Capítulo 9

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En mi mente divagaron varias interrogantes, mis abuelos se iban hasta el otro día y yo me quedaba a esperar una supuesta sorpresa.

—¿Quién rayos podría venir hoy? —cuestioné. Resoplé y me marché a mi habitación.

Dormí por varias horas, Carmen vino a mi y me despertó recordándome la visita que tendría, tomé un baño y me vestí. Carmen continuaba en mi habitación.

—¿Carmen qué haces todavía aquí? —le pregunté.

—Me dijiste que me quedaras ¿no lo recuerdas? —uf sentí un poco de pena olvidé que le había dicho a Carmen de que yo quería que me acompañara.

—Discúlpame, lo había olvidado —le dije —. Muchas gracias por quedarte conmigo.

—Para mí es un placer —contestó agradecida.

Me paré en frente de ella.

—¿Carmen sabes quién viene hoy? —le pregunté.

—No lo sé Juliet —me respondió.

—¿Qué hay para cenar? Cuando el invitado llegue, me avisa —pronuncié caminando hacia mi cama.

Carmen asintió. Cerré mis ojos hasta que Carmen volvió.

—Juliet ya la visita llegó —me avisó.

—Perfecto.

Bajé las escaleras y Carmen me guió, entré al área de comedor pero no había nadie.

—Juliet siéntate la visita vendrá en seguida.

Llegué hasta la mesa y me senté. Después escuché unos pasos aproximándose tomé una manzana verde y le di una mordida.

Miré hacia el frente comiéndome la manzana hasta que escuché una voz de un hombre hablando, dejé de masticar, mi rostro se paralizó, para mi sorpresa ni siquiera me imagina quien podría ser hasta que escuché esa voz. Y volví otra vez a sentir mi corazón latir.

—Buenas noches Juliet —dijo Jeremy.

No podía ni siquiera hablar. Pero él sí que venía de ánimos.

—¿Te mordieron la lengua los ratones? Te he llamado desde ayer y no me haz contestado, me pregunto el por qué —continuó hablando. Se sentó a mi derecha.

—Amiga lo siento, se que no debí de haberte excluído de mi vida, pero en verdad lo necesitaba —prosiguió —. Debemos de hablar.

Continué masticando y tragué después de eso pude decir algo.

—Vaya, hasta que al fin apareces —mascullé.

—Juliet no quiero que te incomodes por favor perdóname —prosiguió —. Volvamos a ser los mismos amigos que éramos antes.

—¿Amigos Jeremy? —cuestioné mirándolo fijamente a la cara —. Después que te fuiste y ni siquiera me diste una explicación de tu ausencia, ni una razón y ni un por qué.

Jeremy bajó la cabeza y se silenció. Luego puso su mano derecha sobre la mía. Aún con la mirada abajo.

Sentía el roce de su mano sobre mi mano provocándome sensaciones, todo eso me puso la piel de gallina, luego pasó su mano izquierda sobre mi pelo, bajando a mi cuello subiendo y bajando. Di un gemido y de repente pegó su boca a la mía. Abrí los ojos no podía creer que Jeremy estaba haciendo eso, pasó su lengua sobre mi boca haciendo presión para que la abriera, no pude resistirme, cerré mis ojos, abrí mi boca dejando que su lengua entrara en mi boca, moví mi lengua y mis labios, para entregarme a aquel beso furminante de ese momento.

Sentí como lubricaba por tan sólo un beso de él, me giré para tener más contacto directo con él, rodando mis manos alrededor de su cuerpo, dando apretones con mis manos.

En ese momento no existía nadie solo él y yo, solos desatando pasión. Uf me llené de calor tenía ganas de sexo, le mordía los labios de vez en cuando, no podía pensar en nada más, no podía despejarme de él.

Después sentí cuando Jeremy se apartaba de mí lentamente, abrí mis ojos, él se mordió los labios mientras me miraba los labios. Miré su rostro. Alzó su mirada hacia mi cara y sonrió.

—Vamos a cenar —ordené. Él asintió.

Cenamos en silencio, de nosotros no salió ni un sonido de nuestras bocas, terminado el postre decidí hablar.

—Bien —pronuncié —. Vamos a la sala.

Me levanté y Jeremy me siguió. Cuando llegamos nos sentamos uno al frente del otro. Jeremy no pronunciaba nada sólo me miraba. Él tenía una apariencia diferente, llevaba un nuevo peinado, usaba otro modo de sentarse, me miraba diferente y eso me ponía nerviosa. Desvíe mi mirada de él, para poder concentrarme en lo que iba a decir.

—¿Me puedes explicar lo que acabaste de hacer? —espeté.

—Será lo que acabamos de hacer Juliet —me respondió cruzando los dedos. Rodée mi cabeza hacia su cara.

—No sé cuales son tus intenciones pero te advierto que.. —Jeremy se movió hacía a mí y me besó otra vez.

Otra vez sentí sus labios. Y no me negué a rechazarlo, no quería que se aparta de mí, desvíe mi cabeza para poder decirle algo.

—Vamos a mi habitación —murmuré.

—Vamos —me susurró y me mordió el lóbulo del oído. Sentía morbo en ese momento.

Él se apartó de mí, me levanté y lo llevé a mi habitación. Cuando entramos puse el seguro para que nadie entrará.

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