Capítulo 43

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Una semana después...

No me despegaba de Jeremy ni un sólo segundo, conocía las intenciones de Laila, hacia días me topé con ella que tenía una pequeña conversación con una amiga, escuché justamente que hablaba de Jeremy, pero le iba a matar sus ilusiones sea como sea.  Jeremy lo tomaba como un chisme sin darle importancia, mientras yo lo quería matar porque él anteriormente se oponía a que yo llegara a tener algo con Sebastian.

Ya había llegado el domingo, Tamara, Jeremy y yo nos habíamos trasladado a una plaza comercial, aveces era insoportable tener que soportar algunas palabras que Tamara y Jeremy pasaban entre ellos, pero yo mayormente me reía.

—¿Y si hacemos algo como en 120 días en Sodoma y Gomorra? —sugirió Jeremy irónicamente.

—¡¿Estás loco?! —se exasperó Tamara.

—Es lo más delicioso que nos podía suceder —se lamió los labios—. Imagínate Tamara... —Jeremy le sonrió mientras que Tamara lo miraba raro.

Jeremy siempre salía con cosas raras, realmente lo hacía por bromear y por molestar a Tamara.

—Tú no das para esas cosas, Jeremy —rodé los ojos—. Además según el libro habían muchas personas en ella, la sodomía no es para todo el mundo. Es muy fuerte, yo nunca entraría en algo así.

—Juliet, está noche saldré con Maximiliano —cambió Tamara de tema dirigiéndose hacia mí—. Me invitó a la disco, pues no sé si podré ir a asistir a clases mañana.

—Que bueno, pero recuerda que faltaste la primera y sería bueno que perdieras muchas clases, intenten salir a la disco viernes o sábados —le recomendé porque si así era empezando el semestre, me la imaginaba terminando.

—¿Y te podrás divertir con ese aburrido? —cuestionó Jeremy, luego se rió, Tamara lo observó por unos segundos y luego lo ignoró—. De todos muchos que te vaya bien.

—No sé porqué te tomas aveces muy en serio lo que dice este idiota —le expresé a Tamara.

—Un idiota que te hace el amor bien rico todos los días —se inclinó y me dio un beso en la mejilla.

Tamara alzó una ceja y nos miraba extrañada.

—Realmente no sé que opinar de ustedes —Tamara tomó una lata de refresco—. Son tan peculiar. Tan raros. Y hablando de gente rara —pausó por unos segundos y abrió la lata—. ¿Por qué en la universidad que estamos hay más extranjeros que españoles?

—No lo sé. Has notado que casi todos mis amigos no son de aquí, el único español es Tadeo y su novia, pero luego conocerás nuestros amigos españoles —le respondí mientras buscaba mi móvil en una bolsa.

—Interesante —pronunció Tamara luego de haber tomado un poco de refresco.

—¿Y Maximiliano qué es? —cuestionó Jeremy y esta puso sus ojos en ella.

—Es español —le respondió extrañada—. ¿No te habías dado cuenta?

—La verdad que no —después de él hacer dicho esto me codeó.

Rodé los ojos.

—Mira quien está allí —pausó Jeremy—. Alexis.

En seguida me puse en alerta y con mis ojos traté de buscarlo con mis ojos, pero no lo vi.

—¿Dónde está? —le pregunté a Jeremy aún buscando el objetivo con mi mirada—. No lo veo aún.

—Está en la pizzería, el que tiene el suéter rojo —señaló con el dedo.

Coloqué ni mirada fijadamente hacia la pizzería hasta que al fin lo había encontrado, lo visualicé con unos hombres y se veían de muy buen humor. De inmediato me acordé de Susan.

«Si ella estuviera aquí».

Tamara se había terminado de tomar todo el refresco y luego tomó en sus manos su móvil para manipularlo.

—Vaya, ¿qué diría si me viera contigo?

Jeremy se rio.

—De seguro se querrá unirse a nuestro... —se detuvo, al parecer estaba pensado lo que iba a decir—. Nuestra vida.

Continuamos conversando hasta que sin esperarlo alguien se nos había aparecido detrás de nosotros.

—Buenas tardes —escuché el saludo de Alexis a mi espalda.

Tamara le puso atención devolviéndole el saludo, mientras que Jeremy y yo nos girábamos para ver a Alexis.

—Hola Alexis —dijo Jeremy muy sonriente.

—Hola —pronuncié.

Alexis me sonrió, y se quedó observándome, había llegado con unos amigos hacia nosotros.

—¿Podemos sentarnos con ustedes? —preguntó Alexis.

—Por supuesto —le respondí.

Me sonrió.

—Gracias.

Alexis se sentó al lado de Tamara quedando frente a Jeremy, y los amigos de Alexis en donde pudieron sentarse.

—Que casualidad encontrarlos aquí —pronunció sonriendo y esquivando la mirada de uno al otro—. ¿Qué me cuentan?

«¿En serio?».
«¿Alexis conversando con nosotros educadamente?».

—Pasándolo de maravilla, vamos cursando los últimos semestre de la universidad como ya sabes —le respondió Jeremy.

—Ustedes nacieron con suerte. No tuvieron que trabajar para costearse la universidad y demás, me imagino que luego formarán su propio negocio —argumentó Alexis con la misma expresión que había tenido anteriormente.

—Así es —le afirmé.

De inmediato fijó su mirada en mí.

—¿Y tú Juliet aún sigues soltera?

Que pregunta me había preguntado, de hecho no sabía que responderle. 

—Claro —le respondí.

Luego Jeremy cambio el rumbo de la conversación a algo que nos hizo olvida el poco de suspenso que tuvimos ahí, porque hasta Jeremy estaba raro.

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