Vienen enemigos

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los dos días de competición de los semidioses griegos terminaron con unas victorias curiosas, el oro de remo fue para Atenea y el de lucha en la arena fue para Hermes, obviamente Luke fue el ganador.

Percy mantenía comunicado a los indispensables sobre lo que le habían contado en la sala del trono y como Hades había sido tan amable como para dejar un ejercito de no muertos para que investigaran Grecia.

Este estaba muy serio mientras miraba por la ventana. Las sombras no era algo para tomárselo a la ligera, el mismo proporcionó espadas de luz de juguete para que se defendieran. Sonaba absurdo y el lo sabía pero era la única forma de que pudieran defenderse de las sombras si el no estaba presente. Diablos, hasta Clarisse lo miraba como si le estuviese gastando una broma.

Gwen se comunicó con él poco después de que terminara la reunión con los dioses, por lo que le habían dicho formaría un grupo con los mejores legionarios de todas las cohortes y de los que se habían retirado en menos de cinco años que quisieran ayudar. Percy tenía su grupo bien formado, gracias a los hijos de Atenea este contaba con buenas estrategias en pocos segundos y con los hijos de Ares contaba con el músculo necesario y el poco juicio de saltar a la pelea en pocos segundos, también contaba con la ayuda de Luke, Bianca y Nico que ayudaban de vez en cuando.

Mientras los días pasaban este iba teniendo más informes de que las sombras habían estado allí y las habían matado sin que ella se defendieran, por lo que es posible que siguieran vigilando. Percy tenía que pensar en algo, pero hasta que no tengan las palabras de Hades no sabían a que podían enfrentarse, aparte de que en sus sueños ya no había nada de Erebus, puede que al tener su poder de vuelta haya bloqueado de alguna manera la presencia de los sueños de semidioses de su guarida.

Algo le decía a Percy que algo no iba bien.

En el inframundo.

Hades había mandado sus tropas hace una semana pero no había recibido nada de información, por lo que mandó a otra ola de no muertos y esta vez mandó a uno con un tercer ojo que le permitiría ver a Hades todo lo que esté viendo en ese momento.

Se sentó en la sala del trono, él solo ya que era verano, y se puso a ver todo lo que hacían los no muertos. En pocas palabras, Hades se esperaba que se comportaran como personajes de videojuegos que se chocaban con una pared y seguían intentando pasar, pero le sorprendió mucho lo que vio.

Su tropa de no muertos caminaban por los bosques y campos nocturnos de Grecia, estos estaban equipados para que pudieran pasar el agua sin que estos pusieran en peligro el entorno y que no se perdieran en el mar y al día siguiente saliera en las noticias que miles de cadáveres habían sido hallados en costas griegas.

No hacían movimientos bruscos pero tampoco eran fluidos, era como si estuviese viendo una película de zombies desde la primera persona de uno.

Después de esperar unos minutos este por fin consiguió ver algo. A su alrededor no había mucho, se podía divisar a lo lejos una ciudad o pueblo, Hades no sabría decir, pero lo que estaba delante de los no muertos fue preocupante. Una figura de un hombre, o eso parecía, se había puesto delante de los no muertos, unos segundos más tarde este dejó ver unas alas negro azabache más negras que el alma del propio dios de los muertos.

De un momento a otro este desapareció solo para aparecer en algún punto del pelotón y comenzó a masacrar a todos los no muertos que había allí mientras empuñaba dos guadañas cortas, una en cada mano. Este decidió hacer que los no muertos terminaran en pequeños trozos de ellos mismos que luego fueron consumidos por sombras.

Al final, el hombre alado, se acercó al ser que tenía la vista de Hades y le dijo.

- Hola Olímpico. - Dijo este muy serio. - Más os vale estar preparados, hay seres que no quieren trabajar con vosotros pero sí conmigo. Mis sobrinos Hiperión y Krios están ansiosos por conocer a sus sobrinos semidivinos. Solo os diré que os mantengáis alerta ya que no queda casi tiempo para que el brillo acabe con ellos.

El rey de los mestizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora