En busca del conquistador

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- ¿Que has dicho? - Dijo el líder de la orden al procesar lo que había dicho Percy. - ¿Sabes dónde está su cuerpo?

- Pues claro. - Dijo este muy serio. - Después de todo soy yo quien reforzó la seguridad del sarcófago. - Informó este mientras se cruzaba de brazos. - Estoy dispuesto a entregar su cuerpo si aceptáis ayudarnos.

- ¡Júralo por el Estigio! - Dijo con urgencia el líder. - ¡JÚRALO!

- Juro por el río Estigio que os entregaré el sarcófago de Cronos cuando hayamos terminado con la guerra. - Dijo Percy muy serio ganando la mirada de todos en la sala. - Una vez terminemos con la guerra yo, alegremente, os entregaré el sarcófago con él dentro.

- Muy bien. - Dijo el líder un poco más calmado ya que le habían jurado el cuerpo de su señor. - Ahora que tenemos una pequeña alianza he de decirte mi nombre, me llamo Deo, y os ayudaré en vuestra guerra.

Percy se permitió sonreír mientras estrechaba la mano del que se hacía llamar Deo. Este tenía manos huesudas y muy finas, casi le dio la impresión a Percy de que estaban por romperse cuando le dio la mano.

Cuando estaba todo formalizado Percy creó un portal que daba al campamento base. Los miembros de la orden fueron rápidamente al edificio más grande que había, supuestamente allí ellos estaría más a gusto para ellos. Percy los siguió y vio que se habían adueñado de una sala de reuniones que tenían apartada por si necesitaban reunirse con muchas personas a la vez.

Ellos se habían dispuesto casi de la misma forma que cuando estaban en la cueva. No tardaron mucho tiempo en acostumbrarse al lugar y Percy ya sabía a que lugar quería irse primero.

Quería ganarse el favor del que se había llamado el rey de los conquistadores, al que los persas tenían miedo y fue llamado Iskandar por ellos. Alejandro Magno de Macedonia sería el primero en su lista. Él tenía una mente excepcional en el combate y tácticas a seguir en la batalla. Podría haber optado por Leónidas, pero Percy sabía que él no tenía las mismas visiones que él, Leónidas era muy aficionado a la lucha y no quería pelear contra un descendiente de Heracles.

Si sus cálculos eran correctos tendrían que viajar al año 336 EAC, por lo que Tendría que decírselo a Deo. Este no pareció muy disgustado con esa fecha en un primer momento por lo que accedió cuando este formara un grupo para ir ya que ir solo sería como un suicidio. 

Percy tenía que armar bien el equipo, necesitaba a alguien con músculo por si había una trifulca, en esas épocas era normal que algunos guardias te intentaran llevar por la fuerza, aparte de alguien que le ayudase con la inteligencia para convencer a Alejandro y a alguien que le ayude en la distancia por si habría arqueros.

En un primer momento pensó en llevar a Clarisse y a Annabeth, pero si se llevaba a esas dos sería quitarle a Gwen dos pilares que la ayudarían a manejar el campamento base. También pensó en Zöe, pero no estaría a gusto con un hombre aunque fuese Percy.

Al final el grupo quedó como Él, Luke, Annabeth y Thalia, ya que esta podía lanzar rayos. Con esas personas en mente fue a por ellas para informar de que le gustaría que le acompañaran en un viaje en el tiempo para ganar aliados. Todos parecían estar de acuerdo por lo que no perdieron mucho tiempo en volver a la sala de reuniones que había ocupado Deo y su sequito.

- Veo que ya estás de vuelta. - Dijo el hombre viejo. - ¿Ya has pensado a quien quieres llevar?

- Si. - Dijo Percy. - Llevamos a Macedonia, a la fecha que te mencioné hace un rato.

- Nosotros os mandaremos, pero os traeremos justo un minuto después en nuestra lineal temporal, que será el equivalente a uno o dos días por la elasticidad de la línea de tiempo, más os vale tener todo listo para ese momento.

El rey de los mestizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora