Capítulo 30

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Luego de haber conversado con Sebastián, me senté sobre la cama a pensar un poco. Por unos segundos medité sobre si ir hacia Alemania o ir a Madrid.

—Creo que sería mejor de que yo vaya a Alemania y deje a Jeremy en mi apartamento, luego si Jeremy no ha buscado un lugar donde quedarse yo podría optar otra opción.

Respiré.

Aún faltaba algunas semanas para que el nuevo semestre se iniciara y no podría quedarme a verle la cara a Jeremy todo el tiempo, él sólo quería sexo y Sebastian buscaba una relación sería que era lo que exactamente quería.

Me movilicé de la cama e inmediatamente busqué en mi closet algo que ponerme, me vestí y puse unos calzados deportivos. Salí de mi habitación, busqué a Jeremy con la mirada y no lo vi. Abandoné mi apartamento y llegué hacia una agencia de viaje dónde compré el boleto de ida a Alemania. Luego me dirigí inmediatamente hacia la casa de Susan.

Al parecer había amanecido de parranda, esperé un buen rato por ella hasta que al fin apareció.

—Juliet. ¿Qué te trae por aquí?

—Estaba por ahí y decidí venir aquí. Hoy tube un día de esos en que se me juntan todas las cosas.

—Cuéntame.

—Susan tu amigo le ha nacido la idea que querer hablar conmigo, hoy se apareció Alexis en mi apartamento que quería hablar, Jeremy se apareció en boxer y pues no hubo pleitos pero dudas y enojos en cuanto a Alexis sí. Jeremy sólo se reía.

—Que... Wow. Eso quiere decir que Alexis no se ha desistido de ti.

—Alexis me dijo que quiere hablar conmigo. Sebastián quiere que nos conozcamos más en estás semanas libres y Jeremy no quiere irse de mi apartamento.

—¿Qué harás tú Juliet?

—Lo obvio. Hace poco compré boletos para ir a Alemania y quedarme por unas semanas allá.

—¿Por qué no quieres a Jeremy cerca de ti?

—Susan, tú más que nadie ha conocido mi situación con Jeremy. Él sólo busca de mi diversión, supo de mis sentimientos y saca provecho. Pues es mejor de una vez por todas de que yo no viva atada a una aventura. Él sólo quiere aventura y me lo ha dicho. Pero aveces yo necesito a alguien que esté a mi lado, no sé si me entiendes. Además quien sabe si yo llegara a enamorarme de otra persona.

—Pero podrías intentarlo un poco a ver si Jeremy cambia de idea.

—No Susan, no estoy para esperar.

—¿Qué quieres que hagamos hoy?

—Lo que sea.

—¿Sabes qué se me ocurre? —sonrió —. Planear una salida con Beto y Berlin.

Estuvimos conversando durante el transcurso del día, Beto y Berlin estuvieron de acuerdo en salir con nosotras. Susan me prestó ropa para ir a una discoteca. Por esa noche decidí no ir a mi apartamento.

Beto y Berlin decidieron buscarnos e irnos juntos, llegamos a la discoteca y nos ubicamos en el VIP.

Beto de inmediato me abrazó, y me dio un beso en la mejilla. Luego ordenamos vodka para tomar. Susan no solía tomar vodka, se bebió un trago y sacó la lengua.

—¿No te gusta Susan? —le preguntó Berlín.

—Me parece fuerte —le respondió Susan.

—Con nosotros te acostumbrarás —le dijo Beto.

Berlín, miraba a Beto y a mí extrañado.

—¿Ustedes son novios? —nos cuestionó Berlín señalándonos.

Nos reímos.

—Nos hemos visto algunas veces —respondió Beto.

—¿Por qué no me lo habías dicho hermano?

—Porque en verdad no quería hablar de eso, no era momento. Juliet y yo nos topábamos en la universidad constantemente —le respondió Beto.

Después Berlín se giró y observó a Susan.

—Susan —pronunció Berlín.

Susan giró su rostro para mirarlo.

—Tenemos que conversar luego en privado —añadió Berlín, luego tomó un trago.

—¿Y qué no vamos a bailar? —cuestionó Susan.

—Todavía no hemos digerido el alcohol —mencioné.

Beto continuaba pegado de mí como un chicle, y entre besos me repartía besos, en cambio Berlín estaba seco con Susan, diría que muy serio.

—Vayan a bailar —sugerí, al ver que aquella pareja me estaba observando, pues insistí —. Sí ustedes dos vayan a bailar.

Escuché la risa de Beto.

—¿Por qué no vas tú a bailar con Beto? —sugirió Susan.

—¿Acaso no ves que están en amor Susan?  —cuestionó Berlín.

Yo continué insistiendo en que se fueran a bailar hasta que al fin se fueron a bailar. Quedamos Beto y yo solos. Desde ese momento los besos eran más apasionados, Beto me besaba con mucha pasión y deseo.

—¿Beto qué comiste hoy? —cuestioné.

—Tu piel —me contestó entre dientes.

Beto continuaba besándome y me mordía el cuello. Tenía un perfume delicioso, sabía de buen gusto, mi parte se estaba mojando por la excitación que me provocaba las caricias y besos de Beto.

Verdaderamente él era un buen amante, me encantaba pasar tiempo con él. De un momento a otro se apartó de mí y nos quedamos mirándonos.

—No tengo que decirte a donde vamos cuando salgamos de aquí —pronunció Beto.

—Me lo imagino, estás muy candente hoy Beto —aseguré —. ¿Cuánto tienes sin tener sexo?

Beto se quedó pensativo, hasta que por unos segundos habló.

—No me lo creerás por eso no te contestaré, pero sí te diré que he estado ocupado con mucho trabajo últimamente.

—Bien. Puedes tomarte algunas vacaciones para que salgas del estrés —le recomendé —. Si quieres podemos irnos de vacaciones algún día. A donde tú quieras o a donde yo quiera.

Beto colocó su mano encima de la mía y la acariciaba con ternura.

—Eres brillante Juliet. Por supuesto que me encantaría irme contigo.

—Beto, sólo tienes que decírmelo y que sea cuando las clases se hayan finalizado.

—Muy bien Juliet, me gustaría ir contigo a Hawai, sólo me avisas con tiempo.

—Ok, Beto. Iremos a Hawai cuando finalice el siguiente semestre.

Dicho esto Beto unió su boca a la mía, y nos deleitamos por un rato largo entré besos.

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