Capítulo 10

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Jeremy se sentó en la cama, miraba mi cuerpo con ojos de lujuria. Me quité el vestido mientras él me observaba.

—Quítate la ropa y no te quedes ahí como un inútil —le dije mientras me quitaba los calzados.

No dijo ni una sola palabra, cuando finalicé llegué a mi cama, me acomodé lentamente sobre mis almohadas, Jeremy se paró de mi cama y se quitó la ropa rápido quedando completamente desnudo yo llevaba mi ropa interior puesta. Al finalizar llegó a mí, mi cuerpo se estremeció al ver a Jeremy desnudo frente a mí, era algo que yo deseaba desde hace tiempo.

Se tumbó encima de mí, posó su mano derecha sobre mi pelo acariciándolo con ternura, todavía no creía lo que estaba viendo, cerré mis ojos para sentir sus caricias sin tener que mi mirarlo, luego sentí su mano sobre mi vulva. Ufff que excitación. Abrí mis ojos de una vez, acercó su cara a mi cara, acercando su boca a la mía, cerré mis ojos de nuevo, mordió mis labios dulcemente, sacó su lengua e hizo que yo abriera mi boca para poder besarlo, nos besamos con pasión.

Continuó besandome está vez bajando por mi cuello, luego, por mi pecho, y me quito el brazier, puso sus manos sobre mis senos, estimulándolo con ambas manos, eché mi cabeza para atrás, sentía fuego, estaba muy excitada.

—Penétrame ya —le pedí.

Quitó sus manos de mis senos y los acarició con su boca. Luego se apartó, me quitó el calzón, abrió mis piernas, colocándola alrededor de su cuerpo, pude ver su tremenda erección, con su mano derecha abrió mis labios menores de mi vulva, en ese momento me mordí los labios y de un golpe entró su pene en mi vagina, un gemido salió de boca. Jeremy me penetraba con fuerza, él también gemía y su respiración era intensa. Ambos disfrutamos ese momento. Y continuamos teniendo sexo hasta quedarnos sin aliento.

Al día siguiente...

Desperté al otro día, voltié mi cara a ver si vería a Jeremy pero no estaba. Supuse que estaría en el baño, volví a cerrar mis ojos, en poco rato escuché una puerta cerrarse, en ese momento abrí mis ojos, lo miré a él salir del baño rodeado de la cintura para abajo con una toalla, este al verme con los ojos abiertos se sonrió.

—Buenos días Juliet —me dijo sosteniendo una hermosa sonrisa en su rostro.

—Buenos días —mencioné con una cara neutra —. Pensé que te habías ido.

Caminó hacia mí y se sentó cerca, por donde yo tenía mis pies. Miró hacia al frente, yo continuaba mirándolo fijamente.

—Tus abuelos son muy buenos —comentó —. Como siempre me abrieron las puertas de su casa otra vez, pero está vez para algo en específico.

Me quedé paralizada pero qué estaba diciendo al respecto. ¿Acaso mis abuelos sabían? Jeremy rodó su cara y miró mi rostro.

—Juliet después te contaré —pronunció —. ¿Sí?

No dije nada en ese momento. Escuché que alguien tocaba la puerta, vi que Jeremy se paró a abrir.

—¡No abras! —le reproché. Él me ignoró. Continuó caminando hacia la puerta y la abrió.

Carmen había traído el desayuno, habían frutas, cereales, jugo de limón, 2 vasos, 2 cucharas, 2 platos... Dejándolo en el comedor pequeño de mi habitación seguí sus pasos hasta que se retiró.

—¿Con qué mentiras seduciste a mis abuelos Jeremy? —inquirí.

Él se sentó a desayunar e ignoró mi interrogante.

—Ven, siéntate a desayunar conmigo —dijo tomando una uva para comércela.

De verdad que todo esto se me estaba haciendo extraño. Decidí ignorar mi pesadez para entregarme al momento que estaba viviendo. Tomé un baño mientra Jeremy tomaba el desayuno.

Salí del baño a vestirme, giré mi cabeza y mis ojos en busca de Jeremy, lo vi en el balcón mirando hacia afuera. No se dio cuenta de que yo estaba en la habitación, proseguí a vestirme.

Cuando terminé, caminé hacia él. Parecía relajado. Apoyé mi cabeza en la puerta del Banco me quedé mirándolo por un rato.

—¿No vas a vestirte? —le pregunté.

—No necesito ropa —me respondió en su misma postura sin mirar a ningún lado.

—¿Ah no? ¿Y entonces? —espeté.

—Traje mi equipaje —mencionó —. Se encuentra allá abajo.

—¿Por qué no lo haz subido? —cuestioné mirándolo fijamente.

Retiré mi cabeza de la puerta y me paré justo a su lado. En ese momento Jeremy respiró profundo. Recordé lo que habíamos hecho la noche anterior. Ufff fuego, me encendí.

—¿Qué te habrán dado en estos meses? Estas extraño —comenté.

—Bien, te diré dónde estaba. Por qué me alejé. Por qué volví —contestó volteando su cuerpo con su mirada hacia mí izquierda.

—Vaya sí que me muero de curiosidad —le dije —. Ven vamos a sentarnos.

Retrocedí a mi habitación, me senté en el espaldal de mi cama, Jeremy siguió mis pasos haciendo lo mismo que yo.

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