Capítulo 45

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Dos semanas después...

Jeremy se había pasado las últimas dos semanas mirándome raro y yo me reía muchísimo. Jeremy por dentro de él, sabía de que algo había sucedido con Laila, esta tenía como dos semanas que no asistía a la universidad y el no conocía el motivo; sólo yo. Se encontraba preparando la cena, cuando me aparecí frente a él decidida a decirle la verdad.

—Te voy a decir el porqué Laila no asiste a clases —este me puso atención y dejó de cortar unas papas que tenía al frente—. Pude conversar con el dueño de la universidad y esté señor es mi tío. Le pedí que la trasladaran hacia Zaragoza y así lo hizo, como es una beca que tiene, no tuvo de otra que aceptarlo e irse para allá —dicho esto le sonreí y me miró sorprendido.

—¿Hiciste eso? —cuestionó incrédulo.

Yo asentí.

—Porque no quiero a esa babosa cerca de ti, ni a ella y ni a nadie. ¿Entendido? —me moví de donde me encontraba y salí de la cocina inmediatamente.

Llegué hacia la sala de estar y me quedé allí estacionada, en pocos minutos escuché el timbre de la puerta sonar, me movilicé para abrir la puerta y cuando la abrí me topé con la cara de Susan.

—¿Se puede? —cuestionó.

—Obvio.

La invité a pasar y se sentó conmigo en uno de los muebles.

—¿Estás sola?

—No Susan. Tamara está en su habitación y Jeremy cocina —le respondí.

—Vaya, pensé que tenías a alguien aquí que hiciera esas cosas.

—No, por el momento no. Sólo tengo una señora que viene una vez a la semana. Sabes muy bien que me gusta la privacidad.

—Vine a pasar un rato por aquí, si no es molestia.

—Claro que no —me levanté de donde estaba—. Voy a buscar a Tamara.

Cuando llegué hacia la habitación de Tamara, tenía los audífonos puestos, se movió rápidamente hacia la sala conmigo. Luego Jeremy llegó hacia nosotros y se sentó al lado de Susan.

—¿Por qué no me avisaste, Susan? —le preguntó Jeremy a Susan.

—No me dio la gana.

—Ah, que bien por ti. Susan... —pausó Jeremy y en la forma que lo dijo me llamó la atención y presté atención—. De seguro llevas mucho tiempo conociendo a Alexis. La última vez que lo vi me pareció extraño. No sé...

Susan se giró hacia Jeremy extrañada.

—¿Extraño, Jeremy? Pero... ¿Por qué lo dices? —cuestionó Susan.

—Jeremy tiene razón, Susan —interfirió Tamara.

Susan se volteó hacia Tamara.

—Yo pienso que quizás hemos exagerado, percibí algo raro en él —alegué, luego Susan me miró a mí—. Pero tampoco no vamos a darle mucho importancia a eso.

—Bryan me ha dicho de que todo anda bien. Quizás el suspenso del momento hizo que ustedes lo vean así —pronunció Susan.

—Y de por cierto, es muy guapo. No sé cómo Juliet pudo dejar a ese bombón y querer quedarse con esta lacra de Jeremy —se expresó Tamara—. Esos ojos... Ese cuerpo bien formido.

Jeremy la miró mal.

—Amor no mata conocimiento, estúpida —masculló Jeremy—. Si él no fuera como es, quizás Juliet estuviera con él.

Se rio Tamara. De alguna manera u otra ambos buscaban siempre la manera de molestarse con el fin de gozar del momento.

—¿No nos vas a presentar al bobo que tienes de novio? —le cuestionó Jeremy a Tamara.

—¿Para qué? —indagó Tamara.

—Para hacerle el amor bien rico como se lo hago a Juliet —le respondió Jeremy —se giró hacia mí y me envió un beso.

Yo me quedé como si nada, estaba un poco aburrida y no estaba mucho humor.

—Llámalo —sugirió Susan.

—¿Susan cuándo nos presentará a tu novio? —cuestionó Tamara.

Jeremy se echó a reír. Susan se giró a mirarlo y le dio un toque en la espalda. En seguida este reaccionó.

—¡Pero Susan, qué salvaje eres! —protestó Jeremy, y luego la señaló con el dedo—. Tú no eres mujer para una relación sería, dicho por ti misma.

—¡¿Qué?! —se sobre exaltó Tamara—. No lo puedo creer, tan bonita y llena de vida—suavisó su voz y miraba a Susan con ternura.

Yo desde mi ángulo veía todo.

—Las relaciones serias no es algo que yo anhelo, y eso muchos ate me conocen lo saben —nos recordó Susan—. Pero ustedes también saben de que si se llegara a dar la oportunidad obviamente no la rechazaría —sonrió.

—No lo creo —aseguró Jeremy.

Susan alzó una ceja incrédula.

—¿Qué no me crees? —protestó Susan.

—Vamos, vamos queremos conocer a Maximiliano —pronuncié para cambiar de tema.

Sentía curiodad de saber quién era.

—Bien, lo llamaré —dijo Tamara y tomó su móvil.

Vimos que de verdad lo había tomado en serio, le marcó y al parecer Maximiliano había aceptado la invitación. Cuando colgó Jeremy se sentó a mi lado, quedando en medio de ambas.

—Vamos a ver una película de terror —se rio Jeremy.

Ese último comentario me hizo reír, al igual que a Susan.

—¿Entonces Susan? —cuestionó Jeremy sin mirarla.

—¿Qué Susan que? —cuestionó Susan.

Jeremy no respondió solo hasta después de algunos segundos.

—Olvídalo, Susan —dicho esto no volvió a decir nada.

Las tres continuamos conversando entre nosotras mientras que Jeremy tecleaba su móvil.

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