Capítulo 27

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Tamara y yo nos fuimos a una discoteca ubicada en el centro de la ciudad, mi móvil lo había dejado en el auto de papá. Nos ubicamos en una mesa en la segunda planta, ahí podíamos conversar sin que el bullicio moleste.

—Eres cruel Juliet —delegó Tamara.

—No me importa tu opinión.

—¿Y qué harás ahora con tu vida Juliet?

—¿Qué crees? Buscarme a un novio. No voy a estar esperando a Alexis y ni mucho menos a Jeremy.

—Bien. Pero mientras tanto podrías intentarlo un poco más con Jeremy.

—Ni loca. Ahora tengo a alguien frente a mis ojos —confesé —. Es un nuevo amigo que conocí en una de mis secciones de clases. Es lindo, comprensible, y salimos de vez en cuando.

—Wow. Entonces te gusta —dijo con picardía.

Sonreí.

Sebastián se había convertido en algo especial para mí. Amaba su amabilidad y comprensión.

—Sí, me gusta —afirmé gustosa —. Por eso no quiero a Jeremy en mi apartamento porque si yo pudiera tener algo serio, Jeremy sería un obstáculo.

—Yo por mi parte estoy pensando hacer una maestría en Madrid.

—Que bueno —dije encantada.

Justo en ese momento el mesero llegó con nuestras órdenes para tomar. Ordenamos whisky a la roca y limones.

—Juro tomarme toda la botella está noche —alegué —. Si sería posible dos.

—Nooo —se negó Tamara —. ¿Donde me dejas?

Le sonreí.

—Debí de haber invitado a alguien más. Siento que hace falta algo —añadió Tamara —. No podremos bailar.

—No importa —rectifiqué.

Nos bebimos toda la botella esa noche, estábamos muy embriagadas. Salimos de la discoteca como a media noche. No pudimos ni siquiera encender el auto, así que llamé a mi papá para que viniera por mí, y así lo hizo. Tamara se quedó conmigo esa noche y dormimos juntas.

Al día siguiente desperté con un tremendo dolor de cabeza, Tamara aún dormía. Y decidí volver a recostarme otra vez. Volví a despertar porque Tamara me estaba moviendo para que lo hicera.

—Dime Tamara —dije soñolienta.

—Ya es hora de despertar, haz dormido mucho y tengo hambre, prepárame algo de comer úme pidió Tamara.

Desde mi ubicación pude escuchar los crujidos del estómago de ella, seriamente tenía hambre. Me estrujé los ojos, mientras me movía hasta que quedé sentada, luego me puse de pie y me diría hacia al baño para lavarme la cara y mis dientes. Después de que yo salí del baño, invité a Tamara a hacer lo mismo, y lo hizo. Cuando salió del baño, salí de mi habitación y luego Tamara hacia la cocina. Preparé una sopa instantea, café y té, nos compusimos lentamente porque tomamos una pastilla para la resaca.

Seguido del desayuno nos trasladamos a la sala, ahí estaba Jeremy con una cara de perro rabioso, pero ni caso le hice. Nos sentamos sin decir ni una sola palabra.

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Dos días después...

Jeremy y yo continuamos enojados, era un metiche y chismoso. Mujercita de patio. No habría otro mejor sobre nombre que ese. Al parecer él no iba a retroceder su viaje, y yo mucho menos, encargué a Jeremy a mis padres para que se ocuparán de él.

Después de dos días de nuestra pequeña discusión, decidí volver a salir con Tamara en la noche. Cuando volví a casa me pegué un susto porque vi a Jeremy en la oscuridad como una cosa mala.Estaba muy sentado cómodamente en un sofá, sólo lo alumbraba la lámpara que se encontraba a su derecha. Quería matarlo en ese momento, pero omití decir algo. Desvíe mi mirada de él y proseguí a caminar hacia las escaleras.

—¿No vas a darme las buenas noches? —cuestionó Jeremy.

Me detuve y giré mi rostro hacia él dudosa. No respondí por unos segundos, pero sí me aproximé a él sin dejar de mirarlo. Ambos nos mirábamos desafiantes. Cuando estuve casi cerca de él, entonces Jeremy se levantó del sofá y detuve mis pasos a a un metro de distancia.

—¿Vamos a ser amigos o enemigos? —le pregunté.

—Esa misma pregunta te la hago yo a ti Juliet.

—Tú empezaste a ofenderme como si fuéramos enemigos.

Se rio.

—Los amigos están para decirse la verdad.

—Vuelvo y te repito Jeremy, no te quiero en mi apartamento viviendo —le recordé, en seguida su rostro cambió, no le gusto lo que le había dicho —. Cuando regresemos a Madrid, te quiero lejos y ni amiga Tamara vivirá allá.

Alzó una ceja.

—Explícame bien.  ¿Qué pretendes Juliet?

—Ya te lo he dicho todo.

—¿Todo? ¿Quieres regresar con Alexis o simplemente estar de novia con Sebastian? —cuestionó Jeremy molesto.

—Mi respuesta es algo obvia.

—Vaya Juliet, vaya. Yo soy tu mejor amigo y me tratas de a la patada.

—No pienso discutir contigo en este preciso momento Jeremy.

—¿Acaso haz dejado de amarme?

Sentí una punzada en mi corazón. Yo aún no lo había olvidado, pero quería tener más libertad y esa libertad no la iba a tener con Jeremy viviendo conmigo.

—No vamos a discutir ese asunto en este preciso momento Jeremy.

—Eres una mal agradecida, te traje aquí con la intención de pasar un buen momento juntos, y en vez de acercarte a mí prefieres alejarte.

—Tus pensamientos son distintos a los míos. Yo te quiero pero creo que es mejor que seamos lo éramos antes.

—¿Antes? E intentado ser distinto contigo para que quizás... —pausó.

Me quedé pensativa en ese momento. Jeremy no terminó lo que iba a decir. Esperé un momento para ver si decía algo, pero no vi respuestas de su parte a su que decidí lanzarle una indirecta.

—¿Y si de verdad yo quisiera ser novia de Sebastian? ¿Qué opinarías? —le pregunté curiosa.

Vi que Jeremy arrugó la cara, de hecho percibí de que no le gustó.

—Tú prefieres a ese que a mí. Yo que he estado siempre contigo toda una vida —masculló molesto.

—Lo prefiero, ¿y?

Se movió rápidamente, visualicé sus pasos e iba rumbo hacia las escaleras, cuando lo perdí de vista me dirigí hacia mi habitación.

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