Capítulo 40

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Tomé la desición de ir a visitar a Tadeo a su apartamento, y a la vez emocionada, transcurrí rápidamente la vía para llegar hacia Tadeo. Como era domingo supuse de que quizás estaba allí. Toqué el timbre con motivación y más se llenó de alegría al verlo al rente de mí, tenía tanto que no lo veía.

—Juliet —se emocionó al verme y me dio un abrazo, al igual yo—. ¿Qué ha sido de ti durante todo este tiempo? Tu amiga y yo nos topamos hace poco —se expresó apartándose de mí—. Me da mucho gusto volverte a ver, Juliet. ¿Y dónde estabas llorona?

—¿Cómo que llorona, Tadeo? —le reproché empujándolo había atrás—. Y déjame entrar.

Con sus manos me invitó a pasar y se movió haciendo espacio, una vez adentro con Tamara cerró.la puerta.

—Esta es mi amiga, Tamara —la presenté a Tadeo, ambos sonrieron—. Estuve viajando por eso no me habías visto. Y no soy llorona, por favor.

—Juliet, Juliet —pronunció dudoso rascándose la cabeza—. Mi amiga especial.

Sonrió.

—Te entiendo —rodé los ojos, y observé los alrededore—. Tienes buen gusto, Tadeo. Quiero invitarte esta noche a cenar en mi apartamento —cambié de tema—. Si puedes por supuesto.

—Allí estaré.

Permanecimos un buen rato conversando de todo lo que se nos ocurría.

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Días después...

No me había atrevido de decirle a Claudia de que Tadeo vivía en la misma torre que yo. Jeremy obviamente estaba de acuerdo, Claudia podría llegar hacia allí y hacer pasarse como una ridícula o vergüenza, como armar espectáculos borrachas, etc. A Tamara se lo advertí seriamente de que no abriera la boca sobre ese asunto. Pero desgraciadamente un día que Claudia decidió visitarme, justamente ese día Tadeo quería presentarme a su novia, pero lo esquivé diciéndole que no me sentía bien. Nos encontramos Jeremy, Tamara, Claudia y yo jugando pocket en la sala de estar de mi apartamento cuando de pronto, se escuchó el timbre sonar, todos estábamos concentrados hasta ese momento y nos miramos unos con otros.

—¡Abran la puerta inútiles! —exclamó Claudia cansada de situación del momento.

—¡Yo voy! —gritó Tamara emocionada con sus dos manos al aire.

Jeremy suspiró frustrado, ni siquiera tuve que verlo, escuché un sonido de agobio a la vez, en el fondo quería matarnos. Me voltée a mirarlo, se encontraba a mi derecha.

—Este apartamento se ha vuelto una acogida de mujeres locas como ustedes —se mostró cansado—. Sólo gritos, gritos, gritos, últimamente de locas inmaduras. ¿Por qué no buscan un lugar más bonito para sus loqueras y calenturas? ¡Sólo hablan de sexo! —cambió su expresión en la cara cuando vio a quien venía—. Juliet esto se va a poner feo.

Jeremy se encontraba con la vista hacia al frente de la puerta, yo estaba a su izquierda y Claudia al frente de Jeremy. Al ver el rostro de Jeremy sentí curiosidad y voltée mi rostro hacia la puerta. Inmediatamente se me quitó el humor que tenía, la única que no se había dado cuenta de quien estaba ahí era Claudia.

Tadeo entró alegremente hacia adentro de la sala con su novia unidos de mano.

—Buenas tardes a todos —Tadeo saludó cordialmente.

Giré mi rostro hacia Claudia y ella estaba igual o más sorprendida que yo, además de eso inmóvil, se volteó hasta ellos y se fue levantado mientras que Tadeo y su novia la miraban asombrados. Tamara tenía cara de suspenso observando las reacciones de todos. Claudia se movió de donde estábamos y llegó hacia ellos.

—No sabía que venías aquí a visitar a nuestra amiga —pronunció sorprendiéndonos a todos.

—Juliet —susurró Jeremy.

—Déjame en paz —le respondí en el mismo todo que me había hablado.

—Ponme atención aunque sea un poco —pronunció en un tono muy bajo, no entendía muy lo que estaban conversando porque Jeremy insistía de que lo escuchara, no tuve de otra que acceder a la petición de Jeremy y me incliné a escucharlo—. ¿Te acuerdas de todo lo que te he dicho sobre Claudia? Esas son las cosas de las infidelidades. Ustedes me tildan de loco y no me escuchan. Claudia se muere por dentro por Tadeo y viceversa. ¿Por qué crees que ellos no avanzan? ¿Ah? ¿Por las calenturas de Claudia?

Jeremy se quedó callado luego de decirme todas esas cosas, y me puse a pensar de que era muy cierto lo que él acababa de decir. Mi mente ya no se encontraba en colocarle atención a los demás, sino a lo que Jeremy había dicho.

—De los errores se aprenden.

—Pero ella no aprende, Juliet.

Nos quedamos mirándonos por unos minutos y sentía como si fuéramos conectando uno al lado, lo cual terminamos besándonos en medio de la escena gris que se encontraba en mi sala. Un beso apasionado se produjo en medio de la tormenta que me llenó de deseos y lujuria. Me aparté de Jeremy porque era suficiente.

—¿Qué procede Juliet? Vámonos de aquí y dejémoslos a ellos que se maten aquí.

—Sabes que no lo voy hacer. Y eres muy cruel, Jeremy.

Sonrió maliciosamente mostrándome ver de que estaba ardido.

—Quiero hacer el amor, ya —susurró.

Lo veía tan de lindo desde su ángulo que me dieron ganas de irme a la cama con el, pero no podía ignorar a aquellas personas que se encontraban en la sala. Me moví de donde estaba y llegué hacia ellos. Tadeo al verme no permaneció por mucho tiempo y se marchó dejándonos a todos con un alivio, después de unos minutos de suspenso.

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