(NA: Quien entienda la referencia del título tiene mis respetos.)
Percy estaba liderando el camino mientras que sus dos acompañantes lo seguían a paso rápido. No se esperaban que este fuese tan rápido por la calle y que fuese capaz de esquivar a las personas con tanta fluidez. Annabeth podía seguir el ritmo un poco mejor que Grover, ya que este tenía unas muletas para evitar llamar la atención de los mortales al tener unos andares de cabra.
Percy manejaba la niebla para que los mortales le viesen como una persona normal y como un disfraz de Zeus en una de las películas tan malas del cine que intentaban plasmar la mitología griega y que fallan rotundamente. Este llevaba su fiel túnica con capucha que impedía verle el rostro por lo que se aseguraba de que nadie que conociera en la ciudad, que eran muchas personas, le parase por la calle.
En unos minutos y tras muchas quejas por parte del sátiro llegaron a la estación de tren. Era un lugar muy común, lo único bueno que que había andenes en los que había trenes que podían ir a otros estados y que podían ir durmiendo para viajes largos como el que tenían por delante hasta Las Vegas. Con un poco de dinero mortal y unos poco dracmas Annabeth consiguió los billetes para el viaje.
- Podemos relajarnos un poco, el tren no vendrá hasta dentro de diez minutos. - Dijo la hija de Atenea. - Si queremos podemos ir a tomar algo como un refresco o algo para comer.
- Podría estar bien. - Dijo Percy mientras estiraba la espalda. - Una botella de agua estaría bien.
- Un sándwich vegetal. - Dijo Grover mientras se sentaba en uno de los bancos mientras intentaba conseguir algo de aire por haber corrido con muletas todo el camino.
- Vale, Benefactor, ¿me compañas? - Dijo Annabeth haciendo que Percy asintiera.
Estos fueron a una maquina expendedora y Percy pagó al saber que Annabeth tuvo que pagar el billete para el tren. Ellos hablaron un poco sobre la mitología para matar el tiempo que había de espera mientras eran ignorados por Grover.
Tras dar un gran repaso a toda la familia de Zeus, Annabeth le entro la curiosidad por Benefactor X. Ella sabía que no era una figura mitológica y que debía tener más o menos su edad. Ella le preguntó y él amablemente le respondió a cada pregunta que él consideraba adecuada como "¿Cuántos años tienes?" o "¿A qué instituto vas?", pero no contestó a preguntas como "¿Cuál es tú nombre?" o "¿Quién es tu progenitor divino?". Le dijo cosas como que iba a la universidad y que se estaba especializando en historia clásica haciendo que esta chica abriera mucho los ojos.
El tiempo pasó rápido y el tren llegó a la estación a la hora provista haciendo que el grupo fuese al andén para ir abordar el tren. Este tren era muy cómodo vagón restaurante, zona de habitación y bar era algunos de los vagones que tenía el tren.
Estos fueron a instalarse en la habitación que le habían asignado. Era como cualquier habitación normal y corriente que podías encontrar en un tren, había dos literas, una a cada lado de la habitación; un pequeño mueble de madera debajo de la ventana que por ahora mostraba la estación en la que se encontraban.
Ellos saldrían en unos minutos, dejaban tiempo extra para los rezagados, pero tenían la salida programada para las seis en punto. Annabeth se puso en una de las dos literas que había en la zona de arriba y comenzó a ojear un libro de arquitectura, Grover, por otra parte, se adueñó de la litera baja que estaba en la otra parte, lo que obligaba a Percy a quedarse en la litera de debajo de Annabeth. Aprovechando que el tren todavía no se había puesto en marcha, Percy fue a explorar el terreno que había en el tren.
Exploró la zona del vagón restaurante, había muchas mesas muy bien puestas y con bonitos manteles blanco, aparte el lugar era regentado por un hombre muy amable que le saludó nada más llegar aunque el vagón todavía no ofreciese comida. La siguiente parada era el bar, allí espera encontrarse con los típicos hombres de negocios que les obligar a ir a la otra punta del país para ganarse la vida durante un tiempo definido, los destinados por así decirlo, grande fue la sorpresa al darse cuenta que los hombres que estaban allí eran personas de edad joven que vestía con ropa que parecía ser del siglo pasado, grandes barbas, gafas de pasta y que estaban bebiendo un café en una taza de cartón. Después de esos vagones no había mucho más, en si el folleto que promocionaba el tren no mentía, eran esos tres vagones y más, pero los "más" eran vagones normales y corrientes hasta llegar al último.
ESTÁS LEYENDO
El rey de los mestizos
FanfictionTodos sabemos lo que sucede cuando un dios y un humano se junta y hacen cosas de mayores juntos. El resultado es que sale un semidiós, mitad humano mitad dios. También existen los legados, que es cuando un humano es descendiente de un dios. Percy Ja...