erebus con sus espadas, una extensible y otra con ataques de que el propio Erebus tuvo que bloquear para que no diese a su sombra magna.

En el momento que esta llegó a la zona de combate, engulló al dios primordial de un bocado haciendo que los dos adolescentes se sorprendieron por lo que había hecho la sombra.

- Oye. - Dijo Gilgamesh a Percy en un tono sorprendido. - ¿Tú has visto lo mismo que yo?

- Sí. - Dijo Percy sin dejar de mirar a la sombra que parecía que se estaba frotando la tripa como si hubiera comido más de la cuenta.

- Entonces, ¿Sí matamos a la sombra lo matamos también? - Dijo Gilgamesh aún confundido por lo de la sombra.

Percy iba a contestar, pero la sombra vomitó mostrando a un Erebus sin cadenas. Por lo visto, el poder puro de la sombra había conseguido saturar el poder de la cadena acabando con una parte de la sombra magna. Ahora Erebus era libre y sabía que no podía ser atrapado por la cadena que el chico moreno creaba a partir de su cuerpo.

Lo primero que hizo al ganar la libertad de sus poderes fue extender sus alas negras y alzar el vuelo. Gilgamesh fue rápido al reaccionar ya que mandó proyectiles de luz hacia el dios primordial que los esquivó con mucha facilidad y destreza.

Percy convirtió otro poco de las ruinas en agua e hizo una pequeña ametralladora con pequeñas gotas de agua lanzadas a presión que fueron dirigidas a la entidad que parecía un cuervo sobrevolando el lugar.

La agilidad que poseía en vuelo era tal que ninguna de las gotas de agua a presión llegó a darle, en respuesta este mandó cortes de oscuridad con sus guadañas de mano dirigidas a los dos adolescentes. Pero no se esperó una cosa.

Cierto era que había llamado a todas las sombras que quedaban en el campo de batalla, pero al hacer eso hizo que lo que quedaba de su ejército fuese mermado enseguida y ahora todos los que formaban parte del ejército de semidioses estaban dirigiéndose hacia él.

En poco tiempo un pequeño batallón de hijos de Apolo y cazadoras de Artemisa lanzaron flechas de fuego griego contra Erebus, el cual las esquivó para luego dirigir sus cortes de oscuridad sin piedad hacia esa zona. Algunos consiguieron escapar pero otros cayeron en batalla por no ser lo suficientemente rápidos al huir de la zona.

Las magas de Circe estaban dando apoyo a los que habían salido heridos mientras que las amazonas fueron rápidamente con Percy y Gilgamesh preparadas para seguir sus ordenes con Pentasilea como su general, el resto de semidioses, junto con Diomedes y Alejandro, estaban centrados en dirigir un próximo ataque desde la distancia con la intención de derribar a Erebus.

El dios contempló todos los enemigos que habían ido a por él y no pudo evitar sonreir. Con una orden mental ordenó a la sombra magna ocultarse en su sombra para evitar que este muriera si este volvía a ser aprisionado en las cadenas Enkidu.

- ¿Tanto miedo me tenéis que necesitáis a tanta gente solo para mí? - Dijo el dios con una sonrisa.

- No te tenemos miedo. - Dijo Percy mientras daba un paso hacia delante. - Sé muy bien de lo que eres capaz y por eso he traído a tanta gente.

- Bueno, dudo mucho que hagan algo en mi contra. - Dijo el dios con una sonrisa. - Después de todo, solo necesito hace un simple movimiento para matarlos a todos, pero seré bueno, no os atacaré durante tres minutos, después de eso os mataré.

Las amazonas tomaron eso como un reto y se lanzaron a por él ignorando por completo lo que estaban diciendo Percy. Estas, nada más llegar a Erebus lanzaron una combinación de ataques de espada y escudos que el dios evadía sin problemas de las luchadoras expertas. Poco después se retiraron para que otro aluvión de flechas de fuego griego que estaba vez solo se cubrió con una pequeña cúpula de oscuridad que sobrevivió lo suficiente como para proteger a Erebus.

El tiempo pasaba y no habían hecho nada. Percy gritó la orden de que debían alejarse del dios y una vez le obedecieron este clavó su espada en el suelo y creó un terremoto que hizo que Erebus perdiera el equilibrio. Eso fue aprovechado por este para crear estalagmitas que se clavaron en el pecho de Erebus.

Percy se sorprendió al ver que en vez de icor dorado salía una especie de sangre del color de platino, debía ser una especie de sangre de primordiales o algo por el estilo. El ejército se animo por lo que había pasado, la primera sangre del dios primordial, pero... Se habían olvidado de algo muy importante.

Los tres minutos ya habían pasado.

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Capítulo corto, lo sé, lo siento, pero estoy con exámenes y ahora hemos empezado con obras en la piscina para cambiar el recubrimiento y tuberías, por lo que ha vuelto a tocar levantar tierra y cavar y estoy hecho polvo lo siento. En el próximo intentaré que sea más largo.

Espero que por lo menos os haya entretenido, hasta la próxima.

El rey de los mestizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora