Salida

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Para Percy, su sueño había sido fructífero. No solo sabía que también habían robado su casco, sino que también había conseguido un poco de ayuda para los semidioses si lograba sacar a los hijos de Hades de ese casino que vio una vez en sus sueños. Para ello tenía que llegar a Las Vegas y luego a Los Ángeles. Ya en la mañana Percy fue a darse una ducha, hoy sería un día importante ya que saldría para poder recuperar el juguete del rey.

A la hora del desayuno Percy se sentó en la misma mesa que Quirón y Dioniso, cosa que no le gustó porque tenía la mala costumbre de tomar cosas con uvas todo el tiempo, zumo de uva, mermelada de uva y bollos de crema de uva. Después de ese calvario nuestro héroe fue a la hoguera del campamento para poder hablar con Hestia de lo que podría o no haber visto.

Con paso firme se dirigió a Hestia, la cual tenía la forma de una niña de ocho años que jugaba con la brasas del hogar con un atizador. Cuando ella se dio cuenta de la llegada de Percy le sonrió indicando que se alegraba de volver a ver a ese niño que conoció hace mucho tiempo.

- Hola Benefactor. - Dijo ella con una sonrisa al tener que llamarle por ese nombre que se inventó. - ¿Qué le ha llevado a hasta el hogar?

- Vera tía. - Dijo eso en voz baja para que no le escucharan. - Se que antaño usted solía vigilar a la familia para saber si hacían el bien o el mal. - Dijo haciendo que Hestia asintiese de forma seria. - Por lo que me preguntaba si es que usted llegó a ver si alguien actuaba raro en el Olimpo el día del robo o en el palacio de Hades cuando robaron su casco.

- Es cierto que solía vigilar a las familias para velar por su seguridad, pero mi familia se lleva la palma. - Dijo ella con un suspiro de fastidio. - Zeus poniendo lo cuernos a Hera, Poseidón hundiendo barcos por aburrimiento o Demeter discutiendo con Hades para saber a quien quiere más Perséfone. - Enumero unos pocos casos de su familia que no le gustaban. - Pero ciertamente también suelo vigilar lo que pasa en cada hogar, ese día pude ver como alguien que parecía ser un dios menor que llevaba una túnica negra con la que ocultaba su rostro, por lo que no podía ver muy bien quien podía ser el que robó el rayo. Pero no he podido ver el palacio de Hades por un tiempo, por lo que no sabría decirte si también estaba en el infierno.

- Puede que no me hayas resultado la duda, pero me has ayudado. - Dijo Percy con una sonrisa. - Lo apreció mucho, espero que pueda devolverte el favor en algún momento.

Ella asintió y le dio un abrazo para luego despedirse. Percy ahora tenía una idea de lo que podría hacer. Sabiendo ya que el que robo el rayo fue alguien que usaba un manto negro en el templo más sagrado del Monte Olimpo indicaba que no pertenecía al Olimpo, por lo que si fuese un dios menor debería haber sido exiliado y debe estar buscándose la vida como pudiese ya que los ropajes negros solían llevarlos las almas en pena que trabajaban para el dios del inframundo.

Al saber los ropajes que tenía el supuesto ladrón no pudo evitar pensar en Hades que pidió que robase le rayo, pero no tiene sentido alguno. ¿Por qué pediría que alguien robase el rayo para que luego le robase el casco? Una posible respuesta sería en venganza por no pagar el trato, pero por como había hablado no tenía pinta de que el fuese la mente maestra de este plan.

Avanzó el día y Quirón lo mandó llamar a la casa grande. Obviamente quería saber cómo haría para solucionar el problema. Una vez estuvieron a solas este le habló de lo que había hablado tanto con Hestia como con Hades. Esto le sorprendió ya que no sabía de la existencia del robo del casco de Hades.

- Esto es más grande de lo que creía. - Dijo el centauro mientras se acariciaba la barba. - Debes subir al debas para que el oráculo te diga una profecía.

- Paso. - Dijo Percy mientras se ponía de pie y se subía la capucha. - Esas cosas no van conmigo, por lo que tengo entendido debo ir con dos compañeros para que seamos un grupo de tres. - Dijo ganando un asentimiento de Quirón. - Bueno, me gustaría llevar a un hijo de Atenea conmigo, dos mentes pensantes son mejor que una y un sátiro que pueda oler a los monstruos sería buena idea, podrías organizarlos yo tengo que hacer una estrategia.

El rey de los mestizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora